Los expertos en asuntos internacionales, Marcel Vaillant y Carlos Mazal, dialogaron con CRÓNICAS y analizaron la reorganización del panorama a partir de la visita a China del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Cuando el país norteño parecía tomar el liderazgo del Mercosur de cara a la apertura comercial, su mandatario viajó al gigante asiático y esto marcó, según los especialistas, una serie de cambios que le quitan “verosimilitud” a la política internacional que se venía desarrollando por el bloque hasta el momento.
Para el profesor de Comercio Internacional, Marcel Vaillant, la visita del mandatario brasileño al país asiático se dio en procura del “despliegue de la política internacional” de su nuevo gobierno. Así, en principio, su carácter era “lógico y natural”.
En este marco, identificó que resaltaron dos sucesos. El primero de ellos fue la firma bilateral de acuerdos de diversas características, entre ellos, algunos comerciales. Por otro lado, un alineamiento, en el que, en principio, parecía primar, según el experto, la equidistancia a los jugadores más importantes dentro de las relaciones internacionales.
En este sentido, Vaillant ubica la mayor sorpresa en las declaraciones del presidente en relación a la guerra de Ucrania y Rusia. Las mismas, si bien apuntaban a la búsqueda de la paz, no se encontraban para nada alineadas con el posicionamiento de la Unión Europea (UE).
Con respecto a esto, Mazal resaltó que la búsqueda de “cualquier neutralidad es tomar una posición”. Y que, a partir de ahí, termina por definirse la ubicación del país latinoamericano del lado del invasor, Rusia, que violó el derecho internacional. De acuerdo al entrevistado, otra cuestión que preocupa es la reacción al respecto de Estados Unidos, ya que el mismo es puesto en la disyuntiva de “echar más leña al fuego” o tener que mostrar una posición de “impotencia” o “desinterés”.
Posibles efectos en los intereses del Mercosur
Ambos expertos coinciden en que, dadas las características del mundo actual, los relacionamientos y posicionamientos internacionales, indefectiblemente funcionan como eje de las relaciones comerciales. Es ahí, justamente, donde los dichos de Lula pueden traer consecuencias para los intereses del Mercosur, y más específicamente para los de Uruguay.
Por lógica, es normal preguntarse por las repercusiones de estos dichos en el tratado que, ya hace tiempo, se mantiene en negociación con la UE. Vaillant comparó la repercusión de estos dichos con la dificultad que significó la posición tomada en su momento por Bolsonaro en relación a cuestiones ambientales. “Bolsonaro incendió la pradera con el tema del ambiente, hoy Lula está incendiando la pradera con el tema geopolítico”, remató.
Trascendiendo los intereses con la UE, aseveró que en términos generales estas acciones les quitan “posibilidades” a los acuerdos comerciales en negociación y la política internacional como bloque que se venía desarrollando pierde “verosimilitud”.
Mazal, en esta misma línea, además de coincidir, agregó que más allá de los dichos, los acuerdos firmados de forma bilateral también pueden generar cambios para los intereses del Mercosur. Destacó que si bien algunos de ellos son más viables que otros, es posible pensar en un escenario donde Brasil, por el resultado de los mismos, no tenga la necesidad y, por tanto, la iniciativa para concretar acuerdos como bloque con la UE, ni menos aún con China.
Uruguay hacia el mundo
Mazal resaltó que a título personal considera que “ya no tenemos ninguna posibilidad de firmar un tratado de libre comercio”. Responsabilizó de esto al hasta aquí descrito contexto internacional, pero además puso en la mira la labor del canciller Bustillo. A su entender, sería necesario su recambio por alguien con “más conocimiento de los temas comerciales y más sentido de urgencia”.
Por su parte, Vaillant, más allá del contexto regional e internacional, también se mostró crítico del despliegue de la política internacional de Uruguay. En relación a estos temas, comentó que solo se ha quedado en “balbuceos”, y que más allá de los TLC debe considerarse la posibilidad de concretar “medidas” y otro tipo de gestiones que faciliten el comercio.
Pensando en el futuro y trascendiendo la gestión del actual gobierno, ambos expertos presentaron una visión favorable en relación a poder obtener resultados a partir de la solicitud de adhesión al Acuerdo Transpacífico (Cptpp). Vaillant apuntó concretamente a que a partir de esta iniciativa es posible que el abanico político del país se pueda alinear en el sentido de una política de Estado, la cual haga efectivas las reformas que son necesarias para el ingreso. Por su parte, Mazal se mostró alineado a la posibilidad de avanzar en este sentido. Si bien subrayó que se “deben hacer los deberes”, apuntó a que Uruguay no estaría tan lejos en la fila para ser evaluado por los socios de este bloque. Detalló que dado que Corea del Sur se bajó y que China y Taiwán tendrán un tratamiento diferente por cuestiones políticas que interceden, los próximos en ser considerados pueden ser Uruguay, Costa Rica y Ecuador.