TLC entre Brasil y Chile sirve para revitalizar el Mercosur, según expertos

Bartesaghi > Acuerdo genera “impacto positivo” porque “armoniza regulaciones”

En diálogo con CRÓNICAS, diversos expertos opinaron que el acuerdo “récord” firmado entre Brasil y Chile cumple la función de modernizar la agenda del bloque económico “indirectamente”. Además, señalaron que el tratado debería servir como ejemplo de apertura comercial para Uruguay.

Brasil y Chile firmaron la semana pasada un “acuerdo récord”, ya que les llevó alrededor de seis meses conseguirlo. El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países no se trata del intercambio de bienes, sino que incluye otro tipo de servicios entre sus capítulos: telecomunicaciones -donde destaca la eliminación del roaming de celulares entre ambos países-, comercio electrónico y de servicios, medioambiente y género, por nombrar algunos.

Más que abordar bienes, el tratado aborda regulaciones, según explicó el experto en relaciones internacionales, Ignacio Bartesaghi. Es por esta distinción que se hace más difícil medir las consecuencias que esta firma puede tener sobre el Mercosur; sin embargo, Bartesaghi sí indicó que es un “impacto positivo” porque “lo que se hace es armonizar regulaciones”, lo que “mejora los entornos de negocios y tiende a bajar los costos de transacción”.

 

Juventud, divino tesoro

Tanto Bartesaghi como el excanciller Sergio Abreu y el analista internacional Nicolás Albertoni, concuerdan en que el tratado entre ambas naciones sudamericanas podría cumplir una función de revitalización para el Mercosur.

Para Abreu, por ejemplo, los temas discutidos en el tratado “van de la mano de la modernidad”; “es un salto tecnológico de la nueva agenda” que tiene “la importancia de iniciar un proceso de apertura al que Brasil fue muy reticente durante muchísimos años”, señaló.

En este sentido, Bartesaghi fue un paso más allá: según opinó, el TLC “es positivo” para el bloque económico. Esto es debido a que, mediante la firma de acuerdos bilaterales por parte de los países miembros con Chile, “lo que se está haciendo es, indirectamente, poner arriba de la mesa que el Mercosur tiene que modernizar su agenda”, explicó.

Albertoni, por su parte, fue más directo en su interpretación del acuerdo firmado. Según consideró, Chile “desde hace unos años” inició un camino de modernización de los acuerdos existentes con América del Sur. “Estos nuevos acuerdos muestran que hoy el comercio ya no es solo el ámbito para hablar de aranceles sino de temas que van bastante más allá”, agregó el experto, refiriéndose al contenido del TLC firmado.

 

Suenan las alarmas

Si bien el acuerdo fue firmado entre dos países que no incluyen a Uruguay, esto no significa que no pueda ser adoptado por Uruguay como ejemplo a seguir a la hora de cerrar un tratado de libre comercio.

De esta manera, para Pablo Moya, economista de la consultora Oikos, el resultado al que llegaron el país vecino con el transandino “está adentro de los instrumentos que uno visualiza que debería seguir Uruguay”.

Sin embargo, esto no genera un inconveniente en el sentido que no se trata de una competencia entre Brasil y Uruguay para decidir quién firmó más rápido un acuerdo con Chile. De acuerdo con el economista, se trata más de “virtudes propias entre Brasil y Chile” antes que, “lamentablemente” dificultades entre Uruguay y ese país.

Albertoni profundizó este punto, indicando que debe servir como “una enorme señal” para Uruguay, para “empezar a darnos cuentas de que debemos ser más proactivos y dinámicos”. Justificó esta idea haciendo referencia al tiempo que pierde Uruguay en el debate sobre su apertura comercial, ya que otras naciones “ya están entrando en una segunda fase” de modernización de acuerdos. “Cuando decidamos ya vamos a estar dos goles abajo”, disparó.

Por último, Abreu opinó que lo importante “es el mensaje”: “Uruguay tiene que tomar la estrategia común, el gobierno tiene que asumir que no puede tener posiciones distintas en política comercial adentro”. En este sentido, instó a “volver un paso atrás” en la resolución 132 del Mercosur, permitiendo que todos los países del bloque negocien “como quieran”. Es así que “si Uruguay quiere negociar con China, con los Estados Unidos, o con Groenlandia, lo hace”, finalizó el excanciller.


Un G20 “light” y sin los “temas sensibles”

En relación a la reunión del G20 en Argentina, Bartesaghi señaló que se “puede esperar poco” de la declaración.

“Argentina lo que puso en agenda son temas muy vagos”, explicó. El futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible, perspectivas de género; estos temas son “generales” y “va a haber acuerdo”, exclamó.

Sin embargo, Bartesaghi se cuestionó si se llegarían a tocar los “temas sensibles” en la declaración final, siendo estos guerra comercial, medio ambiente o migraciones, por nombrar algunos.  Según opinó, no se logrará un acuerdo en estos temas, y la declaración a la que se llegue será “light”.

“El G20 tiene cada vez menos de grupo y cada vez más de acuerdos bilaterales”, puntualizó el experto.

Por último, finalizó haciendo énfasis en que el G20 debería hacer hincapié en la reforma y modernización de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que es “en el único tema sensible que podría haber algo de acuerdo”.