En entrevista con CRÓNICAS, el gerente de la Asociación Nacional de Productores de Semillas del Uruguay (Anaprose), Rodolfo Fonseca, señaló que Uruguay tiene una muy buena institucionalidad en la producción semillerista, pero que aún mantiene problemas porque hay especies que se utilizan para el mercado ilegal de semillas.
Por Romina Peraza | @romiperaza
El rubro semillero en Uruguay es uno de los que está creciendo. Internacionalmente, las semillas uruguayas tienen muy buena reputación por la seriedad que se ha mostrado desde los productores uruguayos, por cumplir con los compromisos asumidos en tiempo y forma y por la situación del mercado interno en cuanto a la formalidad del mismo.
En entrevista con CRÓNICAS, el gerente de la Asociación Nacional de Productores de Semillas del Uruguay (Anaprose), Rodolfo Fonseca, señaló que Uruguay tiene una muy buena institucionalidad en la producción semillerista, en todos los eslabones de la cadena.
Si bien la formalidad en el sector es una cualidad destacable, hay un mercado ilegal de semillas que atenta contra la producción y el sistema formal, según comentó Fonseca. A su vez, explicó que desde la Asociación en conjunto con otros socios del sector privado y el Instituto Nacional de Semillas (Inase), están trabajando para solucionar ese problema, pero que actualmente “es una piedra en el zapato”.
Según comentó, es muy difícil el control porque hay especies que actualmente tienen niveles relativamente altos de informalidad. Igualmente, destacó que comparado con el mundo y la región, Uruguay se encuentra muy bien, aunque mantiene un 15% o 20 % en algunas especies que se encuentran en el mercado ilegal y eso termina compitiendo con las empresas instaladas.
El negocio ilegal de semillas se da cuando un productor compra semillas, planta y lo que cosecha, en vez de usarlo nuevamente para su uso personal, lo vende a otro productor. Esto se da porque muchas de las semillas de Uruguay, cuando se cosechan se obtienen lo mismo que se plantó.
Por tanto, genéticamente se produce lo mismo que se compró. Esta práctica es totalmente legal si se utiliza para el mismo establecimiento. Las semillas que se utilizan más en el mercado ilegal son la avena, algunos raigrás y la soja.
Los mercados
Uruguay accede a mercados importantes en la industria de la semilla. En el caso del raigrás se vende a Colombia, Perú, Ecuador y China. A su vez, se está trabajando en el mercado brasileño, porque actualmente hay algunas trabas para vender al vecino país. En el caso del trébol blanco y la avena, desde Anaprose se está trabajando para acceder a esos mercados.
Cómo tantos otros rubros de la industria agroexportadora, el de la semillas también está “enganchado” a los vaivenes de los mercados internacionales.
Posibilidades de crecimiento
Si bien sectores como el arroz o la carne se vieron beneficiados en los mercados internacionales por la pandemia, en el caso de las semillas no hubo grandes diferencias. Sí existieron algunas pocas complicaciones porque las oficinas de los distintos países estaban trabajando a menor ritmo y eso bajaba la velocidad de las exportaciones.
Consultado acerca de que otras semillas podrían tener posibilidades de desarrollo en Uruguay, teniendo en cuenta el clima del país y los mercados internacionales en materia de precios, Fonseca señaló que hay varios cultivos en los que se podría incrementar su producción.
Uno de ellos es la soja en contraestación, que es una producción controlada que se produce para el hemisferio norte. Esto se da porque allí no hay cultivos de soja plantados. Entonces lo que se genera es que ellos mandan las semillas, se planta en Uruguay y luego se envía la producción nuevamente para el país de origen.
Esto lo que hace es acortar los ciclos de multiplicación de la semilla. Según comentó el productor, actualmente este negocio es pequeño, pero puede llegar a ser muy importante en algún momento y tener un alto agregado de valor.
Soja
Actualmente la soja tiene precios récord, de hecho la tonelada del cultivo superó los U$S 500. Si bien los precios son los mejores en mucho tiempo, todavía falta que se concreten algunos detalles, porque la cosecha aún no se levantó en su totalidad. Además, es un cultivo que está amenazado climáticamente en varios puntos del país.
En opinión del técnico, es verdad que hay un mejor ánimo en el sector productivo y eso llevará- si los precios se mantienen- a que aumente un poco o se consolide el área de siembra.
Además, los cultivos de invierno tienen precios mejores a los de años anteriores, y eso también ha aumentado un poco la demanda.