Luis Lacalle Pou, senador y líder de Todos – Partido Nacional
Hace poco más de dos años perdió el balotaje contra el actual presidente de la República, y hoy, cuando faltan casi tres años para las elecciones, sigue siendo uno de los candidatos favoritos de la oposición. El senador blanco Luis Lacalle Pou, quien “no esperaba mucho” de este segundo mandato de Tabaré Vázquez, opinó que el clima electoral que se vive en estos momentos se debe a que “la gente quiere cambiar” porque “las cosas no están bien”. A su vez, fue crítico con el gobierno, que según dijo, “está bloqueado” y su única aspiración es la instalación de la segunda planta de UPM.
El menú En la cava de Panini’s, el líder nacionalista degustó salmón chileno acompañado de cremoso de maíz y vegetales baby con vinagreta de tomate, cilantro y lima, y para beber prefirió agua mineral sin gas. Para extender la sobremesa, optó por té mixto.
Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Qué balance hace de lo que va del gobierno de Tabaré Vázquez?
-Me cuesta mucho analizar estos dos años de gobierno sin examinar un proceso en el cual se repite partido político, presidente y figuras. Ese proceso se vio fuertemente influenciado por una bonanza regional, nacional, y por ser un país que se diferenciaba y se sigue diferenciando del resto de la región por tener una institucionalidad muy fuerte, lo que genera confianza y lo que nos permitió beneficiarnos, a veces más que los vecinos, de la inversión extranjera.
Después de estos años de bonanza, cuando uno pasa el tamiz, si bien económicamente estuvimos mejor, en lo que hace a la permanencia del desarrollo sostenible en el tiempo, no tenemos índices buenos. No tenemos ni mejor educación, ni mejor salud y, obviamente, no tenemos mejor seguridad.
Si uno ve las aspiraciones del gobierno del doctor Vázquez y del Frente Amplio (FA) hoy, uno diría que está jugado todo a la instalación de una industria, lo que quiere decir que es un gobierno carente de iniciativas, de ideas, y lo más grave, de una determinación de hacer cosas. Desde el punto de vista económico, partidario, de los compromisos y de la agenda planteada, el gobierno está bloqueado.
-A una forma de conducir, a mecanismos de decisiones, al entrelazado del partido de gobierno, a una fuerte combinación y división de poder con el ámbito sindical, que a veces se confunde hasta dónde llega uno y otro.
Y algo que para mí es importante, en lo que hemos tratado de incidir pero no hemos podido hasta el momento, es que el presidente cuando realmente cree algo, si lo quiere llevar adelante debe saltar la barrera partidaria, y por eso más de una vez hemos ofrecido los votos.
Yo no esperaba mucho, en campaña electoral dije que le mintieron a la gente y hoy lo puedo afirmar tranquilamente no solo en el tema tributario, lo extiendo al tema tarifario, a la obtención de recursos, que a la gente no se le dijo la verdad en ese sentido, y también hay muchas promesas y compromisos que no se llevan a cabo ni se van a llevar a cabo.
“Si no recorro el país en cuatro años se van a quejar y van a decir que solo lo hago en campaña electoral, así que prefiero que me digan que estoy en campaña”
-En su discurso de asunción, Vázquez se mostró abierto a aceptar propuestas y a dialogar con otros partidos. ¿Lo ha cumplido en estos dos años?
-Notoriamente no lo ha cumplido. El martes me desperté con una noticia desde Finlandia que enciende una lucecita al final del camino. Vamos a ver si después se unen los dichos a los hechos del presidente de la República, que dijo que le gustaría una oposición propositiva; en realidad ya la tiene.
Nosotros estamos preparando por segunda vez las propuestas que le vamos a hacer el 2 de marzo al gobierno, estamos terminando de evaluar el cumplimiento de las anteriores y redondeando las nuevas con el equipo.
-¿Los temas se pueden saber?
-Por ahora no. Sí te puedo decir que son medidas concretas.
-Algo parecido a lo que presentó el año pasado.
-El formato, seguro: el diagnóstico, la propuesta a llevar adelante y la forma específica. Si el día de mañana primara la humildad en el gobierno, cosa que hasta el momento no ha pasado, tiene las medidas ahí. Quizás no sean perfectas, para nosotros son buenas, pero capaz que las toma y las puede mejorar.
-¿Qué le hace pensar que las va a tomar?
-Nada, pero nuestro deber es aportar, y ojalá que lo que dice desde Finlandia de una oposición propositiva realmente sea así.
-¿Las urgencias son las mismas que la vez anterior?
-Algunas urgencias sí, no me cabe la menor duda. La vez pasada propusimos una elección de horas por dos años y un mecanismo para que no queden horas fraccionadas o descolgadas. El presidente contestó que se estaba haciendo, [la ministra de Educación] María Julia Muñoz dijo que no sabíamos nada, que se estaba haciendo, lo mismo hizo la señora Celsa Puente [directora de Secundaria].
No solo no se hizo en el 2016, sino que para el 2017 tampoco va a suceder, y recién en el 2018 las horas se van a poder elegir con otro mecanismo. Es la vida de los chiquilines, que pierden horas, que no se les da la cantidad de clases que necesitan, con el agravante de que después con determinadas faltas igual se los pasa porque hay que pasarlos.
“Tabaré Vázquez se mete en el Parlamento cuando le conviene”
-¿Cómo vivió el partido el diálogo multipartidario sobre seguridad? Vázquez convocó para aceptar propuestas de la oposición. ¿Eso se dio?
-Recordarán que yo no fui muy optimista con el diálogo por la seguridad, es más, yo dije que no quería ir para la foto. Fuimos a las reuniones incluso creyendo que [Eduardo] Bonomi no podía estar un segundo más en el Ministerio [del Interior], esa fue nuestra concesión al diálogo, y Vázquez aseguró que iba a haber cambios en la política de la seguridad pública.
Pasaron varios meses de reuniones técnicas y políticas, varios acuerdos y hasta el día de hoy el Parlamento no ha cumplido con los compromisos que se generaron en la Torre Ejecutiva. Cuando se le pidió al presidente que actuara en consecuencia, dijo que él no se podía meter en el Parlamento, y al mismo tiempo fue a convencer a dos diputados díscolos del FA de que votaran una medida. Así que lamentablemente termina con lo del principio: fue para la foto.
-La semana pasada, legisladores de la oposición dijeron a CRÓNICAS que es preferible no tener Rendición de Cuentas a tener una “irresponsable”. ¿Qué opina al respecto?
-Yo no entiendo por qué a principio de año estamos obsesionados con la Rendición de Cuentas, y hablo de políticos y de periodistas. Parecería que no hay nada para hacer antes de la Rendición de Cuentas.
-En esta misma mesa, el senador Pablo Mieres sostuvo que eso se debía a la falta de agenda del gobierno y al hecho de que al FA le falte un voto en Diputados.
-Comparto lo que dice Pablo Mieres de que el gobierno no tiene agenda. El gobierno está congelado y eso no es bueno, pero hay cosas para hacer. Las medidas que vamos a proponer el 2 de marzo son para desarrollar ahora.
No le quiero restar trascendencia a la Rendición de Cuentas, sobre todo a una Rendición en la cual el propio gobierno se enjauló, porque es la primera vez desde que tengo memoria que un gobierno se autoimpone un Presupuesto a dos años, me parece que inspirado en creer que la cosa iba a mejorar y que todos los compromisos de campaña, que eran exuberantes, se iban a poder cumplir del 2017 en adelante.
En la reunión de La Paloma de este verano yo dije que por primera vez en 12 años nos prestan la pelota en el Parlamento –antes había una mayoría absoluta regimentada-, cosa que trae aparejada una enorme responsabilidad para los que estamos de este lado.
-Usted lo ve como una oportunidad, pero también puede suceder que un proyecto pase al Senado y el FA lo bloquee.
-Sí, pero es una presión importante. Si la Cámara de Diputados aprueba un proyecto que es justo, que es necesario, que es posible, el Senado va a tener una presión distinta.
Por primera vez que haya o no Rendición de Cuentas no depende exclusivamente del gobierno. Debería haber aproximaciones por parte del partido de gobierno hacia la oposición para tratar de negociar para conseguir los votos. Sé que para el FA es algo nuevo, distinto y desconocido, y necesariamente deberá tener muchas dosis de humildad, que hasta ahora no lo ha demostrado.
A su vez, en esta oportunidad que tenemos vamos a tener que demostrar la humildad suficiente para no querer que los proyectos que tengan andamiento sean los propios. En La Paloma yo les dije a los dirigentes que fueran a buscar los proyectos de los otros partidos, para ver cuáles son buenos y apoyarlos. Después vamos a pedir que apoyen los nuestros, pero primero los de los demás.
“El FA ha generado un aparato estatal burocrático enorme que hoy no se atreve a cortar”
-¿Cree que los partidos de oposición tienen la capacidad de coordinación suficiente como para llegar a un consenso? En entrevista con Búsqueda, el senador colorado Pedro Bordaberry dijo que la oposición está “muy fragmentada”, por lo que va a ser muy difícil acordar en Diputados. ¿Cuál es su opinión?
-Obviamente la oposición está dividida en partidos y dentro de los partidos en sectores, pero depende de cómo se arranque. Si se empieza a ver las diferencias, la reunión o los acuerdos no duran un instante, hay que arrancar a ver las coincidencias. Fácil no es porque hay un interés muy legítimo de ser el partido preferido.
-¿Cuáles serían esos temas en los que al Partido Nacional (PN) le interesa acordar con el resto de la oposición?
-En todos, en lo que se pueda, no hay que amputarse nada.
-Los gremios exigen mejores salarios y condiciones laborales, y sobre todo los de la educación y la salud reclaman mayor presupuesto para esas áreas. ¿Estima que será un año conflictivo en ese sentido?
-Es lógico que la gente pida ganar más, y es lógico también que cuando se pretenda pagar más, se pida más productividad. Creo que la discusión que está faltando en el país es sobre la eficiencia, la eficacia y la productividad.
Obviamente que hay injusticias salariales, el caso típico es el de los soldados, seguramente los docentes también. El gobierno no ha priorizado esos sectores porque cuando le toca recortar el gasto superfluo dice que no puede, y ha generado un aparato estatal burocrático enorme que hoy no se atreve a cortar.
“Me parece que le haría muy bien al país tener una presidenta”
-El PN siempre se caracterizó por tener dos sectores muy consolidados, pero últimamente ha habido movimientos dentro del propio partido de dirigentes con aspiraciones a ser candidatos de cara a 2019, sobre todo en el ala de Jorge Larrañaga. ¿Cómo lo evalúa? ¿A qué se debe este cambio?
-Yo creo que es buena la efervescencia. En La Paloma definimos que este año la estructura partidaria debe estar movilizada y en paz. Algunos confunden la paz con la quietud, pero un partido que no se mueve, que no discute, que no genera nuevos liderazgos, es un partido que se está extinguiendo.
Por suerte el PN no sufre eso, al revés, hay una ebullición constante y se plantean cinco o seis candidatos nuevos, y eso es muy buena cosa. Yo tengo mucho respeto por el otro sector partidario, y si bien tengo mi opinión, me reservo de darla porque hay que ser delicado en estos procesos.
-En el encuentro en La Paloma también llamó a su sector a “trabajar para el 2017 y no para el 2019”. ¿A qué atribuye el clima electoral que se vive en estos momentos?
-Cuando las cosas no están bien, la gente quiere cambiar. En nuestro país, por suerte, los gobiernos empiezan y terminan, eso no significa que la ansiedad no esté presente, de hecho lo está. Es un constante en nuestra vida diaria, con las personas con las que conversamos, que vienen con ese entusiasmo y te dicen: “en las próximas elecciones hacemos tal cosa”, y yo les recuerdo que faltan tres años.
Lo que dijimos en La Paloma fue: “no hablemos del 2019”. ¿Por qué? Porque el tiempo de la gente es muy importante y sería una frivolidad hacer propuestas para dentro de tres años. Esto no significa que los políticos no pensemos hacia adelante, obviamente que lo hacemos, pero lo importante ahora es el 2017.
-Podría leerse como que usted ve que aparecen otros liderazgos dentro del partido y toma este camino para frenar su crecimiento.
-Primero, yo no hago jugadas a tres bandas, soy mucho más lineal, por eso soy confiable, porque digo las cosas que pienso. Segundo, si no fuera confiable y lineal y fuera rebuscado, en este caso puntual no me serviría desestimular surgimientos.
“La discusión que está faltando en el país es sobre la eficiencia, la eficacia y la productividad”
-¿Qué objetivos tuvieron entonces sus recorridas por el Interior del país, en las que se lo acusó de estar en campaña electoral?
-Un periodista en Mercedes a fines del 2015 me dijo que algunos decían que yo estaba en campaña. Yo le respondí: “Qué increíble, porque si no vengo en cuatro años se van a quejar y van a decir que solo vengo en campaña electoral”. Así que yo prefiero que me digan que estoy en campaña.
Esta gira, que la hicimos con el sacrificio de todos los diputados, senadores e intendentes del sector, tenía algunas particularidades que están lejos de una campaña electoral. Primero, no hablábamos, escuchábamos. Recibimos 850 delegaciones en 17 departamentos, lo que nos permitió tener el termómetro actual de la realidad nacional.
-Verónica Alonso dijo en una entrevista con CRÓNICAS que si tiene el apoyo de la gente, “sería un honor ser candidata”. ¿Cree en la posibilidad de que Uruguay tenga una presidenta?
-No me extrañaría para nada que Uruguay tuviera una presidenta, y me parece que le haría muy bien al país. Y sobre Verónica puntualmente, es una compañera que ha hecho una carrera buena, bastante vertiginosa para los términos normales de la política, y es una de las figuras emergentes del partido.
“En política internacional hubo buenas intenciones pero mala ejecución”
-Al comienzo de este gobierno compartía el discurso de la Cancillería, con excepción de su postura con respecto a Venezuela. Sin embargo, últimamente ha sido más crítico, sobre todo con algunos viajes realizados por el presidente Vázquez. ¿Por qué?
-Una cosa son los discursos y otra las acciones. Para mí ha sido bastante errática la política internacional con los vecinos y con el mundo, y últimamente se ha puesto la carreta delante de los bueyes.
-¿Con qué no está de acuerdo?
-En términos políticos, con la actitud con Venezuela. En temas puntuales, cuando se dejó colgada la Presidencia pro Témpore [del Mercosur]; cuando no se tomó una decisión inmediata de reunirse con el presidente de Brasil [Michel Temer], le guste o no su signo partidario; la declaración oficial defendiendo a Dilma [Rousseff] fue una torpeza enorme, porque lo puede hacer el FA, pero no el gobierno.
El otro día convocamos a Comisión a [Rodolfo] Nin Novoa, y pasaron de decir: “firmamos un TLC con China en el 2018”, a decir: “el acuerdo comercial con China no está liquidado”; hay una brecha bastante importante entre ambas cosas.
Hubo torpeza en cuanto al visto bueno necesario que tienen que dar los socios del Mercosur para que podamos avanzar en un acuerdo bilateral con países ajenos al bloque, porque no lo vamos a hacer de pesados. Hubo buenas intenciones pero mala ejecución, poca planificación y anuncios sobredimensionados.
-¿Con qué está de acuerdo?
-Con la intención, pero falta ejecución.
-¿Qué le parece el reciente viaje del presidente?
-No está mal, yo no censuro los viajes del gobierno, pero me parece que falta planificación. Está bueno ir a Finlandia a ver el sistema educativo, a juntarse con la gente de UPM, pero el partido de UPM no se juega en Finlandia, se juega acá.
Hay que ver qué hacemos con los recursos escasos, con los compromisos asumidos, y cómo repartimos la posibilidad de inversión en infraestructura vial, que hoy es insuficiente, para tener otro tipo de infraestructura para la instalación de la empresa. Eso es en Uruguay, no en Finlandia.
“El gobierno no ha priorizado sectores con injusticias salariales porque cuando le toca recortar el gasto superfluo dice que no puede”
-Pablo Mieres dijo a CRÓNICAS que “la única apuesta de Vázquez es UPM”. ¿Qué opinión le merece? ¿Sería una buena inversión?
-Nosotros mantenemos la misma opinión desde que firmamos el tratado de protección de inversiones con Finlandia, el que votó en contra el FA. Recordemos que todo el FA era contrario a la instalación de la planta de celulosa, y como tantas cosas en la vida, tuvo que cambiar. Ahora estamos todos de este lado y hay que negociar.
¿Cuál es el interés que debe representar el presidente Vázquez? El interés nacional. ¿Qué tiene que hacer para representarlo? Que se instale la planta. ¿En qué condiciones? Que la empresa ponga más de lo que quiere poner, y que el gobierno con sus recursos escasos sea más eficiente, más eficaz, poniendo menos de lo que se le exige. Eso es una negociación, obviamente con la determinante de la escasez.
-Por lo general es muy crítico con los gobiernos frenteamplistas. ¿A qué se debe el cambio de aquella consigna “Por la positiva”?
-Ese eslogan es una forma de entender la vida y la actividad política. Ahora, si leen mis discursos que están en el libro de Daniel Supervielle, siempre fui hipercrítico, lo que pasa es que mi tono no es ni de agresión ni de descalificación, siempre busco el diálogo, nunca falto el respeto. He elogiado al presidente Vázquez en sus logros y metas como persona, pero la crítica siempre ha estado, nuestros discursos eran críticos.
-Si pudiera volver el tiempo atrás, ¿haría la misma campaña?
-Era la adecuada, era lo que sentíamos en ese momento. Lo que tuvo nuestra campaña desde sus orígenes fue que en el eslogan, en la foto, no había máscara, no había careta, las fotos eran en blanco y negro, sin Photoshop; fue una campaña genuina. Sentíamos eso y era nuestra expresión real de ese momento. Si el tiempo pasa y no maduramos, no crecimos y no cambiamos, pasó al santo botón, y espero que no haya sido así.