Darío Pérez, diputado de la Liga Federal – Frente Amplio
Es conocido como el diputado “rebelde” del Frente Amplio (FA) tras haber desacatado en varias oportunidades la disciplina partidaria, pero asegura que no le molesta esa etiqueta. Sí admite que le ha traído problemas con sus compañeros, y que de hecho algunos lo llaman “traidor”. En entrevista con CRÓNICAS, el líder de la Liga Federal, Darío Pérez, se mostró alerta por la posible pérdida del gobierno, que se incrementa por el freno del crecimiento económico en un país donde muchos votan “por el bolsillo”. Además, afirmó que el hecho de que el FA se quedara sin mayoría en Diputados no fue tan negativo, porque permitió negociar con otros partidos, y eso “te quita soberbia”.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-Ha sido bastante crítico con el FA en presupuestos anteriores. Ahora se está estudiando la Rendición de Cuentas en el Senado, luego de su paso por Diputados. ¿Cómo vio el proyecto?
-Comenzó todo muy mareado y con dificultades por la pérdida de la mayoría parlamentaria. Eso hizo que hubiera que llevar adelante un ejercicio de negociación que desde un punto de vista complica, porque no se lleva exactamente la línea del gobierno, pero si lo miras desde el punto de vista del sentido común, es bueno que nos acostumbremos a negociar, porque a veces las mayorías parlamentarias –que antes las sufrimos nosotros y ahora las sufren los otros- se vuelven medio soberbias y escuchan poco, entonces tiene eso de bueno.
-O sea que no fue tan negativo el alejamiento de Gonzalo Mujica del FA.
-No, pero quizás yo tenga una perspectiva un poco diferente a la del resto de los compañeros, porque nosotros sufrimos muchas veces el plantear cosas que nos parecían de sentido común y no ser escuchados.
-¿Se refiere a los planteos de la Liga Federal? ¿A no ser escuchados dentro del propio FA?
-Sí, dentro del propio FA, y fue la razón por la que en el Presupuesto pasado no votamos tres artículos como señal política del deseo de ser escuchados y atendidos como en toda negociación. Y también por otras cosas que se están haciendo evidentes ahora, de las que venimos avisando, que tienen que ver con el accionar del gobierno, que nos están dejando en el lugar en el que estamos en las encuestas.
-¿Por ejemplo?
-Es una amplitud de cosas… Tiene que ver con cómo el gobierno se acerca a los problemas, la no resolución o la resolución a medias de determinadas situaciones, la forma en la que comunica las cosas.
“Una parte del FA es consciente de que el gobierno nos cambió, y otra se abroquela y considera que todos nuestros males son maniobras de la derecha”
-Volviendo a la Rendición… ¿Se podría haber ajustado más?
-Todo el mundo tiene derecho a reclamar y a intentar mejorar su salario, sus condiciones de vida, pero en tu casa si no te puedes comprar algo no te lo compras, entonces esta Rendición de Cuentas se ha ajustado lo máximo posible, y a su vez ha tratado de responder a algo en lo que se ha insistido mucho dentro del propio FA, que son mayores recursos para la enseñanza, dentro de lo que se puede. Hacer otro tipo de cosas temerarias significaría más deuda, y eso no creo que nadie lo quiera, ni nosotros ni la oposición.
-¿Qué opina del resultado de la negociación?
-El resultado fue mucho mejor de lo que se esperaba.
-Hubo que negociar, pero el proceso no fue tan complejo.
-Sí, yo creo que eso está muy bueno porque te quita soberbia.
-¿Negociar con otros partidos?
-Sí.
-¿Con mayoría hubieran aprobado el proyecto sin preguntar?
-Lo hubiéramos sacado como venía, como máximo la negociación hubiera sido solo interna, y no hubiera dado paso a otras miradas que me parece que fueron muy buenas, como la del diputado [de Unidad Popular, Eduardo] Rubio.
-¿Está conforme con esta Rendición?
-Es lo que hay, y alguien con sentido común y razón no puede pedir más. Si no hay, no hay, entonces no es que te conforme, pero tienes que aceptar las reglas tal cual están.
-Suficiente no va a ser, pero yo recuerdo que en gobiernos de otros partidos las Rendiciones no existían, eran directamente gasto cero. Creo que la estrategia del gobierno de presentarse según las condiciones económicas del país y hacer los presupuestos en forma anual, da mayor flexibilidad de adaptarse, y si las cosas mejoran, la posibilidad de mejorar los presupuestos.
-Ha hecho bastante énfasis en el presupuesto para la educación, y se destinaron más recursos para esa área en esta instancia. ¿Cree que se va a llegar al 6% del PIB antes de terminar el período?
-No, yo creo que no. Igualmente, se le reclama al gobierno que es una promesa incumplida, pero yo quiero que hagamos un viaje al pasado, al 2014, cuando estábamos en período preelectoral y las condiciones de la región y de nuestro país eran totalmente diferentes.
Dilma [Rousseff] estaba gobernando perfectamente bien, Brasil aparentemente no se caía; existía la esperanza de que Argentina pudiera, si se veía libre de Cristina [Fernández], mejorar. Ninguno de esos presupuestos se ha cumplido. Brasil se cayó, Argentina no levanta, y si bien Uruguay ha tenido la posibilidad de desengancharse de la región y de crecer por fuera –mérito del equipo económico, más allá de que la oposición no lo quiera reconocer-, las condiciones de aquel momento en que se prometió el 6% eran totalmente diferentes un año después. Esas son las dificultades de prometer, por eso yo nunca prometo.
-Usted fue el “voto 50” en más de una ocasión en la que desacató la disciplina partidaria, después pasó a serlo Gonzalo Mujica, y ahora ese voto ya no está. ¿Espera su renuncia?
-Él dijo que iba a renunciar. No sé qué va a pasar.
-Hoy me decía que no le pareció tan negativa la pérdida de mayoría en Diputados como al resto del FA. Pero ¿era esperable que sucediera después de haberla tenido por tantos años?
-Yo creo que manejamos muy mal la relación con el compañero que finalmente determinó irse. Creo que el hecho de que él votara la Investigadora [sobre los negocios con Venezuela y los préstamos del Fondes] no era una razón que justificara extremar las cosas y sacarlo del FA, más allá de que quizás él se sintiera incómodo y ya no quisiera estar, pero me parece que podríamos haber manejado las cosas de otra forma. Y en cuanto a sorpresas, en política no te puede sorprender nada.
“El hecho de que Gonzalo Mujica votara la Investigadora [sobre el Fondes] no era una razón que justificara extremar las cosas y sacarlo del FA”
-¿Es entendible su decisión de haberse ido del Frente?
-No me gusta que se haya ido y que con eso hayamos perdido la mayoría parlamentaria, pero también ha servido para valorar otras cosas. Yo no lo puedo criticar por las decisiones que toma, me hubiese gustado que se quedara en el FA, pero creo que manejamos en forma inadecuada esa relación como para poder mantenerlo.
-De todas formas, Mujica ya no es el único actor determinante en la Cámara Baja. Lo demostró la votación de la Rendición.
-Han aparecido nuevos actores por izquierda y por derecha, tanto Rubio como [el diputado colorado Fernando] Amado.
-Usted es conocido por ser uno de los diputados “rebeldes” del FA. ¿Se identifica con esa etiqueta?
-Rebelde fui desde chico; no rebelde sin causa, y además cuando creo tener razón la defiendo con uñas y dientes. Me he tenido que adaptar a algunas cosas como la disciplina partidaria, que me pesa y me cuesta mucho, entendiendo que los partidos políticos deben tenerla para poder gozar un mediano orden. Pero no creo que sea un altar al que haya que ir todos los días a rezar, me parece que hay situaciones en que la sacrosanta disciplina partidaria puede quedar a un lado, si existen razones mayores para hacerlo.
-¿Y qué piensa cuando lo llaman el diputado “rebelde”?
-No me incomoda en lo más mínimo, la verdad ni me va ni me viene, sí me genera problemas.
-¿En la interna frenteamplista?
-Sí, los compañeros que son más benévolos dicen que soy loco, los que me van tomando más rabia dicen que soy traidor.
-O sea que eso de alguna forma ha repercutido en su vinculación con sus compañeros.
-Sí, en general cuando yo he defendido cosas nadie me ha presionado. Capaz que gozo de la fama de mal carácter, o de ser muy firme, pero sí me pasó cuando no voté la unión de la [Policía] Caminera con la [Guardia] Republicana, que hubo gente que me dejó de saludar. No me parece que una discrepancia lleve a tal punto, pero hay gente que se lo toma así.
Fundamentalistas hay en todos lados y son los que nos hacen más mal en la política, porque se ponen la camiseta como quien es hincha del fútbol, y creo que hay que utilizar otros componentes, sobre todo el cerebro y la razón, para trabajar en política.
-¿Cree que ha habido corrupción en el gobierno?
-Hasta ahora quien ha sido procesado por una cuestión parecida a eso ha sido [Juan Carlos] Bengoa. Y lo que pudo haber habido más recientemente vendrá ahora por parte de la Justicia, si es que llega a alguna conclusión.
-¿Se refiere al caso de Ancap?
-Sí. Yo hoy no te puedo decir que existió [corrupción] porque es una cosa muy gruesa, es más, ni la oposición puede decirlo. Sí puede haber hechos con visos de irregularidad. Hay que ser prudentes y esperar a que la Justicia falle, pero francamente no creo que ningún partido político esté vacunado contra esa posibilidad, porque está integrado por hombres y mujeres y las tentaciones pueden ocurrir.
-¿Ve un riesgo de perder el gobierno? Hoy hay encuestas que dan a la oposición, al Partido Nacional particularmente, mayor intención de voto que al FA.
-Sí, veo riesgos importantes de esa posibilidad, excepto que utilicemos este año y el próximo como bisagras para cambiar, en primer lugar, el humor de la gente hacia nuestro partido político y hacia el gobierno, y además, la economía, que siempre ha sido determinante en Uruguay, y le pese a quien le pese hay un sector de la población que vota por el bolsillo.
“Sendic debe dar un paso al costado porque ya está lesionando a los que lo rodean”
-¿Cómo ha repercutido en ese sentido el manejo de la economía del gobierno actual?
-Hubo un momento de crecimiento tal que veníamos en un auto a 180 [kilómetros por hora]; el auto hoy no es que venga a 60, pero viene a 100, y la gente sufre ese tipo de cosas porque alcanzó determinados lugares. Mucha gente logró estribar en la clase media-baja por una cantidad de cosas como la distribución de la riqueza, algunos índices que mejoraron notablemente, y de pronto hubo un frenazo, y eso malhumora.
-¿Eso aumenta el riesgo de perder el gobierno?
-Sí, exactamente.
-¿Hay un gasto público desmedido?
-Yo creo que hubo algunos lugares en los que la gestión no fue adecuada.
-¿Por ejemplo?
-Ancap. Y eso generó un déficit que a su vez hubo que tapar, y eso hizo que el nuevo gobierno entrara escorado de alguna manera por el peso de lo que sucedió en el anterior, que no es solamente por cosas del propio gobierno, sino también de la economía regional.
-Ha dicho que va a apoyar a Daniel Martínez en las próximas elecciones. ¿Por qué?
-Porque me parece el mejor candidato. Ahora es el mejor.
“El FA cambió después que llegó al gobierno y probó la miel del poder”
-¿Con qué discrepa del FA hoy?
-Con el balde que se ponen en la cabeza algunos compañeros, con la negativa de ver la realidad.
-¿En qué sentido?
-Puede ir desde el tema de Venezuela hasta otro tipo de cosas. A veces no es exactamente que hagas una cosa, sino el clima que vas generando entre quienes reciben las decisiones del gobierno, o la forma en la que éste comunica, que hace enojar a mucha gente.
-¿En qué casos se dio eso?
-Por ejemplo, se dio con la ministra de Educación y Cultura [María Julia Muñoz] al hablar en la forma despectiva en la que habló sobre los maestros de sexto; cuando el subsecretario del Ministerio del Interior [Jorge Vázquez] dijo lo que dijo ante la muerte del policía en la pizzería, eso generó un montón de rechazo; cuando el ministro de Economía [Danilo Astori] habló de un aumento para los jubilados de escaso monto.
-¿Es un problema de comunicación?
-Hay un problema de comunicación muy importante, y eso genera malhumor. Pasó también con la no resolución rápida del conflicto con los judiciales… me animo a decirte que antes una inmensa mayoría de funcionarios judiciales votaban al FA, pero probablemente muchos no lo volverían a hacer.
Y así sucesivamente, por estamentos, hemos ido molestando gente de una u otra manera –a través de la comunicación o de hechos concretos-, lo que ha significado una visión negativa de mucha gente que antes nos acompañaba. También la situación generada en torno a la figura del vicepresidente [Raúl Sendic] nos ha lesionado enormemente.
-¿Se lo protegió demasiado a Sendic?
-No sé si se lo protegió demasiado o no, pero ha habido locuras colectivas en ese sentido. El hecho de que frente a una duda con respecto al título un Plenario del FA saliera a apoyarlo, en todo caso, a atacar a quienes supuestamente estaban detrás –en aquel momento no se hablaba de bullying-, es complicado. Es tan complicado como hacer declaraciones de apoyo en otro país a un líder político que está enfrentado a la Justicia. Habría que ser mesurado y dejar que en ese país se las arreglaran, pero no salir a declarar apoyo a determinados líderes que quién sabe cómo termina la cosa y capaz que terminás pegado.
-En su momento se culpabilizó a la prensa y a la derecha de hacer una campaña contra Sendic por el tema del título.
[Líber] Seregni decía que algunos de los males que tenemos se le adjudican a la acción de la derecha o de los sectores conservadores, pero que no todos los males son adjudicables a eso, sino que también nosotros tenemos algunas culpas.
“Discrepo con el balde que se ponen en la cabeza algunos compañeros, con la negativa de ver la realidad”
-¿Y este es uno de esos casos?
-Este es un caso típico de no haber sabido manejar las cosas de mejor manera.
-Sendic dice que no va a renunciar.
-No sé si renunciará o no, pero yo soy partidario, y creo que fui el primero que lo dije, de que él renuncie en virtud de la suma de situaciones que lo complican. Yo le tenía un gran aprecio, no es que haya dicho esto para lesionarlo o menoscabarlo políticamente, pero uno elige qué camino tomar, y él se equivocó demasiadas veces. Como decimos en el Interior, se pegó un tiro en el pie… no uno, se pegó tres.
Cuando tú ves que estás lesionando a los que te rodean, deberías dar un paso al costado, pero ni siquiera como resultado de la presión, sino de la introspección y de una discusión interior. Yo creo que él debería renunciar.
-Me decía que hay frenteamplistas que no quieren ver la realidad. ¿Por qué? ¿A qué lo atribuye?
-Todavía no he podido discernir por qué la gente se abroquela; no sé si es un mecanismo psicológico de protección, una actitud frente a la vida o qué.
-En ese sentido, ¿cree que el FA ya no es el mismo de antes de ser gobierno?
-El FA cambió después de que llegó al gobierno y probó la miel del poder, que es miel y es veneno a la vez, porque lo que nos ha pasado a nosotros les había pasado a otros antes, entonces hay que andar caminando con más cuidado todavía cuando ves que le pasó a otro. Pero el hombre se equivoca y tropieza dos o tres veces con la misma piedra.
-¿En el FA hay conciencia de esto?
-Hay una parte que sí es consciente, y creo que cada vez más, y hay otra que se abroquela y considera que todos nuestros males son maniobras de la derecha, que nosotros somos estupendos, que hemos hecho todo bien, que nunca nos equivocamos, y encuentran excusas para todo. Pero cuando andás entre la gente te empiezas a dar cuenta de que eso no es tan así.
Tenemos que ver qué es lo que hemos hecho mal para tratar de corregirlo, y para eso lo primero que hay que hacer es tener sentido de autocrítica, y después rectificar el camino. Uno aspiraría a que hubiera esa flexibilidad en la mente de los compañeros que realmente tienen la capacidad de conducir al gobierno y al FA.
-¿Hoy falta ese sentido de autocrítica?
-Yo creo que en gran parte del FA falta ese sentido de autocrítica.
-Dice que una parte del FA se dio cuenta de que el gobierno los cambió y otra no. ¿Podría definir eso según sectores?
-Me resultaría difícil. De repente en un pasillo te puedes poner de acuerdo con algunos compañeros, pero cuando vas a un órgano interno del FA o al propio Parlamento, la cosa cambia.