El sábado 28 de enero, Carmelo Vidalín, intendente del departamento de Durazno, fue entrevistado para el programa «Quién es Quién» de Diamante FM. «Creo que la presión que ejerce un puñadito de mujeres sobre el todo el sistema que se deja dominar no es bueno. Creo que la mujer que tiene vocación de servicio se gana el lugar por sí misma», dijo. Sus dichos revolucionaron las redes sociales y generaron posturas enfrentadas sobre la Ley de cuota por género. Dos días después, el abogado del estudio Galante & Martins, Diego Galante, escribió en su cuenta de Twitter: «Es imposible decir que hay necesidad de ley de cuota por género en Uruguay, con todas las duras leyes antidiscriminación vigentes. Así no».
Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
En Uruguay existe una ley que declara «de interés nacional la lucha contra el racismo, la xenofobia y toda otra forma de discriminación». La ley contempla la distinción, exclusión, restricción, preferencia o ejercicio de la violencia física y moral basada en género como una de las formas de discriminación. Además, menciona las esferas política, económica, social y cultural. A esta Ley, la 17.817, se refería Galante en su tweet.
«No es que esto lleve a que no exista la ley de cuota de género. La ley puede existir, lo que yo digo es que no es necesario seguir legislando. Para mí, con esto alcanza», dijo Galante a CRÓNICAS. El abogado entiende que en Uruguay suele darse una tendencia a reforzar algunas situaciones «sobrelegislando». Frente a esto, entiende que lo que se debería hacer es «aplicar lo que está vigente». «No estoy en absoluto en contra… Al revés, diría que lo promuevo como un derecho que todos tengan igualdad en el acceso, en este caso, a cargos públicos, gerenciales o lo que fuere».
Esta ley en sí misma prevé la igualdad de derechos en la esfera política, entre otras, pero sin establecer una cuota. «Entiendo que no debiéramos generar, en ningún orden de la vida, cuotificaciones. Aspiro a que las soluciones se den más por el lado de esta ley que sanciona la discriminación, y no por el lado de que por ley le aseguren una situación determinada», dijo Galante.
Uno de los argumentos más comunes de quienes se oponen a la ley de cuota femenina es que el acceso a cargos de poder o influencia debería estar determinado por las capacidades de las personas, y no por su condición de género. Este es uno de los argumentos que maneja también el abogado del estudio Galante & Martins.
La posición contraria, a favor de una ley de cuota por género o paridad, no está integrada 100% por mujeres. A raíz de los dichos del intendente Vidalín, miles de personas e integrantes de todos los partidos políticos se unieron al movimiento «Las Puñadito», una movilización en redes sociales que promueve la ley de cuota por género y la no discriminación de la mujer en todo sentido.
El movimiento surgió de forma espontánea, como respuesta a los dichos de Vidalín. Muchas personas comenzaron a utilizar Twitter para expresar sus opiniones al respecto. Entre ellas, la frenteamplista Claudia Olivera, creó el hashtag #LasPuñadito para ironizar sobre el término utilizado por el intendente. A ella se sumó Susana Kaufmann, y luego miles de hombres y mujeres, hasta que el hashtag se volvió tendencia. En diálogo con CRÓNICAS, Tatiana Aristegui, edila de Colonia y una de las precursoras de Las Puñadito, dijo que el hashtag «no solo sirvió para hablar del tema puntual, que es el disparador, con respecto a la ley de cuotas, sino que surgieron muchos datos de todo tipo. Por ejemplo, índices de violencia basada en género, paridad… Fue muy variado».
A esto siguió la idea de crear una cuenta de Twitter, @laspunadito, que en pocos días superó los 1.000 seguidores. Ante el éxito en Twitter, el movimiento se trasladó también a la red social Facebook, con su propia página. Una de las precursoras del movimiento creó una imagen de una remera con el hashtag #LasPuñadito, que despertó el interés de varias y varios que empezaron a solicitar una de esas. Hoy el movimiento las está confeccionando con la ayuda de una imprenta, y las vende al costo, ya que el objetivo no es generar ganancias.
Para la edila de Colonia, el éxito de Las Puñadito radica, básicamente, en haber puesto el tema de la paridad sobre la mesa y generar discusión. Su objetivo final es que se vuelva a votar la ley de cuota por género para las próximas elecciones. Para Aristegui, la necesidad de una ley de este tipo está explicada por cifras de la realidad. «En el Uruguay las mujeres somos el 52% de la población, y la realidad demuestra que, ley de cuota mediante, solo el 20% de los cargos son para mujeres». La integrante de Las Puñadito atribuye estas cifras al «paradigma patriarcal» que predomina en el sistema político, pero también en lo laboral y en lo económico, que crea un «techo de cristal» para las mujeres.
Las Puñadito no tienen intenciones de formalizarse como una organización, sino seguir creciendo como movimiento en redes sociales hasta cumplir sus objetivos.