El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a criticar este jueves las medidas de aislamiento social para hacer frente a la COVID-19, defendió la reapertura del comercio y reprendió a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, de quien dijo que le falta «humildad» para gestionar la crisis.
En una entrevista a la radio Joven Pan, el mandatario cargó contra el titular de Salud, quien defiende públicamente el distanciamiento social como forma de frenar el coronavirus, y dijo que «falta humildad» a Mandetta para «dirigir a Brasil en ese momento difícil».
«Mandetta sabe que estamos divergiendo hace algún tiempo, pero yo no pretendo despedirlo en el medio de la guerra», dijo Bolsonaro, un crítico feroz de las medidas de aislamiento social recomendadas por el Ministerio de Salud y quien hasta hace unos días menospreciaba y tildaba la COVID-19 de «gripecita» o «resfriadito».
«Él quiere hacer mucho su voluntad», pero «le deseo suerte y espero que prosiga en su misión con un poco más de humildad», agregó Bolsonaro, quien dio a entender que ninguno de sus ministros es indispensable y que puede despedirlo en cualquier momento.
Si bien moderó su discurso en los últimos días, el líder ultraderechista volvió a calificar como «una exageración» las medidas de confinamiento adoptadas por las mayoría de los 27 estados brasileños para frenar la expansión del coronavirus, que incluyen el cierre de comercios, bares e iglesias y la suspensión de las clases.
Sin embargo, poco después de que el Ministerio de Salud redoblara su llamamiento a favor de una limitación «máxima» del contacto entre personas, Bolsonaro instó a los brasileños a volver a trabajar y defendió la reapertura del comercio en las ciudades «a partir del lunes» próximo, ya sea por una «decisión de los gobernadores o del presidente».
«Tengo un proyecto de decreto listo para ser firmado, en caso de que sea necesario, considerando como actividad esencial toda aquella ejercida que sea indispensable para llevar el pan a casa», expresó el presidente, y pidió además a los gobernadores que «revisen sus posiciones».
«Tenemos que prepararnos para volver al trabajo porque tarde o temprano eso va a pasar. Ya sea por la decisión de los gobernadores o del presidente», recalcó.
Bolsonaro mantuvo así la misma línea del discurso que sostiene hace semanas y subrayó que el virus debe ser combatido, pero también hay que evitar la «destrucción de empleos», que se ha convertido en una de sus obsesiones en medio de la pandemia.
«Hay que combatir el virus sí, pero no podemos dejar que los empleos sean destruidos», insistió, al agregar que todas las personas con menos de 40 años deberían volver a trabajar.
Hasta el momento, Brasil registra 299 fallecidos y casi 8.000 casos confirmados de coronavirus, lo que revela un aumento exponencial en ambos casos, ya que hasta la víspera se habían registrado 240 muertes y 6.836 casos.
Preguntado sobre una foto que dio la vuelta al mundo de un cementerio en la ciudad de Sao Paulo, en la que se ve la apertura de centenares de fosas para recibir las víctimas de la COVID-19, Bolsonaro puso en duda la veracidad de la imagen, que fue publicada en la portada del periódico The Washington Post.
«Mandé averiguar si eso era ‘fake news’ (noticia falsa), pero parece que es verdad». «Si es verdad, esa imagen no puede ser llevada al conocimiento del público», afirmó el mandatario.
Añadió que «es una vergüenza para (el alcalde de Sao Paulo) Bruno Covas» y que no se trata de «medidas de prevención, sino de medidas de terror». EFE