En la sala de actos de la Torre Ejecutiva, la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI) presentó la Política de Cooperación Internacional de Uruguay para el Desarrollo Sostenible al 2030. La directora de la agencia, Andrea Vignolo, señaló que el documento que firmaron presenta a Uruguay como «país dual en transición al desarrollo». Asimismo, el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Santiago Soto, mencionó que se viene haciendo un cambio de perspectiva en cómo Uruguay se ubica en el mundo.
El pasado miércoles se presentó la Política de Cooperación Internacional de Uruguay para el Desarrollo Sostenible al 2030, que estuvo a cargo de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI).
En el evento estuvieron presentes el subsecretario de Relaciones Exteriores, Ariel Bergamino; el prosecretario de la Presidencia de la República y presidente de AUCI, Juan Andrés Roballo; la directora del mismo organismo, Andrea Vignolo; y el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Santiago Soto.
Vignolo señaló que el documento que firmaron “tiene una visión donde se presenta a Uruguay como «país dual en transición al desarrollo, que tiene una política que promueve tres ejes transversales con un enfoque de derechos e interseccionalidad y de desarrollo sostenible”.
Entre los objetivos que tienen en esta materia se encuentran: posicionar las prioridades de Uruguay en la agenda de la cooperación internacional y el desarrollo sostenible, generar nuevas oportunidades de cooperación internacional, ampliar la capacidad oferente del país, además de fortalecer alianzas y herramientas para el desarrollo sostenible.
Santiago Soto mencionó que se viene haciendo un cambio de perspectiva en cómo Uruguay se ubica en el mundo. “Ahora se lo ve como un país en transición”, además indicó que los desafíos que tiene están enmarcados en la cooperación internacional.
Agregó que cómo hoy se posiciona el país es diferente a cómo lo hacia hace 15 o 20 años que “estábamos más rezagados en lo que tenía que ver con los nivel de desarrollo”.
En esa misma línea, el subsecretario de Relaciones Exteriores, Ariel Bergamino, señaló que toda práctica pública que pretenda perdurar en el tiempo implica el desafío de pensar y planificar a largo plazo, con una mirada estratégica y con objetivos concretos. Asimismo, indicó que los documentos que se firmaron cumplen esas dos premisas.
Según explicó Bergamino, vivimos en un mundo cambiante donde la inestabilidad parece ser norma. En ese contexto, la cooperación internacional tiene un “rol fundamental” a la hora de fortalecer el multilateralismo y pensar la gobernanza global con una “perspectiva inclusiva y de una manera más humana”, reflexionó.
Según explicó Vignolo, la política de cooperación por parte del Estado viene desarrollándose desde hace muchos años, pero se consideró que este momento era el adecuado para tener un documento. Este fue construido consultando al Poder Ejecutivo, las intendencias, la sociedad civil y la academia, resaltó.
«Nosotros en 2016 nos enteramos que por la renta per cápita que Uruguay tenía no íbamos a poder ser elegibles a un conjunto de fondos que son la ayuda oficial al desarrollo», señaló la directora explicando la razón por la cual Uruguay no califica para determinados tipos de cooperación internacional.
Sobre qué significa esa transición hacia el desarrollo, Vignolo explicó que es demostrar que la renta per cápita no es el único indicador que muestra el desarrollo, sino, que es mucho más complejo. “Nosotros hablamos de un desarrollo multidimensional, entonces, lo que transmitimos con esta transición es que hemos logrado un montón de avances pero todavía persisten vulnerabilidades y la cooperación es un instrumento idóneo para poder afrontarlas”. También para poder seguir desarrollándose con una perspectiva de derechos, embarcados en el desarrollo sostenible, explicó la directora.
Consultada en rueda de prensa sobre qué pone Uruguay a cambio, señaló que el país ha generado muchas políticas públicas- que se realizan de acuerdo a las capacidades que tiene- que son demandadas por otras naciones. “Somos un país dual, deferente de cooperación, pero también receptor”, indicó.