Con el propósito de apoyar la cartera de desarrollo sostenible, la recuperación económica y social para seguir enfrentando los rezagos enfrentados por el covid-19, el banco de desarrollo de América Latina (CAF) y BBVA suscribieron un acuerdo de crédito por US$ 200 millones. Estos recursos se destinarán a financiar iniciativas que permitan a los países de la región seguir avanzando en la ruta hacia el desarrollo sostenible.
La directora de Recursos Financieros Institucionales de CAF, Gloria Gamero, sostuvo que “este acuerdo representa y reitera la sólida relación que gozamos con BBVA y su importante acompañamiento en nuestro crecimiento en la región de América Latina y el Caribe”.
Por su parte, el líder de la Unidad de Clientes Globales de BBVA, José Ramón Vizmanos, dijo que «en BBVA estamos muy satisfechos de acompañar a una institución tan relevante como CAF en el desarrollo de sus compromisos para impulsar el crecimiento de las economías de América Latina; especialmente en lo referente a la sostenibilidad, que es una de las prioridades estratégicas de BBVA».
La relación entre CAF y BBVA ha permitido brindar soluciones innovadoras de financiamiento a distintos países de la región, a través de un portafolio de productos que incluyen líneas de crédito en moneda local y dura, apoyo en las emisiones de bonos verdes y sociales, derivados, instrumentos de mercado a corto plazo, colocaciones privadas, entre otros, enfocados en el desarrollo sostenible, un eje clave para CAF.
En diciembre de 2021 ambas entidades suscribieron un memorando de entendimiento (MOU por sus siglas en inglés) para fortalecer la movilización de recursos financieros en América Latina y el Caribe e incrementar la cooperación para impulsar la recuperación económica en la era post-covid.
Este nuevo acuerdo refleja el interés de CAF en seguir fomentando alianzas estratégicas que impulsen la innovación tecnológica y financiera, en favor de la población de América Latina y el Caribe. Al mismo tiempo, permite desempeñar un importante rol catalítico al aportar recursos, productos y experiencias de otras regiones para mitigar los efectos de la pandemia, ayudar en la recuperación económica de los países de la región y promover el desarrollo sostenible. Además, implica la movilización de nuevos recursos para el financiamiento verde, algo imprescindible para que los países de la región migren hacia esquemas productivos y economías bajas en emisiones de gases de efecto invernadero.