Las modificaciones anunciadas para el segmento de Vivienda Promovida buscan revitalizar a un segmento -el de la construcción- que venía muy golpeado en los últimos años. Desde la gremial de la construcción esperan que el proyecto de UPM -y sus obras conexas- sea el gran dinamizador que tenga el sector.
Los cambios anunciados por el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en el régimen especial para la construcción de soluciones habitacionales bajo el régimen de Vivienda Promovida -anteriormente nominadas como viviendas de interés social-, han sido vistos con muy buenos ojos desde varios sectores.
Lo que se busca con las modificaciones a la ley 18.795 es la reactivación de la economía, una mejora en el acceso a la vivienda y, a la vez, generar nuevos puestos de trabajo, en un sector como el de la construcción que dinamiza, a su vez, a varios subsectores.
Entre otras cosas, una de las principales modificaciones que se realizaron es bajar los topes de precio para la venta y arrendamientos de los apartamentos construidos bajo esta figura.
En 2014, las autoridades del Ministerio de Vivienda (Mvotma) llevaron adelante una reglamentación de la ley que topeó el precio del 25% de las unidades construidas. Tres años después, se emitió un nuevo decreto que limitó el precio de arrendamiento a quienes invierten en viviendas para alquilar.
Desde entonces, si superan los valores fijados, la exoneración es de un 40% y no de un 100%. A su vez, se estableció que en determinados proyectos, el 10% de las unidades deben venderse a un precio fijado por la cartera.
En entrevista con CRÓNICAS, el vicepresidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU), Alejandro Ruibal, expresó que la iniciativa de la actual administración de gobierno es buena porque anteriormente, proyectos que no llegaban a los topes, no se podían construir. Ahora, con la nueva normativa, sí se podrán llevar a cabo.
Si bien Ruibal se mostró conforme con el cambio, aclaró que las actuales circunstancias por la que transita el país, a raíz de la pandemia del Covid-19, pueden complicar la realización de muchos proyectos.
El segundo cambio importante es la posibilidad de construir monoambientes. Antes, la normativa lo habilitaba y luego lo prohibió por considerar que este tipo de viviendas no eran acordes a las necesidades de las personas.
Otra de las transformaciones en la normativa es la posibilidad de que las plantas bajas de los edificios construidos no sean destinadas a vivienda, sino a locales comerciales o áreas de esparcimiento.
Para el vicepresidente de la CCU esto representa una evolución en el modelo de vivienda. A su vez, señaló que va en línea con el modelo de proximidad de los comercios que se está dando en el mundo.
También se exonerarán las rentas, el impuesto al patrimonio por obras en construcción al cierre del ejercicio y el IVA derivado de las primeras ventas, teniendo en cuenta si las viviendas están en construcción o terminadas.
Se prevé, a su vez, beneficios tributarios para quienes adquieren la vivienda, con exoneraciones de IVA, IRAE, IRPF.
Asimismo, señaló que todas las modificaciones a la ley van en línea de promover la inversión, lo que es vital para reactivar el sector.
En la charla, el empresario explicó que la construcción de la vivienda privada representa solamente un 15% de lo que es la industria de la construcción del país. El 85% restante pertenece a obra pública y privada -que no son viviendas, sino infraestructura en general- y de vivienda pública.
“Todos sabemos la importancia de la construcción como generadora de empleos, tanto directos como indirectos, y cómo dinamiza a varios sectores de la economía”, remarcó el ejecutivo al final.
Cambio de planes
Debido a la pandemia del Covid-19, diversos rubros tuvieron que cesar sus actividades para evitar la propagación del virus.
En ese sentido, Ruibal señaló que las tres semanas en las que no se trabajó representó un “golpe muy fuerte” para el sector.
Dijo que el parate no solo implica una caída de los rendimientos, sino que se sumaron una serie de costos -en referencia a lo que se ha invertido en seguridad- que antes no estaban, y que ahora hay que incorporarlos.
Aún así, luego de cinco años consecutivos de caída de esta industria, las proyecciones para el segundo semestre del año son positivas. ¿El motivo? “El sector está muy ligado a la obra de UPM y a todas las que están relacionadas con ese proyecto, explicó Ruibal.
En síntesis, si en los próximos meses las obras de UPM avanzan como se tenía pensado, seguramente este 2020 pueda ser “la excepción” para un rubro que viene muy golpeado.