Elisa Facio, presidenta de Anda
Casi 83 años en el país, a cumplirse el 18 de noviembre, y 252.000 afiliados. Estos son los números de Anda (Asociación Nacional de Afiliados). Desde que Elisa Facio asumió la Presidencia de la institución el año pasado, tomando el cargo de Alfredo Guichón, la asociación ha tomado un nuevo rumbo hacia la modernización, incorporación de tecnologías y su más reciente novedad: el lanzamiento de su tarjeta prepaga Deanda, en el marco de la Ley de Inclusión Financiera. Este lanzamiento resultó sorpresivo para muchos, ya que en 2014 Anda mostraba un cierto rechazo hacia la ley, denunciando que limitaba los créditos sociales y generaba perjuicios directos para la asociación. «Cuando apareció la ley, nosotros analizamos todas las situaciones y veíamos que le cambiaba las reglas de juego a Anda», contó Facio. Pero desde entonces hasta ahora, ha habido cambios en Anda, a nivel de personal, cargos, mentalidad e infraestructura.
Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
– Durante su Presidencia en Anda, ¿cuáles diría que han sido los cambios más importantes que vivió la asociación?
– Una de las cosas más importantes que nos propusimos y que hemos logrado con éxito es generar vínculos con otras organizaciones gubernamentales y sociales que también trabajan para mejorar la calidad de vida de los uruguayos. Eso es algo que nos planteamos desde el principio. Yo vengo del área informática y entiendo que, en un mundo globalizado como el nuestro, tenemos que trabajar en consonancia con otras organizaciones y tenemos que tender redes y no trabajar de manera aislada, porque de esa forma podemos aportar más a la sociedad.
– El 30 de setiembre, Anda firmó un acuerdo con Antel que permite el uso cruzado de sus medios de pago. ¿Cuáles fueron los objetivos de este convenio y cómo surgió la iniciativa?
– En realidad, ese convenio es una muestra de lo que decía antes, de cómo generar redes. Yo siempre estuve muy interesada en todo lo que tiene que ver con medios de pago, y sé que en el mundo hay una experiencia muy importante de los pagos de bienes y servicios a través de los teléfonos celulares. Entonces, creo que las telefónicas y las organizaciones sociales son las que hacen verdadera inclusión. Porque, en definitiva, la red telefónica, en el país y en el mundo entero, es la red más grande que hay. Por eso nosotros hicimos un acercamiento con Antel. Les hicimos un planteo para hacer algo en conjunto y ellos lo tomaron en muy buenos términos, y nos pusimos de acuerdo en cómo podíamos trabajar. El plan fue ese convenio que hicimos el otro día y, además, seguir profundizando en otros proyectos más ambiciosos.
– ¿Qué significa para Anda haber lanzado un nuevo medio de pago electrónico, su tarjeta Deanda?
– Para nosotros es muy importante porque cuando se empezó a discutir la Ley de Inclusión Financiera, en definitiva, nos cambió mucho las reglas de juego. Y el hecho de que ayer [martes 4 de octubre] hayamos salido con la tarjeta prepaga, y que en ese acto de lanzamiento haya estado el economista Vallcorba, que es el impulsor de la Inclusión Financiera, es muy significativo porque en poco tiempo nosotros pudimos remontar la situación inicial de dificultad que se nos había presentado. Pudimos revertir y empezar a ver las oportunidades que nos estaba presentando la ley y hoy sumarnos a una causa que es de todos, y en la que Anda tiene mucho para aportar.
– En 2014, cuando la Ley de Inclusión Financiera estaba en discusión, Anda denunciaba que esta ley limitaba los créditos sociales y generaría perjuicios directos para la asociación. ¿Cómo se llegó de esa primera situación de «rechazo» de la ley a hoy tener un medio de pago electrónico que contribuye con ella?
– Cuando apareció la ley, nosotros analizamos todas las situaciones y veíamos que le cambiaba las reglas de juego a Anda. El tema es que, desde aquel momento hasta ahora, ha habido cambios en la dirección de la empresa -de hecho la presidenta no era yo-, y los que hoy estamos al frente de la institución tenemos claro que el camino es acompañar los cambios y no oponerse a cosas que son un dato.
– ¿Qué dificultades tuvieron que enfrentar en esta «modernización» de la empresa?
– Tuvimos muchas dificultades. Algunas vinculadas a que Anda es una asociación civil sin fines de lucro, y para ser emisores de dinero electrónico teníamos que ser Sociedad Anónima. Ese fue un problema, porque había que crear una Sociedad Anónima que fuera propiedad de la asociación. Entonces, ese fue un tema que tuvo mucho estudio legal.
Luego tuvimos que adaptar nuestro sistema informático, porque el sistema que teníamos no disponía de la tecnología necesaria para poder hacer esto. Hicimos una inversión muy grande a nivel informático para poder hacer la tarjeta prepaga.
«Tuvimos muchas dificultades. Algunas vinculadas a que Anda es una asociación civil sin fines de lucro, y para ser emisores de dinero electrónico teníamos que ser Sociedad Anónima».
Generamos alianzas con otras organizaciones, por ejemplo la tarjeta Visa Internacional. Eso es algo en lo que tampoco teníamos experiencia. La firma que hicimos con la tarjeta Visa es internacional así que, para empezar, todos los contratos eran en inglés. Son cosas a las que la asociación nunca se había enfrentado. Ahí tuvimos un proceso bastante largo para que Visa Internacional nos autorizara para abrir cuentas en Estados Unidos, para poder operar con ellos. Siendo una asociación que tiene 250.000 dueños -porque los dueños de la asociación son los socios-, nos dio bastante trabajo que en Estados Unidos nos aceptaran y abrir las cuentas bancarias. Para ellos era todo una rareza.
Hubo otras cosas que no solamente nos pasaron a nosotros, sino que también sabemos que le pasaron a otros. Nos contactó gente del Banco Central que tenía que definir la operativa y, como nos conocen y yo hace muchos años trabajé allí, se acercaron a nosotros para ver cómo lo íbamos a hacer, porque así podían ir definiendo las cosas en base a cómo lo teníamos pensado.
Otras dificultades todavía persisten. Con respecto a las transferencias, por ejemplo, las hemos estado conversando con la gente del Ministerio de Economía y Finanzas y entendemos que se van a resolver pronto.
– ¿Cómo prevé Anda aprovechar esta nueva condición de emisor de dinero electrónico?
– El objetivo principal es ofrecerle a nuestros socios una herramienta para que puedan cobrar sus sueldos o sus pasividades. Porque nosotros estamos para eso, nuestra misión es buscarle soluciones a los problemas de la vida cotidiana de los afiliados. Vimos que teníamos muchos socios que no estaban incluidos en lo que es el sistema financiero y nos pareció que iba a ser bueno para ellos que Anda, que es una institución con la que tienen mucha cercanía, les ofreciera una solución. Ya teníamos una experiencia, desde hacía muchos años, con el pago de pasividades. Nosotros pagamos más de 50.000 pasividades, entonces, era como una extensión de ese servicio que ya hace unos años que estamos dando.
– ¿Les generó alguna dificultad lograr que el Banco Central los autorizara como emisores de dinero electrónico?
– No, para nada. El Banco Central fue muy ágil en autorizarnos. Nosotros trabajamos con una consultora que nos ayudó a llenar todos los requisitos, pero la verdad que cuando nos presentamos, el 28 de febrero del año pasado, a los 10 días ya nos estaban pasando una cantidad de observaciones y cosas para que les contestáramos, y a los dos meses ya nos habían autorizado. La verdad que en ese sentido nos apoyaron, nos fue bien.
– Considerando que existen cada vez más aplicaciones, dispositivos y medios de pago, ¿cuál será el diferencial de Anda para competir en este rubro?
– El diferencial de Anda es la cercanía que tenemos con nuestros afiliados. Y no solamente con ellos, sino con la gente que sabe que Anda es una institución que los escucha, que los comprende y que los acompaña en su vida de todos los días. Una vez escuché decir a un socio ‘yo viví toda mi vida sin bancos y no voy a llegar a viejo para tener que pisar un banco’. Los bancos son instituciones muy grandes, que de alguna manera, intimidan un poco, sobre todo a algunas personas. Nosotros entendemos que desde ese lugar tenemos una fortaleza importante, que viene de la mano de la calidez con la que nuestros funcionarios atienden en el mostrador.
– ¿Tienen pensado incursionar en estos nuevos mecanismos que existen a través de los celulares para realizar transacciones?
– Es parte del plan que tenemos con Antel, poder transaccionar a través de los teléfonos. Con Antel vamos a empezar con la tarjeta de crédito y lo que ya teníamos para pago de estacionamiento tarifado, pago de recargas, y ahora pago de taxis que está por arrancar. Sí, la idea es ir por ahí.
– ¿Considera que los uruguayos están preparados para migrar hacia medios de pagos electrónicos?
– Creo que es un cambio cultural que va a llevar un tiempo, no lo vamos a hacer de un día para el otro. Pero es un cambio que va a venir, que va a ocurrir, y a mí me parecía que era importante que estuviéramos en esto desde el principio. El cambio cultural lleva tiempo, pero de alguna manera, ya se ha iniciado un camino. La gente antes ni se cuestionaba, no sabía. Mi mamá, por ejemplo, no sabía que con la tarjeta con la que cobraba la jubilación podía pagar en el supermercado. Y un día me dijo ‘¿no me llevás al cajero para después ir al Disco?’ Y le dije ‘pero no tenés que ir al cajero para después ir al Disco. Podés ir al Disco y pagar con la tarjeta’. O sea, la gente no sabía. Creo que es importante destacar que ahora mucha gente sabe. Algunos todavía no, pero cada vez más va a haber gente que sepa. A mí misma me pasaba que de repente si iba al supermercado y era poca plata, pagaba con efectivo. Y ahora pago con la tarjeta. Creo que el cambio ya se está dando.
«La sociedad en general no está preparada psicológicamente para este tipo de cosas», dijo Facio respecto a la Ley de Inclusión Financiera.
La campaña que tenemos hecha para la Institución Emisora de Dinero Electrónico consta de una cantidad de tutoriales. Las piezas publicitarias, muchas son tutoriales que explican -Natalia Oreiro explica, que si ella explica todo el mundo aprende- cómo funciona. Y eso es bárbaro. En realidad, va a ocurrir y yo siempre estuve convencida de que teníamos que estar en eso desde el principio.
– Analizando la situación hoy, con esta nueva modernización que tuvo Anda, respecto a la Ley de Inclusión Financiera, ¿cuáles diría que son sus principales fortalezas o beneficios y cuáles sus carencias?
– Creo que la ley está bien intencionada. El Ministerio lo que buscó fue hacer algo que ya hace muchos años que existe en el mundo entero, que ordena, que formaliza. En el final del cuento, a la economía le hace bien. En general, en el mundo, la gente es un poco reacia a estar más controlada. Hay, sin lugar a dudas, un objetivo fiscalizador. Pero yo no creo que ese sea el principal objetivo. Lo que tuvo de malo o que tiene de malo es que la sociedad en general no está preparada psicológicamente para este tipo de cosas. Pero, en el fondo, a veces las cosas hay que ponerlas arriba de la mesa para que empecemos a hablar de ellas y empecemos a mentalizarnos. Me parece que el camino es un poco por ahí. No es que un día íbamos a estar todos preparados para que esto ocurriera, y entonces ahí se hacía la ley. A veces, alguien tiene que ser el malo y decir ‘esto lo tenemos que hacer’.
Creo que falta mucha infraestructura, que estamos muy lejos de que en algunos pueblos exista inclusión financiera. Por eso quisimos hacer este convenio con Antel, porque entendemos que a través de la telefónica vamos a poder llegar a más rincones del país. El tema de la infraestructura, la presencia de POS en todo el país… Si vos mirás, los POS existen en Montevideo y en la franja costera, o sea, Colonia, Maldonado y Salto y Paysandú. En el resto del país hay mucha menos cantidad. Ahí hay un trabajo para hacer. Nosotros, en realidad, con esa alianza con Antel, lo que buscamos es tratar de pensar en una solución para eso.
– ¿Qué otros proyectos tiene previstos Anda para lo que queda de este año y el que viene?
– Lo más importante que teníamos ahora era esto. Tenemos un plan con nuestro servicio odontológico, también, muy ambicioso. Vamos a inaugurar, en pocos meses, un policlínico en Montevideo, donde vamos a tener 19 sillones odontológicos y una sala de cirugías. Todo con equipamiento de primer nivel y de última generación. Estamos apuntando a reforzar el servicio odontológico en todo el país, llevándolo más hacia lo social, sobre todo en algunos sectores donde, de repente, algunos socios con más necesidades no están pudiendo acceder. No es la realidad de todos, pero en algunos casos, nos pasa. Ahora acabamos de hacer una oferta en frontera, porque había una diferencia de arancel importante con el otro lado. Darle de nuevo mucho impulso a lo social, porque en el último tiempo tuvimos mucho crecimiento de créditos, pero parecía que lo social estaba quedando un poquito de lado.
«El producto más emblemático de Anda»
– ¿Cuántas garantías de alquiler ofrece Anda?
– Tenemos 34.000 garantías vigentes.
– ¿Qué importancia representa este negocio en el total de sus actividades?
– En realidad, la garantía de alquiler es el producto más emblemático de Anda. Es el producto que la gente reconoce más. Uno dice ‘Anda’ y la gente piensa en seguida en garantías de alquileres. Además hicimos una investigación de mercado, cuando yo estaba en Comercial, y es tal cual. Es el producto más conocido. Es el producto, además, que la gente más agradece. Porque tener resuelta la vivienda es muy importante. Desde el punto de vista de negocio, no es la unidad más rentable de la institución, pero sí es muy importante por lo emblemático. Además, no es nada menor ofrecer 34.000 soluciones de viviendas.
– ¿Cómo evalúa el acceso a la vivienda por parte de los uruguayos?
– Creo que hay muchas dificultades con respecto al acceso a la vivienda y que algunas de las dificultades vienen de la mano de que el uruguayo tiene muy incorporado el hecho de tener la vivienda propia. El año pasado participé de unas charlas que se dieron en la Agencia Nacional de Viviendas, a las que vino un especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que planteaba que si no pretendiéramos tener una vivienda propia, capaz que a través del alquiler podíamos tener más posibilidades y más soluciones. Él hacía toda una explicación de por qué eso era así, y por qué la gente cuando recién se va a vivir sola, capaz que le resulta mejor alquilar una cosa chiquita y no tardar por estar comprando algo más grande que lo usan unos años, porque después los hijos se casan y ya les quedó grande la casa. Nosotros tenemos como una cosa de ‘la casa propia’ que capaz que no es la mejor postura. Eso genera una dificultad. La gente del BID está súper interesada en la experiencia de Anda y en el régimen uruguayo con respecto al alquiler. Porque Uruguay tiene una legislación, desde la década del 70, que es de avanzada en cuanto a garantías de alquiler. Esta legislación que existe en el país facilita que haya organizaciones que den garantías de alquiler. Las más grandes son Anda y la Contaduría. Pero en otros lugares no existe, y al no existir se hace más difícil todavía.