En enero aumentó el precio de tres energéticos, lo que derivó en un encarecimiento de las canastas de energía residencial e industrial, de acuerdo con el informe elaborado por SEG Ingeniería que fue divulgado esta semana. De todas maneras, como las subas dadas en el primer mes del año fueron menores a las registradas un año atrás, los índices de precios energéticos tuvieron una baja en la variación anual.
Uno de los energéticos que se incrementó durante enero de 2022 fue el gas natural, que tuvo un crecimiento del 11,8%. Por su parte, la leña –según los datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística (INE)–, aumentó un 0,7% promedio a nivel nacional. Por último, la electricidad se encareció un 3,5% en cada componente de las tarifas residenciales y mostró una variación ponderada del 3,9% para la tarifa industrial Grandes Consumidores 2, señala el estudio de la consultora.
De este modo, el índice de precios de los energéticos industriales (IPEI) creció un 3,28% en el mes de análisis. Puesto que este incremento es menor en comparación con el observado hace un año, la variación interanual del índice bajó a 6,62%.
Por otro lado, el indicador de precios de la energía residencial (IPER) se encareció un 15,51%. Esto se debe, en parte, a los cambios de precios registrados en enero, pero, en mayor medida, al efecto del programa UTE Premia. “Este plan comercial implicó una caída del 14,7% en la tarifa eléctrica del sector residencial por única vez durante diciembre, según datos del INE. Al no aplicarse el descuento al mes siguiente, esto se manifiesta como un incremento del energético en enero”, expresa el documento. Igualmente, tal como sucedió con el índice industrial, la suba total del IPER en enero es menor a la registrada un año atrás y, por lo tanto, el indicador muestra una caída en la variación en el año móvil desde 8,76% al actual 5,76%.
Uruguay se destaca en la región
El informe de SEG Ingeniería da cuenta de que las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) mostraron un crecimiento destacado en la última década en la región. De hecho, en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, la producción de eólica, solar, geotérmica, biomasa y biogás pasó de 4,6 TWh en 2012 a 194,4 TWh en 2021, multiplicándose 42 veces y pasando de representar el 0,7% de toda la generación regional al 23,1%. “Esta fuerte expansión ha mitigado los efectos de la intensa caída en la generación hidroeléctrica debido a la sequía que afectó a la región en 2021”, consideró la empresa.
Por otra parte, del análisis se desprende que la baja en la producción hidroeléctrica, que es la principal fuente de Uruguay y Brasil, implicó una importante merma en la participación de las fuentes renovables. El país en donde la participación de las renovables mostró la pérdida más importante fue Uruguay: respecto al quinquenio anterior, la generación renovable cayó del 97% al 83% en 2021. En la misma comparación, la producción renovable de Brasil disminuyó del 80% al 76%.
En Argentina, país en el que la hidroeléctrica es la segunda fuente de importancia luego de la térmica, la participación renovable también fue menor. “Mientras entre 2016 y 2020 las renovables representaron el 31% de la matriz, en 2021 fue el 29%”, indica el estudio. No obstante, en Chile la situación es distinta, pues a pesar de la caída del 20% en la hidroeléctrica, la participación de renovables en la matriz creció en comparación con el quinquenio anterior, del 40% al 43%. “El crecimiento de las ERNC explica este resultado en el país del Pacífico”, según el escrito.
“Uruguay es el país de la región con mayor participación de las ERNC. En los últimos 10 años, la participación de estas fuentes de energía pasó del 6% al 46%, con un pico de 59% en 2020. La matriz eléctrica uruguaya en 2020 se componía de 3.735 MW de potencia instalada renovable, siendo el único país del Cono Sur con mayoría de ERNC con el 59%. La capacidad instalada de estas fuentes se reparte entre la eólica con 1.514 MW instalados, las bioenergías con 425 MW (incluye la potencia propia de las plantas de celulosa) y la solar con 258 MW, totalizando unos 2.197 MW de ERNC, ocho veces la potencia existente en 2012”, agrega el documento.
En resumen, la consultora manifiesta que en los últimos años las ERNC se han expandido fuertemente en la región y juegan un rol cada vez más preponderante en la producción de electricidad. “En una coyuntura de baja generación hidráulica como la de 2021, estas fuentes se destacaron atenuando los profundos impactos de la sequía que afectó a la región, alcanzando récords de participación y producción de energía”, concluye.