El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) presentó los primeros datos del Censo durante un evento en el Auditorio Adela Reta. Diego Aboal, quien dirigió el proyecto, habló de un envejecimiento y un “relativo estancamiento” en la población del país. El crecimiento de 1% se explica gracias a la inmigración, que fue de un 3%, a diferencia del 2% en el último censo de 2011.
Luego de doce años, Uruguay espera expectante las estadísticas de cara al próximo censo. Los resultados presentados por el INE aún no son definitivos, pero adelantaron que el número total de habitantes en el país se estaría colocando en 3.444.263. Si bien esta cifra es mayor a la que documentó el censo de 2011, de 3.286.314, sigue siendo menor a los 3.501.937 que el organismo había proyectado previamente.
Lo que se sabe (por ahora)
Es importante recordar que los datos definitivos recién estarían listos para el segundo trimestre de 2024, por tanto los datos actuales no son concluyentes. Martín Koolhaas, magíster en demografía y doctor en ciencias sociales, expresó en conversación con CRÓNICAS que estima que “el número total de habitantes se corrija al alza”, es decir, que la cifra probablemente sea mayor a la que adelantó el INE.
El especialista explicó que esto puede deberse a errores de cobertura que son normales en todos los censos, y también a particularidades de esta edición. Por un lado, Koolhaas advirtió que “hubo experiencias en la región y en los dos últimos censos uruguayos que muestran que es cada vez más difícil acercarse al 100% de la población”. Además, al igual que con el estudio anterior, “no se logró reclutar a la cantidad de censistas ideal”, lo cual “incrementó el margen de error”. A pesar de requerir menos censistas debido a la novedad del formulario web, aun así no se llenó la cuota, por lo que “el obstáculo no se terminó de sortear”.
Población “estancada” y “envejecida”
En la charla presentada en el Sodre, Diego Aboal advirtió que somos “un país con una población relativamente estancada”, a lo que destacó “una caída importante de la natalidad en el país”, que hoy se encuentra en 1,48 hijos por mujer. A eso se le suma que la población también está “muy envejecida”; muestra de ello son el número de personas de más de 100 años, que en dos décadas se duplicó, y la edad mediana, que pasó de ser 29 en 2004 a 38 en la actualidad.
Koolhaas apuntó que la caída en la tasa de natalidad es multicausal y multifactorial, y comprende asuntos culturales, como el atraso relativo del inicio de la vida reproductiva de la mujer, o asuntos económicos. Ponderó que si bien el número de nacimientos se reduce, esto obedece en parte a “aspectos positivos”, como el aumento de la esperanza de vida, así como el decrecimiento de la fecundidad adolescente.
Aun así, recordó que a la hora de estudiar la dinámica demográfica del crecimiento poblacional no podemos mirar únicamente la natalidad, sino también la mortalidad y la inmigración. La mortalidad se vio afectada, dijo el especialista, por la crisis sanitaria del covid-19, que “sumó alrededor de 8.000 defunciones más de lo esperado por año” mientras duró.
Políticas que ayuden a la decisión
La caída en el número de nacimientos es algo que preocupa desde hace tiempo. Conrado Rodríguez, diputado del Partido Colorado, propuso la creación de una comisión de expertos en política poblacional. El fin de esta comisión, comentó el legislador a CRÓNICAS, sería el de “estudiar los factores externos que condicionan la decisión de tener hijos, y qué políticas públicas podrían implementarse para facilitar esa decisión”, que es algo que “Uruguay no se ha planteado con seriedad” hasta ahora. La propuesta fue aprobada en la última rendición de cuentas, pero aún no está implementada, y según Rodríguez estaría formándose el año que viene.
Consultado sobre estos datos preliminares, el diputado expresó preocupación por la baja tasa de natalidad, y dijo que si bien le parece “algo positivo” que la población crezca gracias a la inmigración, cree que “hay que agregar un pienso para establecer políticas que le den a las familias cierta libertad a la hora de poder decidir si tener familia o no”. Algunos ejemplos que mencionó fueron el mejoramiento del sistema de cuidados, y la ampliación de la licencia maternal o paternal.
Migración
En lo que respecta a la inmigración, Koolhaas especificó que es un aspecto más difícil de medir que la natalidad y la mortalidad. Esto se debe a que es difícil captar los flujos migratorios, y que el censo no estudia la emigración de uruguayos ni de extranjeros, ni del retorno de uruguayos del exterior. El demógrafo explicó que hay una gran diferencia con el panorama que se vio en 2011, cuando “el factor principal del crecimiento de la población fue la inmigración de retorno”, mientras que “la inmigración extranjera no tenía un gran peso” como sí lo tiene ahora. “La emigración sigue más oculta, aún hay un fenómeno de emigración importante de uruguayos”, recordó el especialista.
El número estimado de inmigrantes que ingresaron al país entre 2011 y hoy es de 61.000, y uno de cada cuatro de estos sería de origen venezolano. Koolhaas advirtió que hay otras dificultades que surgen al censar a migrantes, como “el temor a sufrir represalias” como deportaciones, aunque esto no sucede mucho en Uruguay, o el hecho de que “muchos de ellos viven en pensiones, sobre todo los recién llegados”, lo que puede hacer que sea más difícil contabilizar.
También habló sobre otro punto, que es la intención de permanecer en el país. En 2018, “un 70% de los venezolanos encuestados quería quedarse en Uruguay a largo plazo, mientras que un 30% tenía planeado irse”. Según el experto, este es un fenómeno que se repite en varias comunidades de migrantes, y es “difícil de medir”.
Entre las motivaciones que atraen a inmigrantes a Uruguay, contó “la facilidad para acceder a la documentación, al acceso a una residencia, y una política migratoria más abierta que la de otros países”.
División rural-urbana
En lo que respecta a la división campo-ciudad, el demógrafo comentó que el decrecimiento de 5% a 4% de la población rural “no es un dato tan llamativo” porque “es un fenómeno de larga data” en nuestro país. Reflexionó que “sería interesante” ver los datos en profundidad de qué áreas en particular presentan más emigración, y comentó que hay áreas rurales que crecen, pero “suelen ser las que están cerca de un centro urbano”. Expresó que el número de pobladores rurales en Uruguay es “bajísimo comparado con otros países de la región”. El experto añadió que la urbanización temprana de Uruguay “se asoció también a su bajo nivel de fecundidad”.