La tendencia europea del vino sin alcohol llegará pronto a Uruguay. Una resolución del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) autorizó la importación, comercialización y producción de esta bebida, ya que carecía de figura jurídica en la reglamentación respecto a vinos. Desde Inavi, el Centro de Bodegueros y la secretaría del Ministerio de Turismo, se analizaron los desafíos y oportunidades de la iniciativa.
Ricardo Cabrera, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), dijo a CRÓNICAS que en primera instancia el vino desalcoholizado se importaría desde Europa, y que la producción nacional dependerá de la recepción del público. “Manejamos todas las posibilidades. Chile elabora vinos con baja graduación alcohólica pero no con 0%, eso nos da la posibilidad de exportar dentro de América o al mundo, como aporte al portafolio de los vinos uruguayos en el exterior”, aventuró. Este vino parece ser tendencia entre los jóvenes europeos, y recientemente se han celebrado ferias como la Wine Paris & Vinexpo París que “demuestran que el mundo lo está mirando con mucha fuerza”.
El vino desalcoholizado cuenta con todos los ingredientes del vino menos el etanol, que puede retirarse mediante procesos químicos. “Se podría elaborar en el país, a través de una tecnología que no es barata. Hoy no tengo ofertas de cuánto puede salir, pero creo que en una reunión de varias empresas se podría adquirir”, consideró Cabrera.
Javier Carrau, vicepresidente del Centro de Bodegueros, gremial asociada a la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), coincidió con el presidente de Inavi. “Posiblemente alguna empresa pueda incorporar maquinaria nueva, pero son inversiones costosas. No lo veo muy viable salvo que desalcoholicen el vino en una empresa grande que sí pueda equiparse de maquinaria nueva”.
El público objetivo es sorprendentemente amplio, desde personas que conducen en el tránsito regularmente, así como consumidores con problemas de adicción al alcohol, menores de edad y embarazadas. Para Cabrera, no hay que olvidar que se trata de un producto no comparable al vino común, que competiría con la cerveza sin alcohol o refrescos. “La cerveza marcó el camino y nos acerca a una vida más sana de consumo moderado”, reflexionó. También valoró lo positivo de la iniciativa en cuanto a las cadenas de restaurantes, las organizadoras de fiestas y los destinos turísticos, ya que quienes decidan visitar bodegas, pueden probar el vino desalcoholizado y “no tener problemas en la conducción al regreso”. Remo Monzeglio, subsecretario del Ministerio de Turismo, añadió que “muchos turistas desconocen o subestiman lo estricto de nuestros controles en el tránsito y se pueden ver en problemas, sin embargo con esto del vino sin alcohol, se puede solucionar”.
Ley 0% alcohol
En el año 2015, el expresidente de la República, Tabaré Vázquez, promulgó la Ley N°19.360, que estableció que toda persona habilitada para conducir vehículos de cualquier tipo o categoría no lo podrá hacer cuando la concentración de alcohol en sangre o su equivalente en términos de espirometría sea superior a 0 gramos por litro. La posibilidad de la comercialización del vino desalcoholizado se presenta como una alternativa que abre “un camino lateral que no afecta la producción” y que “da la oportunidad a los viñedos del país a volcar parte de sus frutos en este producto”, dijo Cabrera.
Según Carrau, a la agremiación de Bodegueros le preocupa la regulación de la seguridad vial respecto al tema, aunque desean que la implementación sea positiva para disminuir el consumo de alcohol. “No sé si autoriza a manejar, porque la ley es de 0,0 % de alcohol en sangre, y estos son con muy poco alcohol, pero no 0”. Cabrera dijo que la producción sin ninguna traza de alcohol, es posible. En cuanto a los que contengan valores de 0,1% o superiores, desde Inavi “se hará celosa custodia de que lo que se diga en la etiqueta sea real”, y “se obligará” tanto a los importadores como a los bodegueros locales, que la información “sea precisa y clara”.
Aún así, persisten las intenciones de que el margen de 0,3% de alcohol en sangre retorne.
“El margen anterior permitía tomar una copita en una cena, y era bajo en comparación con otros países del mundo. El gobierno actual dijo que se iba a volver al 0,3% pero en la práctica no se quiso arriesgar a modificar la norma”, señaló Carrau. La gremial “nunca estuvo de acuerdo” con el 0%, y a pesar de las acusaciones de que estaban “interesados en que se consuma alcohol”, Carrau asegura que se trata de apelar al consumo responsable. “Creo que se puede volver, pero en este gobierno ya vimos que es imposible y decidimos no insistir en el tema”, descartó, a pesar de que ven una disminución del consumo de vino que los preocupa. Monzeglio coincidió al asegurar que la regulación actual “tiene un efecto negativo sobre la industria vitivinícola”. Para Cabrera, no hay retorno en esta materia. Aunque no esté de acuerdo y haya llevado “la bandera del 0,3%”, la sociedad misma laudó el tema.