Daniel Fernández, presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), en una entrevista con CRÓNICAS contó cómo fue el primer trimestre para el sector, realizó evaluaciones en comparación con los números de 2019 y mostró preocupación por el sector gastronómico. Por otro lado, recalcó que la situación económica de Argentina se ve también en las ferias montevideanas y que no solo repercute en el litoral.
El primer trimestre del año suele ser cuesta arriba para el sector minorista. Enero y febrero, con el desplazamiento de la población en tropel hacia el este del país y marzo con el inicio de clases, una zafra que no les corresponde a los socios de Cambadu, hacen que sean meses “complejos”.
El presidente de Cambadu confesó que el sector se encuentra en los mismos porcentajes que en 2022 pero que “todavía no acompasamos la inflación y estamos un poco por debajo de ella”. En el mismo sentido, enfatizó en que, como es “característico del sector” se espera con optimismo que la situación se revierta luego de que culmine la Semana de Turismo.
Al respecto del sector gastronómico, Fernández declaró que, a pesar de ser un gran puntal en el grupo societario, la creciente oferta de empresarios argentinos en el rubro, principalmente en el este, “genera una absorción en el público”, lo que hace que, en este apartado, aún no se alcancen los número de 2019, algo que sí ocurre en los demás rubros.
Diferencias cambiarias en el litoral
El entrevistado entiende que la situación económica de Argentina y el beneficio que implica para la población uruguaya esta diferencia cambiaria, es un problema “gravísimo”, pero que no es solo del litoral.
“El litoral lo sufre directamente porque hay menor distancia, pero en las ferias montevideanas se ven muchos productos argentinos”, dijo, y destacó que hay productos de hasta 400% más baratos en comparación con el precio local.
En lo que refiere a la legislación de este asunto, Fernández entiende que el gobierno “tendría que empezar a hacer exoneraciones de BPS y DGI”, pero reconoció que el 50% del comercio en el litoral es “comercio ilegal”, por lo que estas exoneraciones beneficiarían a comercios “importantes”, pero no al minorista, al comercio de barrio.
Por último, manifestó su preocupación sobre las proyecciones de aseveración de la situación económica en Argentina y reflexionó que “quizás debieran darles a todos los vecinos que viven en el litoral una tarjeta del Banco República exonerándolos de todos los gastos”.