En una reunión abierta, que convocó a representantes de todos los partidos políticos del país, EDUY21 presentó su hoja de ruta para el cambio educativo. Con el Club Cervecero a sala llena, expertos de la educación realizaron sus disertaciones. Renato Opertti, uno de los impulsores de la iniciativa, anunció el próximo planteamiento de un proyecto de ley de educación para «revisar el modelo de gobernanza de la educación». En su opinión, “si no hay revisión del modelo de gobernanza de la educación, no hay cambio educativo sustentable».
Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
La organización EDUY21 es una iniciativa ciudadana «sin color político pero con finalidad política», según sus fundadores. La finalidad es generar un cambio sustentable y profundo en el sistema educativo uruguayo. En un evento multitudinario, que hizo desbordar de gente el lugar de reunión, distintos integrantes de EDUY21 compartieron sus propuestas y visiones sobre el sistema educativo uruguayo.
El anuncio más importante lo hizo Renato Opertti, al hablar de la definición de las metas y estrategias de la hoja de ruta para el cambio educativo. El integrante de EDUY21 anunció que la iniciativa ciudadana planteará un nuevo proyecto de ley con el fin de «revisar el modelo de gobernanza de la educación». El proyecto establecerá un nuevo estatuto docente, otro estatuto de funcionamiento de los centros educativos y un marco de funcionamiento de las inspecciones, entre otras cosas. Además, EDUY21 dejará planteado un anteproyecto presupuestal para que los próximos gobiernos puedan tomarlo como referencia.
La presentación comenzó con un homenaje de EDUY21 a Alejandro Atchugarry, a cargo del representante de los docentes del Consejo Directivo Central, Robert Silva. Luego expuso Richard Read, líder del gremio de la bebida. El dirigente sindical anunció la próxima inauguración del centro educativo de la Federación de la Bebida. «Nos sentimos parte de este debate, nos sentimos parte del diagnóstico. No nos gusta lo que está pasando en la educación en nuestro país», expresó Read.
En representación del sector empresarial, Diego Balestra, presidente de la Confederación Empresarial del Uruguay, resaltó el compromiso del sector con el desarrollo del país. «Si no logramos un cambio en la educación que forme ciudadanos que permitan la inserción, la convivencia en paz, que formen un pie de igualdad en la línea de largada para el largo camino del trabajo y la vida, vamos a seguir construyendo mayores diferencias de las que ya hay entre los ciudadanos», reflexionó Balestra. Las cámaras empresariales se proponen promover la discusión democrática en aspectos educativos para el desarrollo de la economía y la sociedad.
El objetivo de la hoja de ruta es establecer las bases conceptuales y las herramientas operativas para un cambio educativo transversal. Opertti opinó que un buen sistema educativo es aquel «que permite diversidad de ofertas, ambientes de aprendizaje formales, no formales, públicos y privados». Según dijo, “la finalidad del sistema educativo es darle a cada niño cada día una oportunidad real de aprender».
El proceso de trabajo se realizará en dos etapas. La primera, que ya ha comenzado, se extenderá durante todo el año, hasta el mes de diciembre. En ella se elaborará la hoja de ruta y se trazarán los principales lineamientos sobre el qué y el para qué de la educación. Las finalidades y los contenidos educativos. En la segunda etapa, que comenzará a partir del 2018, intervendrán distintos actores para «interpelar al sistema político, a los sistemas sociales» para ir apropiándose de la propuesta de cambio y nutriéndose de instrumentos, según adelantó Opertti.
El libro blanco de EDUY21 constará de cinco capítulos. El primero de ellos, referido a la pregunta central acerca de qué educación se requiere. El segundo trata del sistema educativo como tal. Para esta iniciativa ciudadana, un sistema educativo de excelencia implica cuatro elementos: liderazgo político y de acción; el Parlamento; consejos con capacidad técnica y excelencia académica; y centros educativos con autonomía, responsabilidad y libertad.
El tercer capítulo es el cambio educativo articulado en torno al desarrollo y la concreción de cuatro metas fundamentales. La primera es universalizar la educación inicial. Establecer una política universal de infancia de cero a tres años, con participación fuerte de la educación. La segunda meta consiste en una educación básica universalizada de cuatro a 14 años, con un nuevo modelo educativo. Universalizar la educación de jóvenes de 15 a 18 años es la tercera meta, para que todo joven maneje competencias relacionadas a la educación técnica y la educación que tradicionalmente se denomina secundaria. El cuarto aspecto es la mejora en los aprendizajes, fundamentalmente de las lenguas, y de la programación.
El cuarto capítulo son estrategias. En este sentido, EDUY21 plantea varias. Entre ellas, un marco curricular transversal, la idea de nuevas herramientas pedagógicas y curriculares, y nuevas formas de personalizar la educación.
El capítulo cinco consiste en el planteamiento del nuevo proyecto de ley y el anteproyecto presupuestal. Todos estos instrumentos servirán al sistema político para efectivizar el cambio educativo que se propone.
Otro de los líderes de EDUY21, Fernando Filgueira, disertó sobre por qué la necesidad de un cambio educativo en Uruguay. En ese contexto, presentó datos que relacionan el PIB per cápita y el porcentaje de egreso de Secundaria. En la mayoría de los casos, a mayor PIB per cápita, más altas tasas de egreso. Sin embargo, en el caso de Uruguay, por su PIB per cápita el país debería tener un porcentaje del 70% de egreso de secundaria, pero está en el entorno del 40%. «Eso quiere decir lo siguiente: o Uruguay ajusta sus tasas de egreso a su PIB per cápita, o eventualmente va a ajustar su PIB per cápita a su tasa de egreso», advirtió Filgueira.
La gran mayoría de los países de América Latina, con excepción de Guatemala, Honduras y Nicaragua, han logrado universalizar la cobertura de ciclo básico, según los datos presentados por Filgueira. Uruguay, sin embargo, aún no lo ha logrado y es posible que en 2020 no llegue a esa meta. En cuanto al ciclo básico, según Filgueira, no se alcanzará un egreso universal sino hasta 2030, analizando las tendencias.
Los integrantes de EDUY21 coincidieron en la urgencia y necesidad del cambio educativo. Para ello, la iniciativa ciudadana producirá cinco documentos. Uno sobre desarrollo curricular y estrategias pedagógicas; el segundo sobre los sistemas de evaluación y el uso que estos deben tener en el proceso de aprendizaje; un tercer documento que reúne varios aspectos de gestión; otro sobre formación y carrera docente; y, finalmente, un documento final que trate la dimensión socioeducativa del sistema.
A la disertación de Filgueira, le siguieron las de Bruno Gili, Inés Aguerrondo, Juan Pedro Mir y Adriana Aristimuño. El objetivo final es llegar a un libro blanco que contenga herramientas diseñadas concretamente para el cambio. La iniciativa ciudadana ya está trabajando en ello.