Enrique Buero, presidente de la Cámara de Zonas Francas del Uruguay
Tanto en materia de inversión como de empleo, el desempeño de las zonas francas históricamente ha sobresalido en el contexto de la economía nacional. Es así que hoy, por cada dólar exonerado, el régimen vuelca seis dólares en recaudación, de acuerdo con el titular de la Cámara de Zonas Francas, Enrique Buero. En el marco del centenario de la primera ley que reguló el sistema, el ejecutivo conversó con CRÓNICAS acerca del significativo impacto que ha tenido en la economía a lo largo de la historia.
-¿Qué importancia tuvo la primera Ley de Zonas Francas para la economía uruguaya?
-La primera ley fue sufriendo algunas modificaciones, hasta que en 1987 se aprobó la Ley 15.921, que es la que regula el marco general del régimen de zonas francas, el cual tiene un impacto significativo en la economía. En 2022 hicimos un estudio con Ceres sobre la contribución económica y los beneficios que genera el régimen al Uruguay, y el dato más importante que obtuvimos fue que por cada dólar exonerado volcaba seis dólares a la economía en recaudación, con una tendencia al alza. Otro guarismo considerable fue que hay 30.000 empleos —unos 16.000 directos y unos 14.000 indirectos—. Todo eso antes de que estuviera operando la segunda torre de World Trade Center, la ampliación de Aguada Park y UPM 2. Tampoco tiene en cuenta las zonas francas que están en construcción o autorizadas, como el World Trade Center de Punta del Este o la autorizada en Colonia. A su vez, el 33% de las exportaciones del Uruguay se hacen desde zonas francas, y son el instrumento elegido por las últimas grandes inversiones que hubo en el país: las plantas de celulosa.
-¿Cómo definiría la realidad actual de las zonas francas en Uruguay?
-La realidad actual es muy buena, estamos esperando los datos de 2021 para poder actualizar los guarismos, pero si miramos históricamente, las zonas francas se han comportado siempre por encima del resto de la economía tanto en inversión como en crecimiento del empleo. Estamos en un muy buen momento. Tenemos importantes desafíos en los cuales ya estamos trabajando para asegurarnos de que en los próximos años Uruguay tenga el mejor régimen posible para seguir atrayendo inversiones y generando empleo.
Hoy el impacto de las zonas francas se ve en cualquiera de los indicadores que uno tome, como decía, en PBI, en participación, en las exportaciones, en empleo, en inversión, y está muy bien valorado por todo el espectro político. Destacamos este régimen del año 87 que ha pasado por todos los gobiernos con los distintos partidos políticos y todos lo han sabido valorar, defender y hasta potenciar, eso es un activo muy importante porque contribuye a la seguridad jurídica y a la confianza del inversor.
-¿Cuáles son esos desafíos a los que hacía referencia?
-Lo particular de este régimen es que operan muchos sectores de actividad, industriales, comerciales, de servicios, entonces, hay algunos desafíos que son transversales a todos, como la competitividad. Hace mucho tiempo que estamos trabajando para ser más competitivos, sobre todo en lo que hace a la logística y a la producción industrial, los costos de circulación de las mercaderías, las tarifas portuarias y aeroportuarias, los costos de los fletes. Somos conscientes de que el tipo de cambio encarece las operaciones en el país, encarece los costos de los servicios prestados y afecta la competitividad frente al mundo.
Por otro lado, estamos permanentemente trabajando en los temas regulatorios, la agilidad en los procesos, la simplificación de trámites. Ahora estamos con todo el tema del e-commerce transfronterizo, donde queremos que las zonas francas jueguen un rol principal. Con respecto a la inserción internacional, estamos muy pendientes de que las zonas francas estemos dentro de los tratados de libre comercio que celebra Uruguay como fue el caso con México, con Israel.
También tenemos presente la preocupación por generar más oferta de mano de obra para las empresas de servicios, en particular, las de tecnología. En lo que refiere al cambio en las modalidades de trabajo, más que nada considerando que el sector de servicios pesa tanto dentro de las zonas francas, ya teníamos el tema del teletrabajo en la agenda de la cámara incluso antes de la pandemia, y luego se volvió más urgente.
En definitiva, estamos trabajando para que cada sector que opera dentro de las zonas francas en Uruguay sea lo más competitivo posible en la región y el mundo.
-La falta de competitividad y el impacto del tipo de cambio vienen siendo reclamos de diversos sectores de actividad. ¿Se han realizado planteos al gobierno a nivel de la cámara?
-Nosotros compartimos la preocupación, que es totalmente transversal a todos los sectores de actividad que operan en zonas francas. Como cámara no hemos hecho ningún planteo en este sentido, hay otras cámaras que están trabajando muy activamente en el tema como la Unión de Exportadores y la Cámara de Industrias, por lo cual, por el momento, entendimos que no es necesario realizar gestiones por nuestra parte.
-¿Cuáles son las perspectivas a futuro para el sector?
-Estamos trabajando en un estudio que nos va a permitir cuantificar el crecimiento proyectado que podemos esperar de las zonas francas en Uruguay, sobre todo, en los aspectos que comenté a lo largo de la entrevista. Si miramos la tendencia, es alentadora, porque las zonas francas han estado permanentemente creciendo, incluso en la época de emergencia sanitaria y de pandemia, con lo cual todo hace pensar que todavía tienen mucho para dar.