Felipe Paullier, director del Instituto Nacional de la Juventud (INJU), dijo, en diálogo con CRÓNICAS, que el desempleo juvenil es el tema que más resalta en la agenda de esta población. Afirmó que ya se partía de una “situación de bastante desigualdad” previo a la pandemia, y que los datos de febrero mostraron un desempleo de 30% para los jóvenes, tres veces más que el porcentaje de la población general.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
El pasado miércoles se celebró el Día Internacional de la Juventud. En la Facultad de Información y Comunicación, se reunieron el presidente del Instituto Nacional de la Juventud, Felipe Paullier; el presidente Luis Lacalle Pou; y diversas figuras jóvenes relevantes en áreas como deporte, partidos políticos, ciencia y emprendedurismo.
En diálogo con CRÓNICAS, Paullier sostuvo que conmemorar esta fecha “está en la esencia de la institución”. Así, recalcó que para el INJU fue hacerlo en el marco de un encuentro plural, con jóvenes que representan distintos intereses, así como también haber contado con la participación del presidente.
De esta manera, se expuso sobre “la agenda positiva” que el INJU busca plantear como ese lugar de referencia en materia de política de juventud.
Esos locos bajitos
Consultado al respecto, el director del instituto, que pone el foco en la población menor de 25 años, afirmó que el principal tema que resalta en su agenda es el trabajo.
Según analizó, no solo se trata de un “desafío grande” que Uruguay tiene como país, sino que en lo que concierne al desempleo de los jóvenes ya se partía de una situación de desigualdad previo a la pandemia. “La realidad es que el Covid-19 va a tener impactos sociales y económicos cuya dimensión hoy no podemos medir”, advirtió.
Así, Paullier consideró que el desempleo juvenil del país en febrero -último mes entero antes de que llegara el virus- rondaba el 30%; esto significa que es tres veces más que el porcentaje de la población general.
“Somos uno de los peores países del mundo en estos indicadores”, detalló.
Por otro lado, hay situaciones de vulnerabilidad -y particularmente para los jóvenes- también en la pobreza. De acuerdo con el director, los hogares de jefatura joven son el doble más de pobres que los de jefatura adulta. Además, añadió que predomina la cantidad de jóvenes en asentamientos irregulares.
El hacer
Ante este contexto, y pensando en qué acciones impulsa el INJU para fomentar el desarrollo de la juventud nacional, el instituto transita un tiempo de transición de algunos modelos, según Paullier. El más notorio de ellos es cambiar la forma en que el organismo se acerca al Interior del país: el nuevo modelo de contratación directa provee de equipos del instituto en cada departamento.
Si los procesos administrativos lo permiten, allí hay proyectos piloto que se van a implementar antes de fin de año. El objetivo de estas iniciativas es innovar y monitorizar la posibilidad de generar en el INJU espacios de promoción de liderazgo juvenil “desde la cultura de la diferencia, la pluralidad y el encuentro”.
Por otro lado, también hay un plan relevante dentro de la agenda juvenil, que gira en torno a cómo los jóvenes plantean la discusión en el tema de seguridad pública y la inserción comunitaria de las personas cuando salen del sistema carcelario.
Ya existe un programa dentro del instituto, cuya ejecución se está innovando y mejorando, y que refiere a la reinserción de los jóvenes al salir del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa). “Si hay algo en lo que está metido este gobierno, y yo, bajo mi rol de director de INJU tengo, es no dar un uruguayo por perdido”, aseveró Paullier.
Bajo esa realidad “hay que ser como un sostén para los jóvenes que egresan”, finalizó el funcionario.
Evaluación
En una semana en la que el presupuesto estudiantil fue uno de los destacados de la agenda pública, Paullier se refirió a la actitud del gobierno en cuanto a la educación.
A su entender, el país viene arrastrando hace tiempo la necesidad de una reforma de fondo, aunque recordó que hoy el foco del gobierno no está necesariamente en la educación sino, como consecuencia de la emergencia sanitaria, la prioridad estaba en “darle de comer” a los jóvenes.
Por otro lado, argumentó que la ley de urgente consideración introdujo algunos cambios importantes en materia educativa, a los cuales hay que darle un tiempo para que se lleven a la práctica.
