Diego O’Neill, presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU), en diálogo con CRÓNICAS, celebró la estabilidad y el crecimiento del sector durante la pandemia y destacó las obras de vialidad que emergieron desde el MTOP, sumándose dos de las grandes construcciones que tendrá el país como lo son el ferrocarril central y UPM en Durazno.
Sobre el tema soluciones habitacionales O’Neill destacó dos líneas centrales mejoradas por el Poder Ejecutivo, como lo son el reglamento de la ley de vivienda promovida y la extensión de la ley de inversiones de proyectos inmobiliarios de grandes dimensiones económicas que influyen notoriamente en las inversiones y estimulan la oferta de viviendas.
Asimismo, atribuyó los beneficios de la vivienda promovida a los inversores que tras la construcción de las mismas, las alquilan. En ese sentido, describió que las viviendas con mayor demanda son las de uno o dos dormitorios y monoambientes, siendo esta última la incorporada en la reglamentación impulsada en marzo de 2020 por el gobierno.
El incremento de los costos en dólares en términos de construcción en relación al tipo de cambio ha generado problemas a los inversores, comentó el ejecutivo.
“Para el desarrollador los costos aumentan y los dólares que reciben por las viviendas valen menos que el año pasado”, agregó.
En esa línea, ese desajuste relacionado al costo de vivienda terminada y el de construcción produce consecuentemente una problemática de rentabilidad para los desarrolladores e inversores, aumentando un 20% los costos en la construcción.
Si bien el sobrecosto enlentece las primeras etapas de los proyectos con destino a renta, algunos programas, como los de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) y las construcciones de proyecto de gama alta, poseen otros recursos por destinarse las viviendas a los consumidores finales.
El ejecutivo de la CCU constata un buen desempeño del sector, con un gran impulso producto de las inversiones privadas, en especial, la construcción de UPM, el ferrocarril central, las viviendas promovidas y las inversiones públicas.
En inversión pública sobresalen las obras de vialidad encomendadas por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), destacándose las dobles vías de ruta 5, 9 y 6.
Por otro lado, respecto al fideicomiso para asentamiento, O’Neill lo observa de manera positiva. “Es una cosa muy necesaria para dignificar la vivienda de muchísima gente”, enfatizó.
Inversión y desarrollo
La inversión anual en vivienda ronda los US$ 1.000 y US$ 1.200 millones y, puntualmente, la vivienda promovida ocupa un 30-35% del total en inversiones.
O’Neill recordó que el sector de la construcción fue el único en tener un crecimiento económico progresivo durante 2020, con un 2% de desarrollo, mientras que en 2021 aumentó 6%. “Fue de los sectores que en alguna medida amortiguó la caída del PIB general porque tuvo fuertes ingresos”, aseguró.