Tras ser consultado por CRÓNICAS, Carlos Delfino, presidente de la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU), confesó que la situación actual del sector no es buena. Pese a que en determinadas regiones del país se ha mejorado el desempeño por avances en la infraestructura, esto se debe a “mejoras temporarias”, aseguró. Además, puso énfasis en la situación de las fronteras, donde predomina el contrabando y la informalidad, lo que perjudica a los empresarios de la zona.
Para el sector empresarial, una vez que el año 2022 se encuentra a término, resulta difícil establecer balances claros y precisos, que reflejen una realidad que envuelva a todos los actores que conforman el sector. Centros comerciales desperdigados por todo el territorio nacional, condicionados por distintos factores externos e internos, que presentan distintas realidades y posibilidades, hacen que las conclusiones sean poco representativas.
Aun así, el titular de CEDU dijo que la situación en la actualidad, en general, no es la mejor. Diversos factores influyen en que esto sea así. Muchas divisas que circulaban en el interior del país se trasladaron fuera del mismo, lo que generó menos movimiento en todas las actividades. También, la apertura de fronteras pospandemia, la diferencia cambiaria con Brasil y Argentina, principalmente en el litoral del país, y la falta de legislaciones que regulen las actividades informales que sacan provecho de este hecho y generan una situación desfavorable para los comercios de esa región, son factores de importancia en el asunto.
La diferencia cambiaria también se verá reflejada en el turismo, de acuerdo con el entrevistado, dado que Uruguay, en relación con sus países vecinos, presenta un costo de vida más caro, y el flujo de turistas provenientes de dichos lugares se verá afectado por la situación, lo que condicionará la temporada turística.
De negocios ilegales e informalidades
Esta situación, de seguir por este camino, presentaría un panorama en el que predominaría el desempleo, el informalismo y el contrabando. Estos son problemas que hace tiempo han sido denunciados, pero sin resultados positivos, lo que afecta tanto a ciudades fronterizas como a todos los puntos del país.
“El contrabando está totalmente arraigado en nuestra sociedad”, sentenció Delfino, y manifestó que es necesario, en ciudades de frontera, una ley que fomente el consumo interno, para que sea posible desarrollar y crear una sociedad estable y perdurable, que aporte al país trabajo “justo y formal”. Además, agregó que, si bien los controles de las fronteras se vieron mermados por la pandemia, hoy se encuentran en los niveles normales.
El informalismo, en la actualidad, se debe a diversos factores que lo promueven. Entre ellos, el empresario mencionó los altos costos para operar legalmente en el país, las cargas tributarias y el costo burocrático que genera gastos encubiertos en trámites, algo que con la tecnología con la que se cuenta hoy no sería necesario pero que, según el entrevistado, solo se justifica para mantener puestos estatales.
El comercio informal crece y se diversifica debido a la falta de contralor por parte del Estado, debido a que los controles legales son llevados a cabo en los comercios establecidos legalmente, lo que crea “un nicho de confort para el informal”, explicó Delfino. También, las redes sociales con sus facilidades y su mensajería instantánea, brindan un lugar para que las personas vendan, compren, alquilen y lleven a cabo actividades comerciales sin necesidad de poseer empresas formales o estar registradas.
Por último, el presidente de CEDU afirmó que se han reunido con el Poder Ejecutivo para buscar soluciones a esta problemática, pero que las mismas no resultaron efectivas para solucionar la situación.