El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) presentó días atrás, en la Torre Ejecutiva, un informe de economía y desarrollo titulado “Crecimiento urbano y acceso a oportunidades, un desafío para América Latina”, donde se detalla que la región presenta una taza de urbanización similar a la de países desarrollados, pero cuenta con rezagos de más de medio siglo en el ingreso per cápita. En este panorama, Uruguay se ubica dentro de los países con menos déficit habitacional y menor tiempo de desplazamiento del lugar de trabajo al hogar.
“Ha habido una urbanización en la región que no ha venido acompañada por un mayor bienestar al mismo nivel de expansión en las ciudades, en parte, porque faltan servicios públicos, hay déficit en vivienda y el crecimiento ha sido muy desordenado”, explicó Cristian Daude, director de Investigaciones Socioeconómicas de CAF en conversación con CRÓNICAS.
Si bien el informe del organismo no elaboró un ranking, en comparación con el resto de los países “Uruguay sale relativamente bien”, dijo Daude. Esto se debe al desarrollo que tiene nuestro país, en conjunto con un tamaño que otorga cierta “manejabilidad” respecto a otras metrópolis. De todas formas, aunque en algunos puntos lo hace en menor grado, comparte los mismos desafíos del resto de la región.
Mientras que en el mundo cerca del 10% de la población vive en asentamientos informales, en Latinoamérica esta cifra se ubica entre el 20% y 30%. En materia de vivienda, la mayoría de los países de la región redujo sus niveles de déficit habitacional en los últimos años, mientras que Uruguay perdió cierto terreno, aunque continúa estando entre los que presentan un mayor acceso a los servicios de agua, cloacas y electricidad.
El desafío que enfrenta Montevideo está relacionado con los asentamientos irregulares. El investigador señaló que pese a que se ha estabilizado el crecimiento de los asentamientos “en un país que crece muy poco”, el reto está en integrar mejor a los ciudadanos que viven en lugares periféricos y que poseen una mala cobertura de servicios públicos, como acceso a los medios de transporte (que a su vez los limita en el acceso a un trabajo de mayor calidad), con la ciudad formal.
La carencia de seguridad en la tenencia de vivienda es aún significativa y afecta a más del 20% de los hogares, y la asequibilidad es reducida como en toda la región, siendo nuestra capital una de las ciudades más caras para adquirir un inmueble.
Un cálculo realizado para este informe dio cuenta que una persona debería ahorrar un tercio de su sueldo durante treinta años continuos para poder comprar cincuenta metros cuadrados de terreno en un punto relativamente céntrico de la ciudad. “La vivienda es cara, y eso hace que la gente se traslade a la periferia informal o a sitios más lejanos donde las residencias sean más baratas”, sostuvo.
Movilidad
Aunque en menor medida que ciudades europeas y estadounidenses, Montevideo es uno de los puntos en los que, proporcionalmente, sus habitantes recurren más al vehículo privado a la hora de trasladarse hacia el trabajo (un 39% específicamente), mientras que promedialmente, en toda Latinoamérica, la utilización del automóvil con este fin se ubica en el 22%.
Además, la capital uruguaya presenta el menor tiempo promedio de traslado de la región (27 minutos) lo que responde tanto a las cortas distancias que deben ser recorridas como a los bajos niveles relativos de congestión vehicular, en comparación con otras ciudades del continente.
En las últimas dos décadas, el porcentaje de hogares de nuestro país que cuentan con un automóvil pasó del 30% al 42%, un punto que, detalla el reporte, está en consonancia con la evolución del ingreso. Las congestiones del tránsito en Montevideo son una problemática aún incipiente, donde quince años atrás no tenían lugar, señaló el investigador.
Un estudio realizado demostró que más de la cuarta parte de los encuestados en la capital está insatisfecho con el transporte público. Entre los principales aspectos a mejorar, se destaca el aumento de las frecuencias del servicio.
En tanto, Daude manifestó que en Montevideo ya se están tomando acciones respecto a la mejora de la calidad del transporte público, y que los resultados “ya se empiezan a ver”, aunque declaró que “se puede hacer más”, sobre todo en la integración de los ómnibus de los departamentos de San José y Canelones, que conforman la zona metropolitana junto con la capital.
“Si bien hay cierta coordinación, todavía queda mucho para hacer en términos de conexiones más ágiles que permitirían traslados de mayor calidad en menos tiempo y un mayor uso del transporte público versus el automotriz”, aseveró.
La influencia de la zona metropolitana
Durante la presentación del Reporte de Economía y Desarrollo 2017, realizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, expresó que la movilidad es una temática permanente en la cartera, y comentó que es imposible hablar del transporte del núcleo urbano de Montevideo sin comprender a la zona metropolitana en su conjunto. “Aún los sistemas específicos urbanos de transporte colectivo de Montevideo tienen una fundamental influencia en la movilidad metropolitana”, dijo.
Además, hizo mención a que el Ministerio posee una “información imprescindible”, producto de un estudio realizado por CAF junto a la Intendencia de Montevideo, Canelones y San José, para continuar trabajando en la dirección de reestructurar el sistema que, “por lo menos, hace demasiados años que no recibe transformaciones y cambios realmente renovadores”.
Respecto a la CAF, dijo que ha “ayudado mucho”, no solo por los datos arrojados sino también en el fortalecimiento de las áreas urbanas, donde ha tenido intervenciones concretas tales como el aporte durante la construcción de la Torre de Gobierno o el edificio sede que actualmente se lleva adelante, y que significará “un aporte muy importante a una zona muy deprimida de la ciudad”.