La Academia de Economía junto con CFA Society Uruguay realizó la actividad “Patrimonio público: una oportunidad de generar recursos más allá de la ecuación fiscal”. En el evento se presentó un estudio acerca de la situación patrimonial del país y cómo gestionar mejor los activos que posee, a raíz de cambios en la contabilidad de los mismos. Para ello, los expositores plantearon la necesidad de tener una contabilidad con estándares modernos y contar con un balance de situación patrimonial con criterio de lo devengado, además de la creación de una oficina de activos.
La Academia Nacional de Economía realizó una presentación acerca del patrimonio público y las oportunidades para generar ingresos más allá de la ecuación fiscal, que contó con las exposiciones del contador Daniel Álvarez, el economista Fernando Zimet y los aportes del contador Bruno Gili, quien liderará una secretaría de gobierno que coordinará las políticas en el área de las nuevas tecnologías.
El objetivo del trabajo presentado fue plantear nuevas posibilidades acerca del patrimonio público, la manera de contabilizarlo y la necesidad de modernizar los estándares contables del país, en base a referencias internacionales y tendencias actuales.
“Lo que ocurrió en otros períodos de gobierno con este tema es que comienzan con la intención de trabajar en él e implementarlo, pero luego el día a día hace que no sea posible”, afirmó Álvarez.
En este sentido, destacó que llegó el momento de modernizar la contabilidad y tener en cuenta el patrimonio público, dado que lo que muestran distintos indicadores y papers del Fondo Monetario Internacional (FMI), es que en un corto período de tiempo será tema de calificadoras de riesgo y de inversores del exterior, que buscarán mirar balances más sólidos al momento de desembarcar en un país.
Por su parte, Zimet planteó que la información parcial con la que cuentan los jerarcas implica limitaciones, además de problemas específicos a raíz de la dificultad de determinar la solvencia real del Estado.
La necesidad de contar con estándares contables modernos
En la presentación también se resaltó que en Uruguay los gobernantes toman decisiones en base a “información parcial”, un aspecto que surge a raíz de la comparación con la contabilidad moderna que llevan las empresas.
De este aspecto se desprende que la información en el sector público se ha centrado en determinados conceptos como ingresos, gastos y deuda pública, que se toman en referencia al Producto Interno Bruto (PIB) en el momento analizado, resultando en convenciones que maneja el sector público que “ignoran” los activos públicos y la mayoría de los pasivos, sin ser los financieros, y eso quita la posibilidad de conocer cuál es el patrimonio real.
Álvarez comentó que la adopción de estándares contables modernos, que impliquen la presentación de un balance de situación patrimonial del país con criterio de lo devengado, al igual que ocurre en cualquier empresa privada, implicaría mayor y mejor información y mejoraría el manejo efectivo y eficiente de los recursos.
“Una adecuada contabilidad redunda en transparencia y en eficiencia, algo esencial en una democracia exitosa”, sentenció.
Una oficina de activos
Presentado el problema y la situación actual, los especialistas plantearon que Uruguay debería evolucionar hacia una contabilidad moderna con principio de lo devengado y tener la capacidad de generar balances integrales de situación patrimonial, con la posibilidad de abarcar todos los activos y pasivos del Estado.
A su vez, se enfatizó en la necesidad de crear una oficina de activos, que gestione los activos fijos del país de forma profesional y eficiente, que cuente con una gobernanza “adecuada” con las autoridades y que cumpla con sus objetivos estratégicos trazados.
Esta nueva agencia estaría dentro del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y su marco institucional sería similar a la Unidad de Gestión de Deuda Pública, dependencia que se encuentra dentro de la cartera.
Sobre ello, Zimet argumentó que se trata de una propuesta que proporciona información “clave” acerca del balance estatal, mejora la comprensión de los recursos disponibles, y una estrategia de gestión conjunta de activos y pasivos ofrecería un marco para la gestión integral de riesgos.
Bruno Gili, al finalizar, remarcó la relevancia del tema y aseveró que existe una oportunidad de llevar a cabo lo planteado. “En lugar de pensar en un gran proyecto, lo mejor es pensar en pequeños proyectos. Creo que hay activos que son más fáciles que otros y en algunos casos se pueden pensar instrumentos financieros que se trasladen en esos activos y que intenten actuar o que se gestionen o utilicen mejor”, concluyó.