Cada campaña electoral trae consigo diversas discusiones sobre el sistema educativo, donde los candidatos prometen que van a “arreglar” los problemas que hay en la educación uruguaya. Hasta el momento, según Fenapes, si bien ha habido avances en esta materia, no se han hecho grandes cambios. Para el vicepresidente de la federación, José Olivera, un cambio de gobierno no necesariamente conllevaría una reforma educativa.
Romina Peraza | @romiperaza
Hace unos meses, cuando uno pasaba por la puerta de un liceo del Interior, podía ver pancartas y profesores ocupando el edificio, pidiendo reformas edilicias y mejoras presupuestales. La conversación entre los vecinos era “que eso había llegado al Interior”. Con “eso” se referían a las ocupaciones de centros educativos que tantas otras veces habían visto en los informativos.
Es que el 2018 estuvo marcado por el debate presupuestal para la educación, una discusión que se realiza todos los años, independientemente del partido que esté en el poder.
Cuando comenzó este quinquenio, los docentes tenían las expectativas puestas en las propuestas de campaña que se habían realizado, pero “por diferencias internas de la propia fuerza política” y “la situación económica del país”, lo que esperaban los sindicatos en torno a la educación y el presupuesto necesario, no se alcanzó.
Perspectivas para el 2019
CRÓNICAS conversó con el vicepresidente de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), José Olivera, sobre las expectativas que tiene el gremio para este año electoral.
El dirigente expresó que va a haber un debate profundo, aunque él duda que eso se dé en el marco de la campaña. La misma está más concentrada en “el eslogan y el marketing político, que en la discusión programática profunda”, lamentó, y agregó que “hay diferencias entre los distintos partidos y hay un discurso dominante que los atraviesa a todos ellos, que implica mirar más hacia lo privado –es decir, darle más importancia a ese sector- y en desmedro de la educación pública”.
El vicepresidente de la Federación explicó que hace falta un debate profundo para atacar problemas estructurales, que no están todos relacionados directamente con la docencia, sino también, por ejemplo, con el estado edilicio de los centros. Según Olivera esto es un primer “mojón” para plantear el diálogo, porque “hoy se le pretenden achacar a la educación todos los males de la sociedad en la cual vivimos, como la pobreza, la exclusión, o el problema de la droga”. En esa línea indicó que estas dificultades son responsabilidad de otros sectores que no se hacen cargo.
La posibilidad de un cambio de gobierno
Sobre la administración frenteamplista en materia educativa, el vicepresidente de Fenapes señaló que fue una gestión con “luces y sombras”. Expresó que se dieron avances en lo que respecta a la descentralización y al acceso a la educación, por ejemplo, mediante la política de subsidio al boleto estudiantil. Asimismo, añadió que hubo muchas “sombras” en lo que respecta a los distintos mandatos oficialistas, que tuvieron que ver, entre otras cosas, con la elección de las autoridades y las políticas que se han llevado adelante, que “han estado plasmadas de diferencias internas”.
Para Olivera, si se analiza la gestión de las diversas autoridades educativas en los gobiernos del Frente Amplio, hubo más proyectos individuales “que corresponden a pequeños sectores de la sociedad”, que colectivos a largo plazo, que es lo que precisa la educación.
Consultado sobre si un cambio de gobierno posibilitaría que haya una reestructura en profundidad en el sistema educativo, el sindicalista dijo que cree que no se va a dar. Finalmente, indicó que después de la dictadura, “los uruguayos hemos tenido oportunidad de tener a tres de las principales fuerzas políticas en el gobierno, y no ha sido posible llevar adelante una reforma”.