El reconocido escritor, considerado uno de los intelectuales públicos más influyentes de la actualidad, participó ayer de Softys Innovation Week, el evento anual de innovación de Softys. En este marco, Harari advierte sobre la concentración de datos y de poder que se está dando en solo algunas manos, señalando que eso “es tan peligroso para las compañías como para las personas”.
Para el reconocido historiador israelí y best seller mundial, Yuval Harari, la recuperación económica post Covid-19 conlleva el peligro de que se produzca un aumento de la desigualdad en el mundo, especialmente para los países en desarrollo. “El cambio más importante que trajo el Covid-19 es una enorme aceleración del proceso de digitalización”, aseguró durante su exposición en el Softys Innovation Week, evento vía streaming en el cual participó como speaker principal, donde hizo un completo análisis del momento que vive el mundo, poniendo especial foco en América Latina.
Esa digitalización no solo eliminará trabajos, según el historiador, sino que creará muchos trabajos nuevos, pero estos últimos requerirán habilidades avanzadas. “La rápida digitalización y automatización podría reducir la demanda de mano de obra no calificada y, si los países en vías de desarrollo carecen de los recursos para volver a capacitar a su fuerza laboral, ¿qué van a hacer?”, indicó.
El reconocido escritor se le considera uno de los intelectuales públicos más influyentes de la actualidad. Es autor de éxitos de ventas internacionales como “Sapiens. Breve historia de la humanidad”; “Homo Deus. Breve historia del mañana”, y “21 lecciones para el siglo XXI”, y ha vendido 28 millones de ejemplares. Esta semana participó de Softys Innovation Week, el evento anual de innovación de Softys -compañía de productos de higiene y cuidado personal- que se llevó a cabo vía streaming ante una audiencia de toda América Latina
Y no se trata solo de los trabajos. Para el experto, la digitalización trae consigo preguntas mucho más amplias acerca de la desigualdad y la geopolítica. “Ya estamos en medio de una carrera armamentista digital en campos como la recolección de datos y la inteligencia artificial. Dos son los países que lideran esa carrera, los Estados Unidos y China. La mayoría de los otros países quedan detrás y, si esta tendencia continua, el resultado probable será una nueva forma de colonialismo, el colonialismo de los datos”, comentó Yoval Noah Harari.
Sin embargo, Harari ve este panorama más como un gran peligro potencial, que como una profecía. “Es solo una posibilidad. Países como Brasil, Perú y México todavía pueden hacer algo para evitarlo. Individualmente, son demasiado débiles, ni siquiera Brasil puede enfrentarse a China o a los Estados Unidos, ni a gigantes digitales como Amazon y Alibaba. Sin embargo, si todos los países de América Latina cooperan en esto, e incluso si también cooperan con otros, como la UE, juntos tienen el poder suficiente para trazar un futuro distinto para ellos mismos y para el mundo entero”, concluyó.
Datos, manipulación y ética
Yuval Harari también respondió preguntas de los invitados a Softys Innovation Week, contexto en el que se refirió al peligro que conlleva la concentración de los datos. “La concentración de datos y de la concentración del poder en solo algunas manos (…) es tan peligroso para las compañías como para las personas, porque estamos entrando en una era en la que, si no tenemos cuidado, veremos un tipo de proceso en el que “el ganador se queda con todo”, en el que una corporación que es dueña de todos los datos de todos los ciudadanos de un país, o de una región, está en una posición para, básicamente, de dominar a todas las industrias”, indicó.
Asimismo, advirtió sobre el riesgo de manipulación que corremos. “¿Qué pasa cuando una compañía sabe sobre mí, mucho más de lo que yo sé sobre mí mismo? “Hackear” a los seres humanos ahora esto está siendo posible, tanto para los gobiernos como para algunas de las grandes corporaciones. Recolectar tantos datos y tener tanta potencia informática como para que puedan entenderme, entender mis deseos, miedos, esperanzas, entender mejor de lo que entiendo yo mismo y, luego, pueden manipularme de innumerables formas. Esto es lo que pone una responsabilidad ética sobre ellas”, señaló.
El historiador señaló que es importante al menos tener tres lineamientos éticos básicos. “Primero que todo, mis datos privados deberían ser usados para ayudarme y no para manipularme.”. Y de la misma forma en la que cuando quieren ser médicos, al menos en la mayoría de los países, tienen que tomar un curso sobre ética. Debería ser igual con los hackers y los codificadores, e incluso los publicistas”. Comentó.
El segundo principio, apuntó, sería que cuando aumenta la vigilancia sobre las personas, debe equilibrarse aumentando la vigilancia a las instituciones o corporaciones poderosas de la sociedad. “Si la vigilancia solo va en un sentido, el gobierno y las grandes corporaciones me están supervisando a mí y yo no los superviso, este es el camino más rápido hacia una dictadura”.
El tercer principio –agregó- es nunca concentrar demasiados datos en un solo lugar. “No importa si este lugar es una corporación o un gobierno; si todos los datos están en un solo lugar, nuevamente esta es la receta para una dictadura. Alguien sabe más acerca de todos que nadie más. Eso es peligroso, entonces tenemos que dividir este tipo de universo de datos”.
Malas decisiones políticas
“La mala política se manifestó más claramente a nivel global. En 2020 fuimos testigos de un fracaso total del liderazgo global”, reflexiona Harari.
Consultado sobre por qué cree que si esta pandemia ha sido mucho más controlable que otras en la historia reciente de la humanidad, cómo se explica sus fuertes impactos a nivel mundial, Harari señaló que hemos pasado por cosas mucho peores que el Covid-19, por pandemias y plagas mucho peores, pero ahora, la ciencia ha convertido a las epidemias en desafíos manejables.
“Entonces, ¿cómo es que hubo tanta muerte y sufrimiento durante el año pasado? La respuesta son las malas decisiones políticas (…) Mientras que los gobiernos de varios países, desde Vietnam a Nueva Zelanda, reaccionaron a la amenaza con gran eficiencia, otros gobiernos fracasaron de la peor manera”, agregó
La mala política se manifestó más claramente a nivel global, dijo. “El 2020 fue testigo de un fracaso total del liderazgo global”, ya que hubo un esfuerzo coordinado para limitar la propagación de la pandemia, que es la razón por la que ahora ha llegado a todos los rincones del planeta, explicó.
Harari resumió en dos lecciones principales sobre la pandemia, señalando que cada país debería invertir más en sus sistemas de salud pública. “Esto parece ser obvio, pero tanto los políticos como los ciudadanos a veces tienen éxito en ignorar la lección más evidente”. Y, en segundo lugar, dijo que la humanidad debería establecer un sistema global poderoso para monitorizar y prevenir las pandemias mundiales. “Sé que mucha gente teme que el Covid-19 marque el comienzo de una nueva ola de pandemias, pero, si al menos se implementan estas dos lecciones, el shock del Covid-19 podría, en realidad, dar como resultado que las pandemias sean menos comunes”, finalizó.