En diálogo con CRÓNICAS, el especialista expresó que la actuación del Ministerio del Interior no fue eficiente frente a las elevadas cifras de delitos ocurridos en los últimos años. Además, habló de la falta de organización y comunicación del plan anunciado por el ministro Luis Alberto Heber, en el que contará con el asesoramiento de exreclusos para que estas cifras disminuyan.
En la búsqueda por realizar un balance del 2022 en materia de seguridad, Holfman sostuvo que se presentó un aumento importante en el delito de homicidio en el primer trimestre del pasado año, que siguió aumentando los siguientes meses hasta llegar a la cifra de 383 al culminar. Esto representa un 25% más que en el 2021, donde fueron 306.
En mayo del año pasado se emitió una alerta junto a un plan para reducir el porcentaje de homicidios que, según su visión, no funcionó. “El ministro Heber dijo que los homicidios habían bajado, pero lo hizo en comparación con el año 2019, donde habían sido 394”, sostuvo el experto, a lo que agregó que desde hace años hay números que se vienen repitiendo. “El 50% de los homicidios que ocurren en nuestro país no se resuelven, el 51% se concentran en Montevideo, el 44% en la zona 3, el 35% en la zona 4 y el 20% en las zonas 1 y 2”, ejemplificó.
“A la policía le hacen falta datos de calidad, tanto cualitativa como cuantitativamente”, dijo haciendo referencia a la encuesta de victimización, en donde se miden las denuncias que no se registran de forma legal. En el 2017 el Instituto Nacional de Estadística realizó una encuesta a 8.400 personas y arrojó que un 73% de las víctimas de algún tipo de delito no lo denuncia, es decir, 7 de cada 10. De esta manera, en el mapa del delito solo queda registrado un 27% de los mismos; con el otro 73% no se sabe lo que ocurre, lo cual lleva a que no se puedan destinar recursos tanto humanos como materiales a las determinadas zonas en las que tienen lugar. “Es una cifra realmente importante y debería hacerse nuevamente una encuesta de victimización para ver si esa cifra bajó o aumentó”, manifestó el especialista.
Para el 2021, el 42% de los homicidios se daban a causa de conflictos criminales o ajustes de cuentas, lo cual a Holfman le llama “poderosamente la atención”, ya que para el 2022 esa cifra aumentó a un 72%.
El impacto del narcotráfico
“Los homicidios son la punta del iceberg y lo que no están viendo las autoridades es lo que está abajo”, aseveró, y añadió que se habla de la violencia de género, de los hurtos, rapiñas, abigeatos, pero no de la trata de personas, del narcotráfico, además de que “la matriz nuestra de drogas es realmente importante”. El narcotráfico es una de las causas principales de las altas cifras de homicidios y, según el entrevistado, debilitar a las organizaciones criminales es una de las soluciones para que disminuyan. “Hay que pegarles donde más les duele”, dijo, haciendo referencia al lavado de activos y a expropiar la cantidad de dinero que se mueve en esas “economías ilícitas”.
Uruguay es el segundo consumidor de cocaína y de marihuana en América Latina; lo que se está dando es un ingreso muy elevado de droga de síntesis, entre ellas, éxtasis y cocaína rosa. Hoy hay laboratorios para hacer drogas de este tipo en el país. Según Holfman, la policía incautó cinco, cuatro en Montevideo y uno en el interior. “La matriz de la droga y el narcotráfico en Uruguay cambió y las autoridades no se están dando cuenta”, advirtió.
Otra de las aristas importantes en materia de seguridad es la rehabilitación de los reclusos, cuántos se rehabilitan y cuántos ingresan a la sociedad ya rehabilitados, cifra que, de acuerdo con el experto, ronda entre el 55 y 65%. “Mientras no mejore y no baje la reincidencia en las cárceles, vamos a seguir con esta falta de seguridad pública”, lamentó.
El plan que desató la polémica
Consultado por el plan que implementará el Ministerio del Interior para intentar bajar la violencia y los homicidios, Holfman afirmó que le llama la atención la falta de claridad que tiene el ministro Heber para hablar del tema, así como otros miembros de la cartera, afirmando que no es la primera vez que pasa algo así.
“Lo mismo pasó cuando comunicó lo de los presos extranjeros que hay en nuestras cárceles, él decía que los iba a devolver a su país de origen. Nosotros acá tenemos 369 presos extranjeros, de los cuales 116 son argentinos, mientras que en cárceles argentinas hay 800 presos uruguayos. Ahí se nota la falta de asesoramiento”, dijo el especialista, y explicó que cuando se comunica un plan de esta índole, hay que hacerlo bien, dadas las características que tiene y sabiendo que la sociedad está “muy sensible con determinados temas”.
Finalmente, hizo énfasis en que no son considerados los expertos y profesionales que conocen del tema carcelario: “Primero está lo político, después lo policial y después lo técnico, esa es una de las visiones que yo tengo del Ministerio”.
