Entre los meses de enero y abril de 2021 se llevó adelante una evaluación del Programa Uruguay Estudia (PUE), orientada a sistematizar y describir la información disponible respecto a su diseño, implementación y resultados, profundizando en el análisis de uno de sus componentes: las becas de apoyo económico.
En el estudio elaborado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativo (Ineed) se constató que, al igual que lo evidenciado en 2015, el PUE responde a una necesidad o problema central que perdura en Uruguay: el bajo nivel de culminación de ciclos educativos, que en 2018 se concretaba tan solo en un 43% de los jóvenes de 23 años.
Por su parte, los informes realizados por la ANEP arrojan buenos niveles de promoción y acreditación de ciclos entre los becarios del programa, que superan para la mayoría de las líneas de becas los guarismos registrados entre alumnos con extraedad tanto del CES como del CETP.
En este sentido, y más allá de ciertas precauciones asociadas a la forma de registro, hay indicios de que las Becas de apoyo económico, en conjunción con las propuestas pedagógicas en las que se implementan, contribuyen al menos en parte con la continuidad educativa de sus beneficiarios.
Dicho esto, la continuidad del programa parece adecuado, aunque atendiendo a una serie de recomendaciones que contribuirían con una mayor pertinencia y eficiencia de la intervención, allanando el camino para una futura evaluación en profundidad. Las posibles líneas de trabajo identificadas se relacionan a concretar la firma de un nuevo convenio interinstitucional para que la conducción del programa se sustente en un espacio de diálogo interinstitucional. A su vez se destaca la necesidad de acordar criterios y mecanismos de control cruzado y rendición de cuentas entre las instituciones y revisar la teoría del programa, así como la coherencia interna entre problema, propósito, fin y componentes.
A su vez, el Ineed recomienda revisar la definición de la población potencial y la población objetivo del programa y, específicamente, de las becas de apoyo económico. En el primer caso, evaluar la pertinencia e implicancias de contemplar no solo a quienes se matriculan en los planes o programas vinculados al PUE, sino a todas las personas que no lograron culminar la educación obligatoria.
Asimismo, se aconseja incorporar a la definición de la población potencial dimensiones asociadas a la vulnerabilidad de los estudiantes que se desean alcanzar y evaluar la consideración de otras variables como la condición de embarazo o la maternidad-paternidad adolescente. La revisión de ambos criterios permitirá conocer si los mecanismos de focalización son adecuados.
Al mismo tiempo, se propone revisar los criterios y mecanismos de adjudicación de las becas, definiendo parámetros que permitan determinar de forma objetiva si un caso se encuentra o no entre los potenciales beneficiarios y, en la misma línea, acordar un criterio único con respecto a habilitar o no el acceso a becas entre estudiantes que cuenten con un ingreso, así como revisar la exigencia de “asistencia regular” para recibir la beca.
Entre otros objetivos se propone el de evaluar la pertinencia de que dos programas de becas orientados a una población similar convivan en paralelo o si, por el contrario, tiene más sentido lograr una conjunción entre ambos sin resentir su nivel de cobertura actual y tomando los aspectos positivos de cada modelo.
En el mismo sentido, según el Ineed, corresponde analizar la complementariedad con otros programas de transferencias monetarias que funcionan en el país como las asignaciones familiares y Tarjeta Uruguay Social, abriendo espacios de diálogo y coordinación que potencien el impacto de las acciones llevadas adelante. A la vez se destaca la intención de abrir espacios de articulación con programas de inserción laboral para quienes acreditan la educación media superior o bien la creación de dispositivos para promover la continuidad educativa o la inserción laboral para quienes acreditan educación media básica.
Las recomendaciones realizadas por Ineed apuntan a diversos aspectos del PUE, tienen diferentes alcances y demandan múltiples abordajes. Según reafirma el informe, es importante tener en cuenta, además, que las decisiones respecto a algunos de los focos mencionados pueden repercutir en las definiciones y alternativas respecto a otros con los que están en estrecha relación. En este escenario, parece importante definir y priorizar líneas de trabajo e implementar un plan de acción a corto plazo que se oriente a resolver los puntos álgidos del programa, para luego emprender una evaluación en profundidad de la intervención que capitalice los hallazgos e insumos obtenidos en la presente evaluación preliminar.