El ejecutivo dialogó con CRÓNICAS sobre los desafíos y la importancia del sector empresarial uruguayo, en particular, las micro y pequeñas empresas (mypes). Destacó que la pandemia tuvo efectos diversos de acuerdo a cada rubro, algunos de los cuales todavía pueden percibirse. Por otro lado, se refirió a las expectativas hacia el futuro.
-¿Cuál es la importancia de las mypes en la economía del país?
-Son el tejido productivo total a nivel nacional y se ubican en el entorno del 87% de las unidades económicas. En lo que refiere a mano de obra privada ocupada, están entre el 60% y 65%, y la integración del Producto Bruto Interno (PBI) se estima entre el 30% y 35%. Ante esta realidad, insistimos para que las empresas y el empleo estén dentro de la formalidad.
-¿Cómo se encuentran las mypes en la actualidad?
-La pandemia tuvo impactos negativos heterogéneos en donde hubo sectores que no bajaron sus actividades, tales como los comerciales, que las ferreterías y mercerías, por ejemplo, alcanzaron valores históricos de ventas. En cambio, los rubros vinculados al turismo como los gastronómicos, hoteleros, hospedajes, transportes y agencias de viajes, prácticamente tuvieron cero facturación. No obstante, algunas áreas comenzaron a reactivarse a partir del 2021.
De todas formas, se debe mantener la mayor cantidad de empresas dentro de la formalidad. En ese sentido, es primordial sostener los convenios que existen con los organismos de recaudación, porque pueden producirse bajas o mermas en los pagos tributarios.
-¿Cuáles son los desafíos actuales?
-En un principio, conservar los instrumentos de convenios para agilizar los pagos tributarios atrasados de las organizaciones que estuvieron activas durante la pandemia. Por otra parte, son elementales los créditos en plazos y tasas subsidiadas, que todavía son necesarios para mitigar los impactos negativos del covid-19. A su vez, entendemos que es importante que se intensifiquen las utilizaciones de los programas de compras públicas en las mypes.
También, desde hace tiempo se solicitó la adecuación del sistema tributario para que el sector comience a pagar una cuota diferencial menor al 25% del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE), y el resto lo usen en inversión de activo tecnológico para abatir la brecha existente y estimular la formación del capital humano. De este modo, las compañías serían más productivas con empleados capacitados, lo que permitiría tener posibilidades de consolidarse y seguramente expandirse.
-¿Cuáles son las expectativas para el resto del año?
-En este contexto, se tienen que resolver las desigualdades que existen en la interna de los distintos ámbitos, no solo en los desempeños, sino también en las expectativas, porque son diferentes para un sector y para otro. Hay que identificar cuáles fueron los perdedores en este período para buscar soluciones y medidas de mitigación.
Por otra parte, desde Anmype se está realizando un convenio con UTU para la formación de empresarios y empleados.