Problemas de desempleo, falta de preparación laboral, costos fiscales y pérdida de competitividad, entre otros, fueron los reclamos de las Cámaras Empresariales, ante un país que “continuará creciendo” pero donde el empleo no aumentará, salvo en un sector, “donde la gente no quiere trabajar”. Así lo expresaron los diferentes representantes de siete sectores productivos de nuestro país, en el marco de la Expo Melilla, el miércoles pasado.
Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi
La séptima edición de la Expo Melilla fue el escenario de una conferencia donde siete sectores productivos de nuestro país disertaron sobre el presente y las perspectivas de su actividad, el pasado miércoles 11 de abril.
De esta forma, la Confederación de Cámaras Empresariales ofreció su visión a través de los representantes del sector del agro, la construcción, la industria, el comercio, el turismo, las tecnologías de la información y la comunicación, y la banca privada, en una conferencia que contó con la presencia del movimiento Un Solo Uruguay, expresidentes de cámaras e, incluso, los senadores Pedro Bordaberry y Jorge Larrañaga.
Diego Balestra, presidente de la Confederación, apuntó hacia la necesidad de que las cámaras empresariales se unan en sus reclamos durante las negociaciones ante el Poder Ejecutivo, de cara a la próxima ronda salarial, de forma tal de mantener un marco de discusión general. “Encontramos muchas similitudes en los planteos”, admitió.
Oxígeno para el agro
Pablo Zerbino, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), comentó en su disertación que desde su gremial notan una fuerte apuesta por el sector financiero mientras que, el productivo, no es tenido en cuenta. “Se lo comenté al Poder Ejecutivo en una reunión de trabajo y realmente no les gustó”, alegó.
El titular de la ARU hizo referencia a los 40.000 puestos de trabajo perdidos en los últimos años y a que, a pesar de la buena calidad de los productos del país, no se encuentra una rentabilidad que permita sustentar a las empresas.
Zerbino volvió a señalar los costos altos y la necesidad de la rebaja de la energía y los combustibles, sobre los cuales, aseguró, no ha tenido respuestas favorables.
Explicó que, durante la última mesa de trabajo junto al movimiento Un Solo Uruguay y el Poder Ejecutivo, surgió una propuesta concreta para la rebaja del gasoil, que está a la espera del análisis de los ministros del ramo. No obstante, esto no será suficiente, dado que los principales productores ya sembraron y cosecharon. “Hay una honda preocupación para poder encontrar el financiamiento necesario para que, en pocos meses, se pueda dar oxígeno a estos empresarios de forma tal que no queden por el camino”, remarcó.
Empleos en descenso
Por su parte, Ignacio Otegui, presidente de la Cámara de la Construcción, apuntó que para su sector, en el mejor de los casos, este año será igual al 2017. Destacó que aunque el año pasado la construcción ocupó el tercer lugar entre las actividades económicas, se viene de tres años seguidos en la caída del PIB sectorial y de ocupación “en un país que ha crecido y seguirá haciéndolo, pero que no va a generar más empleo”.
La construcción ha perdido el 40% de los puestos de trabajo directos. A este número se le deben sumar los técnicos y personal administrativo, lo que configura un escenario de preocupación para la cámara.
La Confederación de Cámaras Empresariales nuclea a 25 agremiaciones, representando a 268 cámaras y asociaciones sectoriales, y a más de 50 mil empresas.
Asimismo, sostuvo que la actividad se dividirá el año entrante en un 35% de obra pública, un 20% de obra privada vinculada a la vivienda y un 45% de obra privada no vinculada a la vivienda.
Salarios y energía en incremento
Gabriel Murara, presidente de la Cámara de Industrias, comentó que su sector continúa perdiendo productividad a pesar de las importaciones de equipo y de maquinaria que se han realizado.
A pesar de esta caída de producción, el salario ha continuado creciendo, lo que hace que la industria pierda más competitividad, señaló. “Si cuando la economía crece, el salario también tiene que hacerlo, entonces hemos cumplido con creces”, declaró. Informó que desde fines de 2004 hasta diciembre de 2017, el salario industrial creció cerca de 320%, el tipo de cambio prácticamente no se movió, el precio de la energía aumentó un 180% y el del fuel oil un 164%.
Es que según dijo, la industria manufacturera no viene aumentando igual que el resto de la economía nacional. La última medición de enero indica un 3% menos en comparación con el mismo mes del año anterior.
Para este 2018 se aguarda un movimiento similar, sin grandes sorpresas. La capacidad instalada está hoy en un 63%, “una de las más bajas históricas que ha trabajado la industria”.
Una industria sin personas
Leonardo Loureiro, presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), reconoció dos principales desafíos del sector. Por un lado, la integración de los jóvenes en esta industria y, por otro, la inserción internacional.
Respecto al primer punto, fue contundente al expresar que si bien generan “mucho empleo”, no cuentan con personas que quieran trabajar en el sector. “El sector goza de buena salud pero uno de los grandes problemas es el capital humano”. Actualmente, el sector emplea a 14 mil personas en Uruguay, y por año, entre todas las carreras relacionadas a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), de todas las universidades, solo egresan entre 350 y 400 personas. “No nos da ni para empezar”, sostuvo.
Por otro lado, la CUTI también se concentra en la internacionalización, explicó. Añadió que la exportación anual es de unos US$ 400 millones, de los cuales el 60% actualmente se dirige hacia Estados Unidos. “Si bien esto muestra calidad técnica, es un riesgo muy grande”, observó Loureiro teniendo en cuenta el contexto internacional. China, por su parte, “ni figura en la lista”, y es hacia allí donde se enfocan con estrategias tales como lo fue la pasada misión empresarial al gigante asiático en enero.
Los costos de la inclusión
En tanto, el director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay, Roberto de Luca, definió a su sector como “una banca sólida”, pero hizo énfasis en que la inclusión financiera les generó “costos altísimos” y comentó su preocupación ante los costos operativos que “año a año crecen” y la carga fiscal “que realmente es altísima”.
Respecto a la Ley de Inclusión Financiera, comentó que los obligó a dejar de cobrar servicios que antes sí se cobraban, así como también a incorporar cuentas nuevas de forma gratuita y a bajar los aranceles. Sin embargo, comentó que “a mediano y largo plazo este cambio va a ser positivo”.
De Luca dio, asimismo, un pantallazo de la situación de su sector. En este sentido, informó que cuentan con activos por US$ 20.000 millones, y un patrimonio de US$ 1.600 millones “que cumple con los exigentes requisitos del Banco Central”. Igualmente, sostuvo que tienen créditos otorgados a los cambios de modelo de negocio acarreados por la cuarta revolución industrial.
La importancia de las conexiones
Como representante del sector turismo, expuso durante la conferencia Fernando Cambón, vicepresidente de la Cámara Uruguaya de Turismo (Cambur), quien señaló que esta actividad representa hoy el 7,5% del PIB, ocupando al 11% de la población económicamente activa.
Como avances en el sector destacó que se ha recuperado la conectividad aérea, y mencionó que la ley de inversiones es positiva y debe mantenerse en mejora de la calidad de infraestructura del país.
No obstante, dijo que se necesita “una mejora urgente” de las vías de comunicación terrestres, que vayan desde la puesta a punto de paseos públicos hasta el tercer escalón de gobierno. “Es imperioso generar actividades de gran envergadura en materia de espectáculos y entretenimiento, durante todo el año y en diversos puntos del país”, comentó.
Por otro lado, apuntó que es fundamental que se continúe invirtiendo en beneficios fiscales respecto al turista y dijo que aunque la temporada pasada han llegado a Uruguay muchas personas, éstas no han gastado lo mismo, provocando una baja de rentabilidad que hace que los empresarios no reinviertan. Por último, reconoció la necesidad de trabajar en articulaciones para poder llegar a legislaciones adecuadas.
Los salarios más altos
Por otra parte, el vicepresidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), fue positivo en sus apreciaciones y subrayó que el rubro al que representa es el que ofrece mayores remuneraciones por las horas trabajadas, así como también que la incidencia del no registro en la seguridad social es menor en comparación con el promedio de la economía. Al mismo tiempo, observó que el sector paga una prima de ingresos positivos respecto a la industria manufacturera.
En cuanto a las exportaciones, comentó que estas aumentaron un 10% en el año 2017, una cifra que se alinea con los países de la región, y que para este año, se aguarda continuar por la senda del crecimiento.
En términos generales, aseveró que las exportaciones de bienes uruguayos crecerán en el orden del 1,5%, lo que se fundamenta en “la mejoría del poder adquisitivo de los hogares, la reducción de los niveles de inflación respecto a año anteriores, la disponibilidad de crecimiento de consumo, la estabilidad del dólar, el aumento de exportaciones por demanda internacional y la relación de precio con países vecinos”, enumeró.