Carlos Malcuori, candidato a la presidencia de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (CJPPU).
El 14 de junio se realizarán nuevas elecciones en la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (CJPPU). Uno de los candidatos a presidente es Carlos Malcuori, ingeniero de profesión, vinculado a la Caja desde 1985, cuando integró una nómina por primera vez. La actual es su novena aparición en una lista, esta vez la número 1, integrada por profesionales de las más diversas carreras universitarias. Hoy se postula a la presidencia por tradición y para intentar remediar el «desastre» que, según él, el directorio actual y los pasados han dejado en la institución.
Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
– ¿Por qué decidió volver a presentarse a la presidencia de la CJPPU?
– Soy activo, tengo 69 años y estoy cumpliendo con mi tradición. Me presento, primero, por la tradición; y segundo, porque es un desastre lo que ha pasado en la caja. Los últimos 12 años han sido de terror, eso es clarísimo. Hay quitas a los jubilados, no han hecho nada, no están… Eso fue lo que me llevó a seguir en esta lucha. Mientras esté activo voy a seguir, y cuando sea pasivo veré.
– ¿Cuáles son los principales problemas que presenta hoy la CJPPU?
– El principal problema es que tiene un directorio incompetente, que ha desmembrado la organización. Antes había gerentes, no sé si eran buenos o eran malos, pero eran de carrera. Eso hoy no existe. Hoy tenemos un gerente general que gana -todo el mundo lo sabe-, casi $600.000. Han estado gerentes por tres meses y los despiden por 80.000 dólares.
La Caja hoy no decide por sí misma, decide por consultoras. Eso ha sido nefasto para la institución. Los directorios son títeres de consultoras que ganan muchos millones de dólares por año y que invierten en cosas que yo, con mi propio dinero, no invertiría. Si tengo que comprar acciones de determinada empresa, si la plata es mía, no lo hago.
– ¿Por qué califica al directorio de incompetente?
– Porque no han tenido ideas. Un directorio tiene que ser creativo, debe tener ideas, llegar a los afiliados. Hoy no se llega. Las veces que sí, se ha pasado vergüenza porque la gente está muy molesta. En estos 12 años no hubo nada nuevo; sí desarticular la Caja a la aparición de nuevas consultoras, pero nada nuevo. No ha habido préstamos ni inversiones distintas. Se entregó la inversión forestal que, si bien yo no era partidario de seguir un camino que querían algunos directores, hoy regalamos todo, es decir, desligamos toda la responsabilidad. No sabemos lo que nos da, lo que no nos da, si es correcto… Ese es un negocio muy embromado.
– ¿A qué atribuye el creciente déficit de la Caja?
– El problema de la Caja es muy claro. Hoy tenemos poca fiscalización, está fallando en ese sentido. Hay muchos profesionales activos que ganan bien y que no aportan. Esa es una realidad. En muchos de los rubros se está dando. Hoy no se controla nada.
«El problema es que la Caja nunca midió el impacto de los ajustes fiscales de este gobierno».
Además, el problema es que la Caja nunca midió el impacto de los ajustes fiscales de este gobierno. Si tú metés un IRPF salvaje, metés un Fonasa que te obliga a pagar acá y allá, y después te devuelve 30.000 o 40.000 pesos a los ocho meses, eso es salvaje. Entonces, a la gente, lamentablemente, no le da para vivir. El profesional no está bien conceptuado en este momento. Pasa mucho en el caso de la gente de los medios.
La gente se está quedando en segunda categoría porque ganan muy poco. Se les está haciendo difícil a las familias jóvenes. Es mucha la carga fiscal, y eso, de alguna manera, la Caja tiene que sopesarlo o, por lo menos -que nunca le interesó- saber cómo actúa sobre la masa social que ampara. Hoy eso es un desconocimiento total. Nunca a nadie le importó hacer una estadística a ver cómo están nuestros profesionales, no se hace. Y eso nos sale plata.
– ¿La Caja debería adecuar los aportes que solicita a la carga impositiva que establece el gobierno?
– Primero, patear. Porque el Fondo de Solidaridad es impresentable. Patear como institución. Si la Caja hubiera salido a protestar contra esa porquería que se hizo del Fondo de Solidaridad hubiera sido otra cosa. La gente piensa más en la diaria, y le importa un comino qué va a pasar mañana con su vida. Porque cuando yo estoy muy apretado, no me importa el mañana, me importa el hoy y ver cómo llego a fin de mes.
– ¿En qué está invirtiendo hoy la CJPPU el ahorro de sus afiliados?
– Las inversiones son en papeles; los préstamos han quedado muy relegados, muy chiquitos. Lo de los préstamos fue una idea mía de hace muchísimos años. Empezamos con 200 y después se extendió. Esa es una vía de inversión infinita, porque se pueden hacer hasta préstamos hipotecarios. Pero se ha minimizado y se invierte en papeles. La parte forestal le dio todo en bandeja a UPM. Hoy no están los directores, no les interesa. Van a cobrar el sueldo y nada más.
– ¿En qué sectores cree que debería invertir la Caja y hoy no lo está haciendo?
– Creo que debemos copiar a los que hacen las cosas bien. Nosotros, en inversión inmobiliaria, en toda la construcción, nos fue muy bien. Perfectamente podemos estar en condiciones de hacer edificios, tomando ciertas precauciones, e inversión inmobiliaria. Lo está haciendo la Caja Notarial. Nosotros lo hicimos, a pesar de que agarramos un momento de mucha crisis, y después vino gente que tiró para atrás la cosa. Y, repito, no nos fue mal.
«Si la Caja hubiera salido a protestar contra esa porquería que se hizo del Fondo de Solidaridad hubiera sido otra cosa».
En la parte forestal hay que retomar la inversión. Hoy es un desastre, porque entregamos todo… lo forestal, la ganadería. No digo poner un tambo, pero sí criar ganado, eso no es difícil. Muchas opciones más no tenés. Lo que pasa es que hay que subsidiar al Estado, vamos a decir la verdad. Al gobierno le interesa sacar a la venta bonos y que se compren esos bonos. Así, dentro de 30 años, no los puede cobrar nadie.
– ¿Por qué cree que sería bueno que la Caja retomara la inversión forestal?
– En la forestal cedimos 13.000 hectáreas a UPM. Ahora va a ser muy difícil por el contrato que se hizo. Eso fue una vergüenza. No tengo elementos de prueba para decir que hubo dolo, pero que fue mal hecho, fue mal hecho. Esto no es justo para la institución. Haber entregado todo así por no tener ganas de trabajar, no lo comparto. Ahora habrá que deshacer el camino, ver cómo podemos negociar con UPM para que nos devuelva algo.
– En una entrevista realizada por El País en marzo al actual presidente de la CJPPU, Álvaro Roda, él dijo que «hay una tendencia de los profesionales a la declaración de no ejercicio y los trabajos en dependencia se han ido acentuando en los últimos 15 años». ¿Usted nota esa tendencia?
– No, no es cierto. Al contrario, creo que ahora hay más trabajadores independientes. Yo fui casi toda la vida dependiente, y empecé a aportar a la caja cuando tenía alguna cosa chica. Hoy vivo solamente del ejercicio libre de la profesión, desde 2001. Aquí hay varios puntos. En primer lugar, antes había muchos profesionales que abonaban la Caja y hacían la carrera para tener una segunda jubilación. Hoy no pueden, ya cambiaron las reglas de juego para los profesionales.
El empleo subordinado sigue siendo importante, eso no cambió. Es otra visión distinta, es echarle la culpa a una cosa que no fue. Acá la carga del Estado implica que hoy la gente esté al mango, que no le sobre un peso. Como la Caja tiene siete inspectores para todo el Uruguay para verificar, y no controla, más evadimos. Y la Caja ha sido laxa en ese aspecto. Si no controla, es lamentable. Se están perjudicando ellos.
La Caja tiene la suerte de que cada vez hay más profesionales y más ramas distintas. Muchas de ellas, lamentablemente, son de hambre. Pero tampoco la Caja defiende esas cosas. Debe defender, no el gremio -porque el gremio ya no existe, es una pequeña elite politizada que defiende sus intereses-, pero los intereses del profesional de a pie no los defiende nadie. Y esa gente, en la medida en que yo haga una Caja atractiva, que le de posibilidades, pienso que puede crecer de forma ilimitada.
– ¿Cree que la fiscalización de la Caja está desalentando la titulación en algunas áreas?
– Por supuesto. Si yo tengo un buen cargo y debo una materia o la tesis, ¿para qué la quiero hacer? ¿Para pagar el Fondo de Solidaridad? Estamos desalentando, sí. Mucha gente se quedó sin dar una materia a propósito. Y eso la Caja lo tiene que apoyar, porque nadie lo hace. Los gremios no apoyan, no existen o están politizados.
– A principio de año, la Caja de Profesionales comenzó a multar a periodistas licenciados en Comunicación que se habían declarado en «no ejercicio» pero que, por escribir en blogs o colaborar en documentales o publicaciones, deberían haber aportado. ¿Está de acuerdo con esa medida?
– Creo que, primero, hay que tratar de que todo aquel que, de alguna manera, esté ganando algo, se arrime a la Caja, porque le va a servir a él en un futuro lejano. Si yo pongo todos los huevos en esta canasta, llega un momento en que después, cuando realmente gano bien, al final me beneficia. Creo que hay que controlar si el individuo está cobrando. Pero un blog de opinión, ¡no seas malo! Ahora, si el blog de opinión tiene un aviso de General Electric, otro de Samsung… pará un poquito. Ahí, ese individuo está ganando dinero.
«El gremio ya no existe, es una pequeña elite politizada que defiende sus intereses».
Además, la mayoría están en trabajos subordinados. Cuando yo empecé a facturar aparte, ahí me afilié a la Caja. No me afilié cuando me recibí. Empecé a facturar poquísimo, pero me daba para pagar la Caja. Lo conveniente es que el individuo que hace una actividad rentada trate de arrimarse, por su propio bien, no por el problema de la fiscalización. Pero si no es rentada no, no tiene sentido.
– ¿Cuáles son las principales propuestas de su lista para solucionar los problemas actuales de la CJPPU?
– Trabajar. Primero, trabajar. Los directorios no han trabajado. Segundo, aportar ideas. Estuve durante muchos años como director y siempre fui un generador de ideas y de propuestas. Cuando entré, la Caja estaba sin un mango, pagaban las pasividades con cheques descubiertos. Los timbres eran una vergüenza, tenían una inflación del 100% y se actualizaban una vez al año. Insistí hasta que los actualizamos una vez cada seis meses. Eso es mucha plata, muchísima.
Después, controlar. Pero hoy no ha habido ideas, no ha habido trabajo, solo corporativismos gremiales, verdaderas logias gremiales. En el pasado había una logia en la intergremial universitaria; hoy se dispersaron todos, se ve que les da vergüenza, y están acá.
En la Caja, por ley, el presidente lo da la lista ganadora. Entonces, los dos que sacó la lista ganadora fueron Olivera, que es un médico, y Correa. Olivera renunció a los dos años, Correa estuvo, pero se la vio mal. Entró Roda, que era suplente. No puede un suplente de una lista ser presidente de la Caja Profesional. Es un suplente, está abajo de todos los otros que entraron de primera votación. Eso es un problema de la ley. La ley hay que corregirla, también, pero no en este momento. Con un gobierno que está desfalleciendo económicamente, que tiene 1.000 problemas, tocar la ley es difícil. El Ejecutivo está imponiendo la ley y, como el directorio, lamentablemente, es en su mayoría del Frente Amplio, le está haciendo los mandados.
– ¿Alguna propuesta en concreto que pueda mencionar de su lista?
– Hoy no estamos fiscalizando, hoy no tenemos organización gerencial. Se está en permanente confrontación con el sindicato, lo que perjudica el normal funcionamiento de la Caja. Eso lo tenemos que solucionar. Hace 12 años que estamos en eso.
Se viene desarticulando la organización gerencial. Eso hay que armarlo de vuelta. Mientras, el directorio permanece impasible. Es decir, hay muchísimas cosas para hacer, pero honestamente. Acá no hay que defender intereses corporativos. Hay mucho para hacer, hay que trabajar, hoy no van los directores y, en la medida en que no van, no les interesa, no son honestos, entonces la Caja es un desastre. Y no lo digo yo, lo dice que de una lista única de pasivos que había, históricamente, hoy hay como seis o siete listas. De activos hubo una proliferación, por la misma situación. Yo no tengo ataduras. La última elección apoyé a una lista, y la misma fracasó totalmente. Ahora me pidieron ellos para entrar en mi lema, pero no. Yo hice esta lista para que ellos no salieran. Quiero ser honesto, a mí no me interesa salir, me interesa que no entre más gente que le hace daño a la Caja.
– En caso de resultar electo presidente, ¿cuál sería la primera medida que tomaría?
– Primero, enterarme un poquito de cuál es la situación desde adentro, cómo están las inversiones, etc. Entrar un poco en caja, porque, si bien yo hago un seguimiento y, por olfato, me doy cuenta de qué cosas están mal, una cosa es olfatear y otra cosa es conocer desde adentro. Hay que ver un poquito qué es lo que se hizo hasta ahora. Tenemos que descifrar el problema de los pasivos que les acordaron beneficios. Por ejemplo, cuando se les dio un aguinaldo a los jubilados, yo no lo voté. Esgrimí toda mi argumentación. Dije ‘hoy la Caja está bien, pero no hay un decimotercer aporte de sueldo de los activos. Mañana la Caja está mal y esto es un problema’. No lo voté, pero después de que dije ‘esto no se puede sacar’, no se puede.
Creo que he tenido el respeto de mucha gente de adentro, los funcionarios me respetan. Ellos mismos me lo han dicho: ‘pasaste de ser el malo de la película a ser el único tipo coherente que pisó la Caja’. Eso me lo han dicho personas del gremio, de toda la vida. Falta un poco de independencia. Cuando tú no tenés independencia, dependés de un gremio, de un partido, ahí estás liquidado. No podés hacer las cosas bien.
«Todos por la Caja»
Este es el lema de la Lista 1, candidata a las elecciones en la Caja de Profesionales Universitarios. «Una lista de amigos, familiares y gente de a pie». Así la define Carlos Malcuori, candidato a presidente. Él es ingeniero y, debajo de él en la lista, le siguen un mecánico, un procurador, un médico, un economista, un odontólogo, un veterinario, un arquitecto, un ingeniero agrimensor, uno civil, un licenciado en imagenología, un abogado y un ingeniero agrónomo. Malcuori buscó que todos sean de distintas profesiones. Además, solo unos pocos están afiliados a algún gremio y, quienes lo están, asegura el candidato, «no siguen las directivas de sus respectivos gremios».
Para las elecciones del 14 de junio, Malcuori se presenta por novena vez. Siempre integró alguna lista pero, esta vez, encabeza una de ellas. «Si bien algunas veces me han tildado de no tener gremio, hoy se me respeta. Los tipos tienen miedo, se creen que yo soy más de lo que soy, pero me respetan porque siempre salgo solo, y mis votos son míos. No son los votos de un gremio», afirma.