El estudio de la densidad de cotización resulta de suma importancia para analizar la cobertura de las prestaciones por Vejez, Invalidez y Sobrevivencia, ya que a menor porcentaje de aportación al sistema, menor probabilidad de que un trabajador acceda a alguno de los beneficios mencionados. Además, en caso de acceder a una prestación, puede suceder que por haber aportado menos años, el importe sea menor debido a las formas de cálculo de las tasas de remplazo. El informe revelado por la CESS indica que la densidad promedio es de 66,1% y es aún menor en el caso de las mujeres y claramente inferior en los quintiles más bajos.
En este estudio elaborado por la CESS se analizó esta densidad para los cotizantes de BPS de 2019, obteniéndose un promedio de 66,1%. La densidad promedio es superior para aquellos que se jubilan entre los 60 y 70 años que entre quienes no lo hacen. Esto podría evidenciar que estos últimos encuentran ciertas dificultades para acceder a una jubilación.
Por otra parte, la densidad promedio de las mujeres es menor en 5,8 puntos porcentuales que la de los hombres. Es importante resaltar que se observa un incremento de la densidad al aumentar la edad de los cotizantes y que existen diferencias significativas entre quintiles de sueldos, teniendo los dos primeros densidades sensiblemente inferiores a las de los dos últimos. Porque permite analizar la cobertura de las prestaciones por Vejez, Invalidez y Sobrevivencia, ya que a menor porcentaje de aportación al sistema menor será la probabilidad de que un trabajador acceda a alguna de esas prestaciones.
Los resultados aseguran que la densidad promedio de los cotizantes se sitúa en 66,1%.
En este marco, se observa una brecha significativa entre los cotizantes que logran jubilarse y los que no a una determinada edad, oscilando entre 10 y 18 puntos porcentuales dependiendo de la edad.
Al analizar por sexo, se observa que la densidad promedio de densidad de las mujeres es de 5,8 puntos porcentuales menos que la de los hombres.
En prácticamente todas las edades, la densidad promedio de las mujeres es menor que la de los hombres.
Por otra parte, los quintiles de ingresos más bajos presentan una menor proporción de aportes a la seguridad social, la cual aumenta al incrementar el quintil considerado. Finalmente y en general, cada quintil de ingreso tiene una densidad promedio superior a sus quintiles inferiores, para cada una de las edades.