Jorge Bermúdez, presidente de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), luego de reunirse recientemente con autoridades de los ministerios del Interior y de Salud, conversó con CRÓNICAS. Más allá de abordar distintas problemáticas que afectan en concreto lo que tiene que ver con el servicio de salud, puso énfasis en una situación relacionada directamente con los trabajadores. Se trata de una escalada de inseguridad y violencia que se hizo evidente en el último tiempo, no solo en el trabajo en territorio, sino en los mismos centros de atención médica y sus alrededores.
Según el dirigente sindical, los problemas de violencia e inseguridad que deben enfrentar aquellas personas que trabajan en la salud tienen hoy en día muy diversos espacios. Entre ellos, por ejemplo, se presenta hacia las ambulancias, en policlínicas, sanatorios, ya sean estos de salud pública o privada.
Esta situación que sucede de forma transversal, fundamentalmente en Montevideo, tiene algunas áreas donde se agudiza. En relación a esto, Bermúdez resaltó que estos hechos no se dan solo en zonas periféricas. Complementó indicando en este sentido que la zona que comprende Parque Batlle y proximidades de Tres Cruces es de las más comprometidas al respecto.
Fundamentalmente, cuando se dan los cambios de turno en los múltiples centros de salud allí ubicados, tienen lugar agresiones y asaltos hacia trabajadores, los cuales, según indicó, han ido creciendo sin encontrarse hasta el momento una solución. Además, añadió que el problema en esta zona afecta a un número aproximado de 20 mil trabajadores, en un radio que ronda las 20 o 30 cuadras.
En búsqueda de respuestas
En ese marco fue que de parte de la FUS se llevó adelante una reunión con autoridades del Ministerio del Interior donde se propusieron algunas medidas concretas. Una de ellas tuvo que ver justamente con el aumento de patrullaje en las zonas y en los horarios identificados como de mayor conflicto.
Por otra parte, se analiza retomar con la participación de la Intendencia de Montevideo y ahora también con la del Ministerio del Interior, el cual se mostró receptivo, ciclos de charlas en diferentes barrios. Según comentó Bermúdez, su objetivo se vincula con la búsqueda de restablecer el vínculo entre la comunidad y los trabajadores de la salud.
Más allá de valorar las instancias de diálogo con las autoridades de la cartera, el sindicalista puso énfasis en que todavía ni la sociedad, ni quienes se encuentran en lugares de decisión, son conscientes de la real gravedad de la situación. Entendiendo que en el último tiempo esto ha ido aumentando de forma gradual, concluyó que si no se hace nada “falta poco para que haya un muerto entre los trabajadores que van a cumplir su deber, trabajar por la vida”.
Haciendo foco en la falta de tratamiento del tema tanto por parte del oficialismo como por parte de la oposición, el presidente de la FUS también recordó los “discursos demagógicos” que tuvieron lugar durante la pandemia. En aquel momento se permaneció hablando de algo que, a su entender, en este momento no se valora: el importante papel del trabajador de la salud.
El Sistema Nacional Integrado de Salud y sus viejos problemas
En una reunión con autoridades del Ministerio de Salud, dentro de las que destacó la flamante ministra Karina Rando, Bermúdez planteó una serie de problemáticas que no son nuevas en relación al Sistema Nacional Integrado de Salud. El dirigente recordó que ya en 2013 se habían juntado 56 mil firmas para impulsar una plataforma de reivindicaciones que coinciden plenamente con las que hoy se manejan.
Entre los reclamos, mencionó los tiempos de espera para acceder a especialistas u otro tipo de asistencia; el valor de tickets, órdenes y estudios; la coordinación del sector público y el privado, sobre todo en el interior del país y, por último, la participación del conjunto de la sociedad organizada. A estas cuatro “viejas” líneas de trabajo se le suma la problemática coyuntural de la salud mental.