En entrevista con CRÓNICAS, el director de Movilidad de la Intendencia de Montevideo, Pablo Inthamoussu, aseguró que ya se han llevado a cabo algunas experiencias de “vías 30”, calles con 30km/h de velocidad máxima autorizada y aseveró: “Ese puede ser un camino en un escenario de recursos acotados para poder lograr que, donde no hay infraestructura, los ciclistas puedan estar coexistiendo, conviviendo y compartiendo el espacio público”.
¿La Intendencia de Montevideo vuelve a apostar por las bicicletas públicas?
Sí, estamos trabajando bastante sobre eso. Tampoco estamos reinventando la rueda, la rueda ya está inventada. Vamos a retomar la iniciativa de cumplir con el objetivo de que Montevideo tenga un sistema de bicicletas públicas con una mayor cobertura de la que tuvimos, tuvimos un sistema que fue una buena experiencia en su momento, pero quedó bastante acotado, a nivel geográfico, en su cobertura. Esa es una de las conclusiones que sacamos luego de unos cuantos años de operación en el sistema.
Ahora estamos apostando a un sistema de 800 bicicletas, unas 80 estaciones aproximadamente, de 10 bicicletas cada una. Y ahí estamos viendo cuáles son los mejores mecanismos, también en un escenario de recursos acotados, tenemos que ser muy creativos a la hora de lograr captar el interés de los inversores, de los que plantean este tipo de propuestas, y lograr también integrar el sistema de bicicletas públicas con el sistema de transporte, esa multimodalidad de la que hemos hablado bastante.
Y se está dando en los hechos, porque si uno va a las terminales de transporte público en la periferia, como Belloni, Colón y el Cerro se da que hay bicicletarios, es decir, lugares donde las bicicletas quedan vigiladas, quedan cuidadas, y efectivamente hay muchas bicicletas. Eso está representando que hay un ciudadano o ciudadana que llega a la terminal en bicicleta, se toma un ómnibus y cuando vuelve levanta su bicicleta y se va para su casa. Ese es un poco el mecanismo que se está dando en las bicicletas particulares de la gente, pero que queremos que también se de con esta herramienta de bicicleta pública, además de abastecer la demanda que existe en toda ciudad turística como Montevideo ya que todos los turistas piden un sistema de bicicletas para poder recorrer la ciudad.
¿Está preparada la ciudad para que la bicicleta sea protagonista?
Yo creo que sí. En esto siempre falta, siempre en materia de infraestructura para ciclovías y bicisendas se ha hecho un esfuerzo grande y se va a seguir haciendo, en un escenario restrictivo en materia de recursos, pero con mucha creatividad hemos recuperado también algunas bicisendas históricas de Montevideo y la primera bicisenda importante que tuvimos, Bulevar Artigas Norte, se recuperó al 100%. Estamos mejor preparados que antes y vamos a seguir estando más preparados.
Después por ahí también en los intercambios técnicos y políticos que hay, el paradigma de la bicicleta en una infraestructura segregada, separada del resto del tránsito no está descartada. Pero hay mayores corrientes de opinión a nivel mundial que están insistiendo en que la bicicleta tiene que poder coexistir y convivir con el resto del tránsito, sobre todo con el automóvil, pero también con los ómnibus y con los camiones.
¿Cómo se trabaja para lograr esa convivencia?
Para que eso ocurra hay que pacificar el tránsito, hay que calmarlo, entre otras cosas, y básicamente eso se logra con bajar la velocidad.
Alguna experiencia se ha hecho, con lo que se conoce en Montevideo como las “vías 30”, calles con 30 kilómetros por hora de velocidad máxima autorizada. Ese puede ser un camino en un escenario de recursos acotados, para poder lograr que, donde no hay infraestructura, los ciclistas puedan estar coexistiendo, conviviendo y compartiendo el espacio público.
Uno lee las normas y son muy claras, el ciclista tiene derecho a ocupar un carril de tránsito, el motociclista también. O sea donde hay una bicicleta, el resto de los usuarios del tránsito, sobre todo quienes manejamos vehículos de cuatro ruedas, tenemos que proteger al ciclista, cuidarlo mucho, como hoy pasa ya habitualmente en Europa. Pero esos son procesos que empezaron hace 10 años, lo que hoy está pasando en Holanda, por ejemplo, lleva un largo proceso, no es de un día para el otro, tampoco es tan lento como pueden parecer.
Hay que tener la firmeza estratégica de decir bueno queremos realmente fomentar la movilidad activa, no solamente la bicicleta, sino también la propia caminata, y en ese sentido ya hay un plan para mejorar las veredas en nuestra querida ciudad. Una ciudad que tiene ventajas comparativas, no tiene grandes accidentes topográficos, es caminable y es una ciudad que se puede recorrer en bicicleta, lo que si tenemos que hacer es trabajar en el resto de los usuarios. Además de en la infraestructura, trabajar en el resto de usuarios con normas, con campañas, con comunicación, con fiscalización, para que los automovilistas en general cuidemos mucho más a los usuarios que se les dice vulnerables, sobre todo, a los ciclistas y peatones.