La pobreza infantil es “el desafío más grande que tiene el Uruguay”

Para Cristina Lustemberg, diputada del FA

El porcentaje de niños viviendo debajo del índice de la pobreza es un 20% del total. A raíz de esto, la diputada Cristina Lustemberg presentó un proyecto de ley en 2018 que podría ser votado este año en la Cámara de Senadores. En diálogo con CRÓNICAS, la legisladora explicó las bases del proyecto, que busca mejorar la eficiencia en la coordinación de los programas de infancia y adolescencia. A su vez, CRÓNICAS habló con Matías Brum, economista especializado en pobreza infantil, quien insistió en la necesidad de un sistema de cuidados eficiente.

Por: Sofía Dri

La cifra de niños viviendo por debajo de la línea de la pobreza en Uruguay está cerca de 157.000, lo cual equivale a alrededor de un 20% de los niños del país. A raíz de estos números, la diputada frenteamplista Cristina Lustemberg presentó en 2018 un proyecto de ley que crearía un Gabinete de Primera Infancia, Infancia y Adolescencia que nuclee al presidente de la República, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Ministerio de Salud Pública (MSP), el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT), el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) y otros organismos vinculados al tema. Hoy el proyecto cuenta con media sanción de la Cámara de Representantes.

La diputada explicó a CRÓNICAS que el puntapié inicial para la creación de este proyecto de ley se dio en 2017, cuando se incorporó al Parlamento, pero que el interés por el tema se remonta a mucho más atrás. Lustemberg es pediatra de profesión, y su carrera política también estuvo atravesada por estas problemáticas, como la coordinación del programa Uruguay Crece Contigo, o la coordinación del área de Infancia y Adolescencia en ASSE.

Su trayectoria en el ámbito público le hizo notar que hacía falta “una ley que ordene, regule y sintonice la política pública” con un encare multidimensional, que “mejore la gestión y optimice el trabajo”, tanto en educación como en salud, políticas sociales, vivienda, trabajo, y que “le dé prioridad al tema”, que en su opinión es “el desafío más grande que tiene el Uruguay”.

A la hora de hablar de pobreza infantil, es pertinente hablar de cómo se mide. En Uruguay, el Instituto Nacional de Estadística (INE) se asesora con nutricionistas para calcular cuánto dinero supone acceder a la canasta básica alimentaria. Además de los gastos en comida, se calculan los demás gastos, como la vivienda, la electricidad, el combustible, la calefacción, la ropa, etc, que conforman la canasta básica no alimentaria. Esos dos montos sumados resultan en la línea de pobreza, y quienes no alcancen a cubrirlos se consideran debajo de la misma.

Cuando se mide por hogar, se toma en cuenta la cantidad de gente que vive en el mismo. Por ejemplo, se necesita la misma cantidad de dinero para cubrir los costos en calefacción de una o de dos personas. Matías Brum, economista experto en pobreza infantil, explicó que de este modo, todos los que viven en ese hogar que tiene ingresos por debajo de la línea de la pobreza se consideran pobres, incluidos los niños que pudieran habitarlo.

Es así como se mide la pobreza infantil, contabilizando la cantidad de niños que viven en estos hogares. Sin embargo, Brum acotó que la pobreza multidimensional implica otras carencias que tienen estos niños además de la monetaria. “En general, viven en barrios más carenciados, con mayor inseguridad, con viviendas más precarias, menor calidad en la atención en salud, etc.”.

Eficiencia

Un gran eje del proyecto de ley es el énfasis en la eficiencia que hace falta aceitar en el sistema. En ese sentido, la legisladora postuló que es importante recordar que “más dinero tampoco es sinónimo de más resultados”, por lo que es necesario articular a todos estos actores públicos. Así, Lustemberg concluyó que la ineficiencia, la superposición y la ausencia  “son determinantes” para la pérdida de continuidad de los programas y el alcance que tienen. “Una actuación coordinada es lo básico”, expresó, por lo que refirió a la sección de su proyecto que atañe a la creación de un sistema único de información al que puedan acceder todos los organismos. Ejemplificó con la situación que atraviesan las familias con hijos con discapacidades. “Hoy esa familia tiene que ir una por una a todas las ventanillas del Estado para justificar una pequeña pensión”, señaló.

En cuanto a estas ineficiencias en el sistema, Brum apuntó que “Uruguay peca de tener múltiples iniciativas” para los mismos problemas. Dentro del sistema de cuidados mencionó los CAIF, los CAPI (Centros de Atención a la Primera Infancia), y los Centros SIEMPRE, que son todas iniciativas de guardería, por lo que Brum sugirió que una buena medida sería poner todos los recursos en el mismo lado, y que fueran todos CAIF, por ejemplo.

A nivel internacional, Brum explicó que las experiencias en otros países “demuestran que si se ofrece un sistema de cuidados, eso permite que la gente salga a trabajar”. Esto también le daría más oportunidades de igualdad a las mujeres, que podrían reintegrarse al mundo laboral más rápido, sobre todo en el entendido de que “la mayoría de esos hogares con bajos recursos son monoparentales y dependen de la madre”.

A nivel económico

Desde el punto de vista económico, Lustemberg insistió en que más allá de ser un tema de derechos humanos, la inversión en infancia resulta “más barato”, y citó el estudio del Nobel en Economía James Heckman, que constató que a largo plazo estas inversiones generan un retorno de entre 7 y 10% al año, al reducir costos eventuales en seguridad, salud, refuerzo escolar y más. En ese sentido, la legisladora argumentó que “un país tan preocupado por la seguridad y la educación no puede obviar los problemas de infancia, que es cuando se empiezan a generar las habilidades cognitivas básicas”.

Según estima Brum, para subsanar la pobreza infantil en los números, se necesitaría un 0,4% del PBI, que podría ser transferido directamente a las familias. Sin embargo, el economista advirtió que eso igual no sería suficiente si no es acompañado por políticas como la mejora en el sistema de cuidados, en salud, educación y demás.

A nivel político

Si bien Lustemberg lamentó que haya tomado tanto tiempo el período de discusión de la ley, valoró que en este momento se han logrado consensos políticos, lo cual ve como algo muy esperanzador. Según la legisladora, hubo un gran trabajo conjunto entre sus colegas de todas las banderas para llevar el proyecto adelante, y cuando se votó en octubre en Diputados obtuvo 76 de 86 votos.

Actualmente la propuesta se encuentra en la Cámara de Senadores, y Lustemberg espera que se pueda votar este año. La diputada expresó su deseo de que “en año electoral podamos tener esa generosidad”, y “no poner a los niños, que no votan, de rehenes por no poder ponernos de acuerdo”. Agregó que aunque solo se llegara a aprobar el artículo de la unificación de los sistemas de información, eso ya sería “un avance importantísimo”.