El avance en tecnologías de telecomunicación arribará al país luego de que, a través de un decreto, se subasten tres bloques de espectro para la implementación de antenas de 5G. Esto implicará, según contó a CRÓNICAS Guzmán Acosta y Lara, director nacional de Telecomunicaciones y Servicios Audiovisuales del Ministerio de Industria, la llegada de una cuarta revolución industrial que tendrá el avance digital como bandera y traerá distintos beneficios para los consumidores como para la economía del país.
El hecho de que en lugares altamente concurridos como recitales o fiestas multitudinarias la señal de internet sea mala, o que en lugares rurales, alejados de la urbanidad, la señal de datos móviles sea nula, se verá solucionado con la llegada de las antenas 5G al Uruguay. El espectro estrella para el uso de la quinta generación de red es el espectro del 3,5 GHz, que es el que se subastará próximamente.
Esta innovación otorgará la ventaja de tener 100 veces más velocidad de LTE, que favorecerá el automatismo, la robotización, el internet en todo tipo de artefactos y el uso de la inteligencia artificial, además de facilitar la comunicación a través de móviles como también el uso de máquinas y sensores.
Este avance no solo repercutirá en la rutina de las personas. También tendrá un gran impacto tanto en la industria como en el agro, debido a que los sensores y medidores inteligentes de agua y luz, además de la automatización empleada en electrodomésticos de consumo masivo, verán una mejora en la velocidad y actualización de sus datos.
Para Acosta y Lara, la sociedad está inmersa en una cuarta revolución tecnológica, que no es industrial, sino digital, lo que es de suma importancia tener en cuenta para contribuir a la misma, brindando mayor velocidad de conectividad y menor latencia.
Su aporte para la economía y la sociedad
Además, contó que, según organismos internacionales, este hecho va a impactar en los países que cuenten con antenas 5G, directamente en el Producto Bruto Interno (PBI) de su producción y en la mejora de sus condiciones de vida. El país que esté más conectado, que tenga mejores redes y una mayor competitividad en el acceso a las telecomunicaciones, será el país más productivo y avanzado.
Esto influiría de forma transversal en toda la economía, debido a que muchas empresas, tanto pequeñas como medianas, comienzan a demandar el uso de la robotización. También será de gran impacto en la educación, algo que tendrá influencia cercana y fuerte en todos los sectores de la sociedad.
La subasta del espectro y sus disputas
La puja arrojará un total de entre 120 y 130 antenas de 5G por empresa que adquiera cada bloque. Esto aumentará la accesibilidad de la red; pese a que el 4G actualmente brinda acceso a la red a un 90% de la población, todavía no están completamente cubiertas las necesidades de todos los uruguayos.
La importancia que posee este decreto es que por primera vez se impondrán obligaciones a las empresas públicas y privadas en el desarrollo de antenas, además de disponer de distintos plazos para su colocación e implementación.
Desde las empresas privadas de telecomunicaciones han manifestado disconformidad respecto de que Antel tenga el beneficio de que desde el Estado se le reserve el espectro.
Según el entrevistado, el justificativo se encuentra en que Antel no solo es una empresa pública, sino que además tiene una unidad de caja con el Estado, lo que le permitiría, en caso de pretenderlo, adquirir todos los bloques y disparar los precios, algo que afectaría directamente a la competitividad entre las empresas.
Más allá de la unidad de caja, a la empresa pública también se le reserva el derecho de elegir el espectro dentro de los bloques disponibles que serán subastados entre las empresas. El descontento del sector privado radica en este punto, debido a que los bloques a subastar son iguales en cuanto a la cantidad de megahertz que ofrecen, pero no en lo que refiere a su ubicación dentro de la frecuencia.