Así lo aseguró el Director Nacional de Transporte, Pablo Labandera y se refirió a los principales desafíos en materia logística. El especialista en Derecho del Comercio Internacional y Derecho Aduanero aseguró que se deben solucionar temas de infraestructura y de competitividad en los que actualmente trabaja el Instituto Nacional de Logística (Inalog).
A la hora de abordar los desafíos de la logística para Uruguay, el Director Nacional de Transporte se refirió a tres grandes núcleos: La logística desde el punto de vista de la infraestructura, desde el punto de vista de la normativa, y desde el punto de vista de los recursos humanos (RR.HH.).
“En cuanto a la infraestructura en sí, tenemos ciertas limitaciones”, indicó y explicó que, a nivel portuario se reflejan, por ejemplo, en la profundidad de determinados canales. “Tenemos dos terminales -una especializada-, y hay toda una discusión sobre el alcance de la otra terminal. Eso implica cierta dosis de incerteza que habrá que resolver y seguramente se haga a corto plazo” apuntó.
Consultado acerca de cómo se trabajará para superar los escollos en el ecosistema portuario, Labandera sostuvo que hay temas de infraestructura y temas de competitividad.
“Hay un proyecto que se comenzó a manejar a nivel de Inalog que resume estas dos necesidades y que se orienta hacia un proyecto único que involucra no solo a los operadores privados sino también a los públicos -como Aduana, ANP, Uruguay XXI, etcétera- que van a permitir avanzar sobre esto”, detalló el especialista en Derecho del Comercio Internacional.
A la hora de priorizar, Labandera indicó que por un lado está el tema de la infraestructura y, en segundo lugar, está la necesidad de resolver en forma definitiva cuál es el régimen respecto de las terminales que se va a terminar instaurando. En tercer lugar, está el tema de los costos de transacción, y ahí hay que revisar -seguramente- alguna de las tarifas que están implementadas hoy en día, quedando un largo camino aún por recorrer.
En la misma línea se refirió a la problemática de la infraestructura en materia de carreteras para el transporte terrestre, un medio fundamental en el negocio logístico. “Hay algunas rutas que todavía no están de manera excelente, y eso conspira contra un tráfico absolutamente fluido”, resaltó. Además, la coyuntura también resulta una complicación. “Hay una limitación natural por la pandemia en el transporte aéreo y hoy en día es prácticamente inexistente, si bien ha vuelto a funcionar un poco la carga aérea”, apuntó.
Las normas
El elenco de normas que contribuyen a generar un sistema logístico adecuado y competitivo es, para Labandera, el valor agregado más grande que tiene Uruguay en la materia.
“Hoy se le puede ofrecer al operador logístico, tanto nacional como extranjero, una serie de franquicias y de normas de carácter aduanero y tributario que le permiten generar distintas opciones de negocio que son bastante importantes”. En este sentido, remarcó la Ley de Puertos para un tipo de negocios, con alcance al aeropuerto de Carrasco -donde se replica esa normativa-, el régimen de zonas francas, los depósitos extraportuarios y el régimen de admisión temporaria de insumos, que son todas franquicias territoriales y tributarias que operan como un mix, y que permite generar un elenco de normas que resuelven en cada caso las distintas opciones de negocio que se pueden presentar desde el punto de vista logístico.
“Hay un problema que va a haber que analizar en algún momento, que tiene que ver con los costos de las transacciones, pero siempre se está trabajando en ese sentido a nivel de Inalog, del MEF y, sobre todo, de la ANP”, comentó Labandera, y auguró que seguramente se llegará a un punto de equilibrio para permitir que, además de tener una buena infraestructura física y una buena infraestructura normativa, seamos competitivos en los aspectos comerciales y económicos.
Por último, Labandera se refirió a los recursos humanos e indicó que en este aspecto también hay un valor agregado importante. “Los recursos humanos que tiene Uruguay son muy importantes, hay gente formada, hay un manejo más o menos fluido de idiomas -sobre todo el inglés- por parte de quienes operan el sistema, lo cual es una ventaja comparativa respecto a otros países” destacó.
El Director de Transporte añadió que existe una comprensión muy adecuada de las normas y un conocimiento muy profundo de lo que es la normativa de carácter internacional y de lo que son los mejores estándares a nivel internacional, lo que resulta en un valor agregado trascendente al momento de vender servicios logísticos a nivel nacional y, sobre todo, hacia el exterior.
Bajo la lupa
“La de las PPP es una herramienta como cualquier otra”, indicó Labandera y sostuvo que es un instrumento jurídico como cualquier otro, ni mejor ni peor.
“Muchas veces este tipo de instrumento jurídico-tributario funciona en la medida que tengas una realidad económica y una realidad jurídica en todo el contexto diferentes a las que hay hoy”, indicó Labandera y se refirió al requerimiento de inversión: “Hay una parte de inversión directa que hoy es muy difícil de concretar si el resultado no es casi seguro. Eso es lo que ha limitado la aplicación de este instrumento”, remarcó.
El experto indicó que en el funcionamiento del régimen de PPP se encontraron algunas inconsistencias desde el punto de vista jurídico. “Se han descubierto algunas carencias, y yo creo que lo que ha sucedido es que ha habido un costo de aprendizaje que se está terminando de atravesar y que seguramente permita perfeccionar el sistema”, detalló.
El Director de Transporte apuntó que es “muy aventurado” llegar a una conclusión definitiva acerca de si es o no el instrumento adecuado o si tiene que coordinarse o combinarse con otro tipo de instrumento jurídico que permita alcanzar un nivel más alto de efectividad.
“Hasta ahora han surgido una serie de problemas y se ha ido perfeccionando ese sistema. También se debe disponer de un cierto porcentaje de caja con el cual hoy en día es muy difícil contar”, concluyó.