En entrevista con CRÓNICAS, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, Julio César Lestido, expresó que en el marco del Día de la Madre puede haber un repunte en las ventas respecto a lo que han sido los últimos dos meses. Asimismo, manifestó que está convencido del accionar del gobierno, y explicó que él haría lo mismo.
– ¿Cómo describe la situación actual del comercio? ¿Ayuda el Día de la Madre al incremento de las ventas?
-Estamos en unas circunstancias especiales, pero considero que va a haber un poco más de movimiento del que veníamos teniendo en los últimos dos meses. En una situación tan especial como la que estamos viviendo, creemos que va a haber un aumento en las ventas; estimarlo y evaluarlo ahora es imposible.
No nos podemos comparar con todo lo que sucedió antes de la pandemia.
La del Día de la Madre es la época de más actividad comercial en el país. También se mueven los servicios, los restaurantes, por ejemplo, que hoy no se puede hacer, y además es recomendable no hacerlo. En este contexto es muy difícil.
El Día de la Madre es muy especial para todos los uruguayos, y como tal, la gente lo transforma tradicionalmente en un día de actividad comercial. Eso hoy no es lo aconsejable; el mejor regalo que le podemos hacer a un ser que nos ha cuidado es cuidarla. Y para hacerlo tenemos que seguir las recomendaciones sanitarias.
El comercio está golpeado… Esperábamos una recuperación, que lo peor ya hubiese pasado, y entendemos que es así, que lo peor ya pasó, porque la caída más grande de la economía fue a finales de abril, mayo y algo de junio de 2020.
Llegamos a 190.000 ciudadanos en seguro de paro y después ese número empezó a bajar hasta que se quedó en una franja de 70.000 a 77.000 trabajadores en seguro de paro. Esa meseta vino porque en diciembre- enero apareció esa ola de contagios.
-¿Cómo es la actualidad del comercio en la frontera?
-Hay realidades muy distintas en la frontera. Están cerradas y todo lo que generaba el tradicional comercio de intercambio está prácticamente parado en las ciudades limítrofes. Los free shop son comercios que están muy golpeados, no pueden tener actividad porque tienen la frontera cerrada. Entonces, la frontera está viviendo, como todo el país, mal.
También es verdad que algunos productos nacionales se han visto reforzados porque no existe la opción de comprar fuera del país.
Hay 70.000 personas en seguro de desempleo, todavía la economía no se está activando, y durante la pandemia se perdieron 60.000 puestos de trabajo.
No se puede analizar un solo lado, sino que para hacerlo hay que abarcar todo el sector; y la conclusión es que hay rubros que han estado muy mal y otros un poco mejor. Hay gente, como la que depende de los salones de fiestas, que hace un año no factura.
Nosotros somos optimistas y estamos viendo que hay una luz a la salida del túnel, que es la vacunación. Estando vacunados igual tenemos que seguir cuidándonos.
-¿Cree que las medidas tomadas por el gobierno en relación al sector fueron acertadas o se necesitan más?
-Siempre dije, y lo sigo sosteniendo, que esta es una situación muy crítica, diría que peor que las crisis anteriores, porque afecta sanitariamente a las personas.
Tenemos que ser conscientes de que en marzo, cuando esto comenzó, había una incertidumbre muy grande; ahora hay más información, pero no sabemos cuánto puede durar.
Entonces, estoy convencido de lo que está haciendo el gobierno; yo haría exactamente lo mismo- trataría de hacerlo-, que es administrar la pandemia y tratar de ir apoyando primero a los sectores más afectados. Sin duda que esto es lo que se ha hecho.
No tengo una espalda infinita; si yo gastó más y no tengo espalda, después no voy a poder gastar. No sé cuánto va a durar esto, entonces lo que se está haciendo es administrando, y creo que se está haciendo responsablemente, con buena focalización, atendiendo las situaciones más complicadas.
Yo no sé si es suficiente, tal vez sí, tal vez no, lo primero que digo es ‘tengo esto, voy a trabajar con eso’. Posiblemente a veces la gente esté demandando más y no digo que no tenga razón, pero hay que tener mucho cuidado y no abrir el chorro de la canilla de golpe, porque si se hace el agua se va rápido.
Es muy difícil, pero ha primado el sentido común y la responsabilidad. No hay una medida exacta, sino que hay que ir combinando las estrategias.
El director representante de las Empresas en el BPS, Javier Verdino, detalló que en los primeros meses de la pandemia fueron más bajas que las altas, pero eso se revirtió con la reactivación de la economía ¿Qué lectura hace de esas conclusiones?
Está bien. Si lo dice Verdino debe ser así porque él maneja los datos.
Lo que pasa, y lo que tenemos que ver, es que muchos emprendimientos tuvieron que cerrar al inicio de la pandemia, y quizás esos mismos emprendedores se reconvirtieron y abrieron una empresa distinta con otra razón social. Cayó esa empresa en su momento y después abrieron otra.
La gente, cuando pierde su trabajo o su emprendimiento, lo primero que hace es buscar alternativas que le permitan seguir viviendo.
Lo que hay que ver son los números finales; yo tengo entendido que se perdieron 6.000 empresas en el año de la pandemia, de acuerdo al registro de BPS.
Tenemos que tener mucho cuidado porque puede haber, por ejemplo, muchas unipersonales que contrataban personal doméstico, que en una situación difícil como esta, achican el presupuesto cerrando esa empresa porque ya no contratan ese personal.
Mieres anunció el 1º de mayo que se elevará un proyecto de ley para levantar las observaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a la ley de negociación colectiva. ¿Tiene conocimiento del contenido de ese proyecto? ¿Fueron consultados? ¿Cuál es su opinión de que se lleve adelante esta medida?
Lo vemos con muy buenos ojos. Estamos trabajando, hemos mantenido reuniones… No voy a adelantar más nada porque estamos en medio de ese trabajo.
A poco de comenzar las negociaciones salariales, ¿qué postura tomarán las cámaras empresariales? ¿Cómo es actualmente la relación con los sindicatos?
Nosotros tenemos que esperar que el gobierno anuncie las pautas, hasta ahí no podemos hacer nada.
Llevo cuatros años al frente de la Cámara de Comercio, y mi relación con la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (Fuecys) y con las autoridades del PIT-CNT es muy buena; tenemos diálogo permanente y el mismo es respetuoso.
Estamos todos preocupados por el empleo. Esto no quiere decir que nosotros cedamos a nuestros principios y que ellos tampoco cedan a los suyos. Creemos en el diálogo como base fundamental para facilitar los temas.
El diálogo hay que construirlo, no es solamente hacerlo; hay que generar confianza. Para que yo confíe en el otro, primero tienen que confiar en mí.
– ¿Las empresas tienen recursos para reconvertirse luego del covid-19?
-No necesariamente pasa por el capital. ¿Usted cómo se reconvierte?
–Cambiando.
-Lo primero tiene que estar en la actitud, en darme cuenta, en saber que si voy para un lado y no avanzo, tengo que cambiar. A veces puedo, en ocasiones no me dio el tiempo y en otras no me di cuenta del cambio. El cambio a veces es doloroso.
La reconversión no se hace de un día para el otro y depende del tamaño de las empresas; hay momentos en los que simplemente no podés.
Hay mucha gente y empresas que se están reconvirtiendo.
Los jóvenes se reconvierten más rápido que nosotros; a la gente de mi edad nos cuesta más el cambio. La estabilidad laboral en los jóvenes es cambiante, es una actitud diferente. Yo vengo de generaciones que son más quietas, que buscan más la estabilidad. Hoy los jóvenes son más integrantes del mundo de lo que nosotros lo éramos.
-¿Hay perspectivas de crecimiento de cara a la segunda mitad del año?
-Creo que sí. El país, a pesar de la pandemia, tiene una inversión muy grande trabajando, que está ocupando casi 4.000 obreros en la planta de UPM. Tenemos la actividad del tren. El país, a pesar de estar viviendo un golpe muy fuerte- como es el de la pandemia-, sigue adelante.
Nosotros estamos viendo que va a haber una recuperación, pero todo depende de cómo estemos con el tema sanitario. No se puede medir nada si no ponemos el tema sanitario por delante.
Estamos mucho más cerca de la salida del túnel… Para mí ya pasamos la mitad del túnel, lo que pasa es que tenemos que seguir andando, no nos podemos quedar, entonces se nos hace más largo.