En diálogo con CRÓNICAS, el director de Movilidad de la Intendencia de Montevideo, Pablo Inthamoussu, se refirió a la suba del precio del boleto que se dio al comenzar el 2020, la cual se explica por los costos del sistema. Asimismo, insistió en el trabajo que el ente realiza año a año para regular su precio, a la vez que expresó que el mismo “está muy por debajo” de la inflación del país.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
– De cara a las elecciones municipales, ¿qué evaluación hace de los últimos cinco años de gestión de movilidad?
– En términos generales, positiva. Siempre quedan cosas por hacer. Yo no inicié la administración, me incorporé en setiembre de 2016, pero a partir de allí lo que nos planteamos hacer, creo que estamos en una evaluación positiva.
– ¿Qué proyecto realizado destaca, y cuál cree que falló o no funcionó como esperaba?
– El primer caso es el Centro de Gestión de Movilidad. No tengo la menor duda. No es tan visible, pero el hecho de tener hoy el 60% y un poco más y de terminar el período con un 80% de la red semafórica de la ciudad centralizada y controlada desde un centro eso en sí mismo ya es un proyecto exitoso.
Los resultados están a la vista en materia de seguridad vial y la fluidez del tránsito. Si bien el propio proyecto lleva un aprendizaje, porque hay una cantidad de información que va surgiendo día a día y es la que nos permite hacer los planes de tránsito que son los que se están aplicando, creo que es un plan estrella del período.
Me cuesta más mirar lo que no se haya logrado ejecutar, o haberlo culminado. Quizás la velocidad de algunos cambios, sobre todo en velocidad operacional, es decir, en tiempos de viaje.
Entonces, mejorar la velocidad del transporte y, en general la fluidez del tránsito, sería lo que dejaría como materia un tanto más pendiente.
– ¿Cómo avanzan las obras del túnel de Avenida Italia?
– Avanzan según los cronogramas previstos, como siempre con algún pequeño margen de atraso que en toda obra se genera. Pero lo que es el núcleo central de la obra, que es justamente el túnel, se está avanzando en la excavación. Si bien hay algunas interferencias en el tránsito que estamos permanentemente tratando de mitigar, nos sentimos conformes con el proyecto que está en plena ejecución.
En el período octubre/noviembre de este año no va a estar terminando el proyecto entero -porque es bastante más amplio que solo el túnel-, pero estaríamos ya habilitando la circulación precisamente por ese túnel, lo que nos va a resolver uno de los puntos críticos de movilidad y de circulación vehicular que teníamos en Montevideo.
– El precio del boleto aumentó $2 a partir de 2020. ¿A qué se debió esta suba? ¿Se esperan más para el año?
– No. Tenemos una política que adoptamos desde el 2018, en la que hemos definido que para darle certeza al usuario dijimos de hacer un ajuste anual que va a ser, precisamente, en los meses de enero. La próxima administración determinará sobre fines de este año cuál será el ajuste a 2021.
Este ajuste obedece a que hay un sistema que tiene costos. Básicamente, la paramétrica refleja los costos del sistema y de ahí surge el precio del boleto.
Aunque tenemos que seguir repitiendo e insistiendo, si uno mira todo el período y analiza lo que es la inflación en el país, estamos muy por debajo. En realidad, lo que hemos generado del 2017 a la fecha es una baja real del costo del boleto, que es una política que se buscó porque la población se mostró disconforme con el precio.
El 2019 es el primer año, luego de cinco, en el que estamos recuperando pasajeros. Paramos la caída, y estamos en un pequeño crecimiento, lo que es muy importante para el sistema de transporte.
– Pensando a futuro, ¿qué proyectos deja la Intendencia para el próximo equipo en materia de movilidad?
– Van a haber obras que van a estar en plena ejecución, porque el fondo de infraestructura metropolitana culmina en marzo del 2022, por lo tanto, van a ser más bien proyectos en ejecución.
Por otro lado, así como cuando nosotros iniciamos la administración teníamos también un proyecto sobre la mesa, que era el Centro de Gestión de Movilidad, que resolvimos continuar y ejecutar, vamos a estar dejando lo que va a ser el Centro de Gestión de Transporte. Está estrictamente destinado a lo que es el transporte público, la gestión de la flota y todas las posibilidades que nos va a brindar a nosotros y a los operadores para seguir mejorando.
No solo ómnibus
– ¿Qué planes hay para el transporte metropolitano a futuro?
– El Sistema de Transporte Metropolitano (STM) 2.0, que si bien es un proyecto del Ministerio de Transporte, Canelones y nosotros, la raíz del STM está alojada acá en Montevideo. Engloba el soporte informático, todo lo que significa la aplicación Cómo Ir, además de lo que ya se hizo en Montevideo, que se va a seguir expandiendo. Esperemos que el gobierno nacional confirme esa línea de trabajo que apunta a la expansión y a seguir incorporando otros modos de transporte como el tren, que tenemos la expectativa que cuando termine el Ferrocarril Central vuelva el tren de pasajeros y podamos integrarlo al STM, y la gente pueda venir en ese medio de transporte y subirse a un ómnibus y viceversa.
Ciudadano de a pie
– ¿Qué hay de los que prefieren la bicicleta o el caminar como modo de transporte? ¿Qué queda para ellos?
– De toda la red de ciclovías y bicisendas, que hicimos un esfuerzo importante, van a quedar los cimientos -precisamente de esa red- en toda la ciudad. Creo que también eso le va a permitir continuar a la próxima administración con el esfuerzo de seguir ampliando la red de ciclovías para fomentar el uso de la bicicleta.
Por otro lado, una materia pendiente importante en materia de movilidad para el próximo período es el tema de las veredas. El 34% de los desplazamientos por la ciudad se realizan a pie -surge de la Encuesta Origen-Destino de 2017-, entonces tenemos que hacer entre todos el esfuerzo de mejorar sustancialmente toda la infraestructura de veredas. No solamente las veredas existentes mejorarlas, sino, sobre todo, en la periferia de la ciudad construir veredas donde no hay, que eso también es una deuda que tiene la ciudad con muchos barrios que se generaron en esas zonas.