La campaña tiene como fin concientizar al usuario de los nuevos peligros que conlleva la era digital y brindar asesoramiento sobre cómo protegerse y cuidar su información. Consultada por CRÓNICAS, Bárbara Mainzer, presidenta de ABPU, resaltó que las empresas y las instituciones “invierten mucho” en seguridad y protección, pero el eslabón débil es el usuario, que es a quien con creatividad engañan y obtienen sus claves y contraseñas.
El mismo día que comenzó el Ciberlunes en Uruguay, un evento que dura tres días, donde las empresas facturan lo mismo que en un mes y la información de los usuarios está “más expuesta que nunca”, la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU) presentó una campaña para combatir el ciberdelito, con la convicción de que es responsabilidad de todos enfrentar este tipo de prácticas.
El propósito de la campaña, que tuvo una fuerte apuesta al trabajo colaborativo de las instituciones adheridas a la asociación, es transmitir un mensaje claro sobre la importancia de que cada individuo preste atención y se cuide de las posibles ciberestafas.
“Los bancos permanecemos constantemente alertas y adoptamos todas las medidas posibles para proteger a los usuarios contra el ciberdelito, invirtiendo en personal y tecnología para brindar la máxima seguridad. Sin embargo, necesitamos contar con un complemento fundamental a estas medidas, que es la actitud activa de los propios usuarios, que también deben estar atentos y debidamente informados para evitar caer en los engaños de los ciberdelincuentes”, manifestó Barbara Mainzer, directora ejecutiva de ABPU.
A su vez, Mainzer puntualizó que Uruguay tiene un “flanco débil” al no contar con una ley que combata la ciberdelincuencia y remarcó la necesidad “urgente” de que el proyecto de ley que busca prevenir este delito avance, dado que ya fue votado en la Cámara de Representantes y se encuentra en el Senado.
“Confiamos en que se apruebe el proyecto de ley porque nos faltan herramientas para proteger al usuario. Hoy un banco puede detectar un ciberdelincuente y no puede congelarle la cuenta, debe ir a un juez o a la policía para poder hacerlo. Es urgente y vital que se apruebe”, concluyó.
Consultada por CRÓNICAS, Mainzer explicó que las empresas y las instituciones “invierten mucho” en seguridad y protección, pero el eslabón débil es el usuario, que es a quien con creatividad engañan y obtienen sus claves y contraseñas.
En este sentido, agregó que Uruguay no tiene una ley que tipifique el ciberdelito y proteja al usuario, algo que todos los países vecinos sí tienen. “Lo que pasa cuando todos tus vecinos tienen seguridad, es que los ladrones van hacia ti. Hay un proyecto de ley que tiene media sanción que hoy está en el Senado y confiamos en que se apruebe, porque hoy nos faltan herramientas para proteger al usuario”, destacó.
Actualmente en Uruguay, si una empresa o un banco constata que un delincuente está realizando una estafa a través de internet, debe recurrir a la policía y posteriormente a un juez, para transitar un proceso que demora semanas.
En otros países de la región, a diferencia de lo que ocurre a nivel local, en caso de constatarse este tipo de prácticas, las cuentas bancarias se pueden congelar y al autor de estas prácticas se lo incluye en un registro de ciberdelincuentes.
Los nuevos “no”
La campaña plantea un mensaje claro: “Desde que existe el humano existe el no”, y mostrando los “no” más típicos, como el “no aceptes cosas de extraños”, “no tomes y manejes” o “no corras alrededor de la piscina”, frases que cada uno ha escuchado a lo largo de su vida, la campaña introduce, en este sentido, el eslogan “si hay nuevos peligros, hay nuevos ‘no’”.
Al respecto, a partir del surgimiento de la era digital, donde se compra, se vende y se realizan trámites a través de páginas web e internet, la campaña sugiere no usar la misma contraseña para todas las cuentas, no dar clic a enlaces sospechosos, no descargar videos de dudosa procedencia, no confiar en redes abiertas de WIFI y no compartir información personal y credenciales a través del correo electrónico.