A un año de que se conocieran los primeros cuatros casos de covid-19 en Uruguay, en entrevista con CRÓNICAS, la matemática e integrante del GACH, María Inés Fariello, habló de las modificaciones que se han ido viendo en los diversos indicadores que hacen a la pandemia.
“Estamos en una fase distinta de la que venía atravesando el país a partir de los cuatro casos confirmados y, por ende, esa fase precisa un cambio de actitud y de acción por parte del gobierno (…)”. Estas eran algunas de las palabras del presidente Luis Lacalle Pou, hace un año atrás cuando se daban a conocer los primeros casos de covid-19 en el país.
En aquella oportunidad, la primera definición fue declarar la emergencia sanitaria, y en segunda instancia se procedió al cierre parcial de fronteras, estableciendo una cuarentena obligatoria para aquellos pasajeros provenientes de países declarados de riesgo; además de la prohibición de realizar espectáculos públicos.
Lo que sucedió después de aquel discurso ya es de público conocimiento: se paralizó el país, los ciudadanos se embanderaron con el “quédate en casa” y los medios internacionales se inundaron de elogios hacia el gobierno y la sociedad uruguaya por el manejo de la pandemia.
La “nueva normalidad” se impuso y de a poco los uruguayos empezaron a perderle un poco el miedo al virus. Llegaron las aglomeraciones, las reuniones y las fiestas clandestinas. En las últimas semanas de noviembre de 2020 los casos comenzaron a subir y los indicadores comenzaron a ponerse “en contra” de Uruguay.
Por ejemplo, la tasa de reproducción de un virus (RO) que define el número de casos que, en promedio, van a ser causados por una persona infectada con el virus durante el periodo de contagio, comenzó a multiplicarse por encima de uno desde el 4 noviembre de forma constante.
En entrevista con CRÓNICAS, la matemática e integrante del GACH, María Inés Fariello, analizó la evolución de los indicadores, que en las últimas semanas han tenido movimientos importantes.
Hace algunas semanas usted mencionaba que el indicador que estima la velocidad con que una enfermedad puede propagarse está en 0,9 y va en aumento. ¿En que está ese indicador actualmente?
Está arriba de uno -puntualmente 1,11-, y sigue creciendo. Cuando está arriba de uno quiere decir que la epidemia está creciendo, y parecería indicar que va en aumento, pero es bastante variable la velocidad. Es difícil saber si va a seguir en aumento, si se va a mantener, o va a decrecer. Es algo que hay que medir día a día.
En base a cómo va la pandemia en Uruguay, ¿a qué número no se quisiera llegar?
Lo ideal es no pasar de uno. Cuando estás arriba de ese número quiere decir que están creciendo los casos diariamente. Cuanto más arriba de uno esté, más rápido está creciendo la pandemia. Lo ideal es que se mantenga por debajo de esa cifra.
Pero es muy difícil que la pandemia se mantenga en un equilibrio estable. En general está subiendo o bajando.
¿En qué épocas estuvo más bajo ese número, y en cuáles más alto?
En el momento que estuvo más alto y más bajo fue antes de julio, que había muy poquitos casos. Llegó a tres durante los primeros brotes en Rivera, y estuvo muy bajo en la previa de esos sucesos; pero ahí no tenía tanto sentido porque los casos eran muy pocos.
Cuando hay pocos casos y se da un brote que hace aumentar un poco más los números usuales, hace que el indicador cambie mucho. Por lo tanto, es un indicador que tiene sentido cuando se empiezan a acumular casos.
Mirando lo que sucedió en noviembre, el 28 de ese mes el indicador llegó a 1.32, ahí se dio el momento máximo de rapidez. Después se mantuvo estable, hasta el 31 de enero cuando bajó a 0.89. Luego siguió bajando pero ese indicador fue en aumento, o sea, cada vez bajábamos menos rápido hasta que pegamos la curva y empezamos a subir de vuelta.
¿Tienen estimaciones de cuántas personas hoy tienen covid y no están diagnosticadas?
La verdad es que no lo hemos estudiado últimamente. No tengo actualizado ese número, pero es esperable que eso ocurra porque puede haber asintomáticos que no se detectan.
Estableciendo algún momento que se haya hecho el cálculo, ¿cómo era esa diferencia?
En un momento estuvimos muy bien… Al principio de la pandemia andábamos en dos cada tres casos reportados, y en algún momento podemos haber caído un poco. Pero en general, en más de la mitad hemos estado bastante tiempo. Es relativamente buena la detección que tiene Uruguay.
En cuanto a la tasa de positividad, se recomendaba idealmente que estuviera debajo del 4% y hoy está a más del triple. ¿Qué problema indica esto?
Puede estar relacionado con estar buscando menos activamente los casos. Eso es lo que se supone que refleja la tasa de positividad.
En determinadas situaciones puede ser difícil encontrar casos. Es como aquello de pescar en una pecera chica o más grande… Cuando estás muy cerca de los casos, ahí la tasa de positividad esperas que sea mayor. Por ejemplo, si vos testeás en convivientes, esperás que tu tasa de positividad sea mayor que si testeás en contactos periódicos u ocasionales, porque ahí es menos probable que se hayan contagiado. Para encontrar que un contacto ocasional se contagió tenés que testear muchísimo más.
A medida que vas testeando más lejos de tus casos, tu porcentaje de positividad baja un montón. Cuando tenés porcentajes de positividad bajos, quiere decir que el universo que testeaste lejos de los casos es más grande.
-¿Qué porcentaje de la población debe estar vacunado para que se genere la inmunidad de rebaño?
-Es difícil. Se maneja un 70% en base a la tasa de transmisión del virus, que anda por arriba del 2,5.
Lo que se ha probado de las vacunas es cuál es su efectividad en términos de sintomatología grave o muy severa, o sea, qué tanto protege a la persona vacunada. Pero todavía falta información de cuánto reducen la transmisión. A medida que haya más resultados de cuánto reduce la transmisión, ese número se va a poder ir ajustando.
¿Hay alguna vacuna más segura que otra?
No hay una vacuna que sea mucho más segura que la otra. Todas pasaron las fases 1 y 2; lo que quiere decir que todas son seguras, por lo menos en el corto plazo, que es lo que se puede evaluar.
Se va a ir aprendiendo en todas, pero de las vacunas en sí mejor hablar con un experto en vacunas.