Desde el Ministerio de Industria (MIEM) se está impulsando un proyecto de ley -que se elaboró en la órbita de Transforma Uruguay- que de aprobarse, autorizará al Poder Ejecutivo a otorgar un crédito fiscal a las empresas privadas que inviertan en investigación y desarrollo. CRÓNICAS conversó con Silvana Grosso, responsable del Área de Política Industrial de la cartera, quien señaló que “el diferencial de una empresa que invierte en innovación es el incremento del valor agregado”.
El proyecto de ley impulsado por el MIEM, tiene como propósito autorizar al Poder Ejecutivo a otorgar un crédito fiscal de hasta el 35% a las empresas privadas que destinen gastos a la investigación y el desarrollo. Pero demás, podrán alcanzar el 45%, “si se trata de proyectos desarrollados en conjunto con centros tecnológicos o universidades certificadas”, explicó Grosso. La Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) será la responsable de impulsar a estas empresas.
Para la directora, las políticas públicas de estímulo en esta materia son importantes, porque las empresas tienen como objetivo mejorar los procesos productivos y que entren nuevos productos al mercado. Esto favorecería que existieran aumentos de empleo de calidad y una mayor productividad de la economía.
Agregó que estas medidas buscan compensar las fallas de mercado que desincentivan la inversión y la colocan por debajo del nivel socialmente óptimo. “La evidencia internacional muestra que estos incentivos promueven un aumento sostenido en la inversión en investigación y desarrollo empresarial, que en el largo plazo supera el volumen de recursos públicos destinados a promoverla”, aseveró la jerarca.
“Si bien los instrumentos de apoyo tomaron fuerza desde la creación de la ANII, es necesario colaborar para ampliar la base de actores involucrados” dijo. Agregó que el instrumento de crédito fiscal propuesto opera por la reducción del costo y el riesgo en el que incurren las empresas. Desde el punto de vista del sector público, se trata de una herramienta que hace posible la administración y el control.
La especialista subrayó que el diferencial de una firma que invierte en innovación es el incremento del valor agregado, y el reto para asegurar la sostenibilidad o supervivencia de su negocio. Actualmente, la innovación es considerada como un elemento fundamental de la estrategia de las empresas para ganar ventajas competitivas y mantener o aumentar su posición en el mercado.
Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las compañías que invierten en innovación presentan aumentos en la productividad, en el empleo, en las ventas y, en particular, en las exportaciones, en comparación con las que no lo hacen. Según Uruguay XXI, los sectores más innovadores son aquellos que han tenido mayor dinamismo exportador en el país.
En la última década han crecido las actividades relacionadas a la innovación
En declaraciones a CRÓNICAS, Guillermo Moncecchi, subsecretario de Industria, Energía y Minería, dijo que Uruguay necesita hacer una apuesta fuerte en innovación empresarial, dado que el país no tiene buenos indicadores en esta materia.
Sobre estas afirmaciones, Grosso indicó que nuestro país sigue con una oferta exportable relativamente poco diversificada: Las exportaciones agroindustriales entre el 2001 y la actualidad, fueron del entorno del 60% del total.
Sin embargo, sostuvo que en la última década, ha crecido la importancia de las actividades intensivas que introducen innovaciones en los procesos productivos, aportan mayor valor a estas actividades y generan derrame en otras relacionadas con tecnologías ambientales, informáticas, biotecnológicas y de calidad. La clave de la competitividad sostenida es seguir estimulando su incorporación en los procesos productivos y productos más tradicionales.