Milton Machado, presidente de OSE
Bajo la consigna “No dejar a nadie atrás”, hoy se conmemora el Día Mundial del Agua. El eslogan elegido para este día responde a uno de los principales cometidos de OSE, que implica universalizar los servicios con inclusión social. Así lo dijo, entrevistado por CRÓNICAS, el presidente del organismo, Milton Machado. A su vez, explicó cuáles son los desafíos que la empresa pública tiene por delante, y destacó el papel de Uruguay frente a la región en el acceso al agua potable.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Cuáles son los hitos más importantes de la gestión de OSE durante este período?
-Hay distintos aspectos a destacar. Por un lado, la mejora de la gestión corporativa, con algunos programas y módulos de trabajo, y después está todo lo que hace a los proyectos de inversiones y de obras, principalmente en infraestructura. En los últimos años, OSE también ha venido priorizando los vínculos con el usuario; ha habido un cambio de orientación del organismo donde se ha puesto en el centro al usuario y se trabaja para brindar un servicio con un estándar de calidad.
OSE es una empresa que tiene sus particularidades; nuestra misma Carta Orgánica nos plantea que debemos priorizar los aspectos sociales frente a los económicos. De hecho, hoy se conmemora el Día Mundial del Agua y la consigna de este año es “No dejar a nadie atrás”. Además, el gobierno uruguayo está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y para el 2030 tenemos el objetivo de priorizar el llegar con agua y saneamiento para todos.
En comparación con la región, Uruguay es un país privilegiado: tiene un estándar de servicios que tiene agua las 24 horas del día, los 365 días del año, en cantidad y calidad, porque respetamos y cumplimos lo que la normativa nos exige.
El otro gran concepto que orienta al organismo es la modificación del artículo 47 [de la Constitución], con un plebiscito del año 2004 –la llamada Reforma del Agua-, donde se plantea que el acceso al agua potable y al saneamiento son derechos humanos fundamentales. Uruguay fue el primer país en el mundo en declarar eso constitucionalmente.
Estos son lineamientos globales que pautan la estrategia de OSE más allá de los gobiernos. Los grandes criterios asociados con esto, sin duda, implican continuar universalizando los servicios con inclusión social, es decir, considerar los aspectos sociales frente a los económicos, lo que significa priorizar la población más vulnerable.
-¿Cómo es actualmente la cobertura de abastecimiento en el país?
-La cobertura en Uruguay es del 98,5% en la población nucleada. Si se considera todo el interior rural, está en el orden del 95,5% aproximadamente. Es una cobertura muy importante; no hay otro país en América Latina que la tenga. Por otro lado, la cobertura del saneamiento por alcantarillado público es del 47%, pero considerando los pozos estanco, que también son saneamientos válidos, es de más del 90%.
Con respecto a la primera pregunta me parece que estos son los principales aspectos a destacar. Después, es importante llevar una gestión desde el punto de vista financiero y económico que tenga una sostenibilidad adecuada en el tiempo, porque OSE se financia exclusivamente con lo que recauda por tarifa. Más allá de que tiene una tarifa clasificada de acuerdo a distintas necesidades de la población –hay una tarifa social, una residencial, una comercial, una para los organismos del Estado-, tenemos que tener un equilibrio entre los ingresos que recibimos y la gestión global –en particular la gestión financiera con las inversiones incluidas-.
-¿Hoy cómo es el balance en ese aspecto?
-Los balances en los últimos años nos vienen dando en forma positiva, incluso OSE en esta administración ha modificado algunos instrumentos financieros. Nosotros, para hacer las obras, tomábamos principalmente créditos por los organismos de crédito internacional, y en el año 2015 definimos además utilizar un instrumento que OSE nunca había utilizado, que es un fideicomiso, justamente para mejorar su gestión económica y para posibilitar la serie de compromisos que teníamos en inversiones de agua potable y saneamiento. Tenemos una situación totalmente equilibrada y sostenible en el tiempo que es parte de la gestión que debemos llevar adelante para cumplir con los compromisos de la población, del gobierno, y para que el organismo pueda seguir funcionando adecuadamente en todos sus aspectos, principalmente el financiero para poder seguir invirtiendo.
-Hablaba del enfoque que tiene OSE hacia la población más vulnerable. ¿Cómo se ha avanzado en ese sentido?
-Ahí continuamos un trabajo que ya venía de la administración anterior, incluso de la otra, donde tenemos dos campos de trabajo: el urbano y el rural. En el urbano se viene haciendo un trabajo sostenido de regularización de asentamientos coordinado con varios ministerios. La tarifa social tiene subsidiada parcialmente una cuotaparte para que la población socialmente vulnerable pueda acceder a un servicio estándar como tiene el resto de los ciudadanos en este país. De esta forma regularizamos el servicio y cumplimos con las políticas de inclusión social.
Y en el campo rural, además de la regularización de los servicios, también trabajamos en la colocación de servicios nuevos, con el programa de pequeñas localidades y escuelas rurales. Se usa la escuela como centro social, es decir, OSE hace una perforación, coloca un tanque allí y con eso se distribuye, con una tubería que llega a los hogares, que acceden a agua potable con un servicio controlado y en las mismas condiciones sociales que en los asentamientos. A su vez, si se trata de población socialmente vulnerable o cuyos ingresos son muy deprimidos, acceden a un beneficio que es la tarifa rural, que tiene el mismo costo que la tarifa social.
-Decía que Uruguay se encuentra a la vanguardia con respecto a la región en el acceso al agua potable, pero ¿qué falta por hacer?
-Uno tiende al 100% [de la cobertura], pero es muy difícil llegar porque hay lugares del medio rural, como estancias en el medio del campo, donde OSE no va a ir a poner agua. Por eso no podemos decir que hay 100% de cobertura, porque en esos casos no es razonable poner un servicio. En el caso de las localidades donde hay una escuela, población en el medio rural trabajando y viviendo, sin duda es totalmente antieconómico para el organismo [brindar el servicio], pero se hace anteponiendo las razones sociales que mencionábamos. Esto se puede hacer porque Uruguay tiene una única empresa monopólica estatal, lo cual a veces es criticado, pero es lo que permite llegar a todas estas familias. Además, podemos hacer esto porque trabajamos con una política de subsidio cruzado: los servicios que son superavitarios financian y subsidian a los que son deficitarios.
-Más allá de tender al 100%, ¿qué otros desafíos identifica a futuro?
-Primero que nada, seguir manteniendo el servicio con los estándares de calidad que la normativa nos exige. Segundo, poder universalizar [el acceso] con estos criterios de inclusión social, y mejorar la gestión.
-¿De qué formas, por ejemplo?
-Parte de mejorar la gestión para nosotros es, por ejemplo, reducir el índice de agua no contabilizada, que es un tema que la población ve: las pérdidas, las roturas. En Uruguay tenemos 15.000 kilómetros de red instalada en todo el país, y hay varios de esos kilómetros que han cumplido su vida útil, pero las inversiones para sustituir esas tuberías que tienen muchas décadas operativas son muy importantes. Entonces, parte de los desafíos es seguir llegando a hogares que todavía no tienen agua potable servida por OSE, y continuar mejorando y modernizando para tener el servicio adecuado, minimizando estos problemas de roturas.
Por otro lado, debido a la revolución informática y tecnológica que ha habido en el país en los últimos años, OSE tiene que ir adaptándose a los nuevos vínculos con la población a través de todos los canales digitales disponibles. Hoy una persona con su celular hace toda la gestión comercial de OSE –recibe la factura en forma digitalizada, paga las cuentas a través de internet-. Para poder cumplir con esas pautas también tenemos que ir modernizando nuestra infraestructura.
El otro capítulo que no quiero dejar pasar en cuanto a los desafíos es la calidad del agua. La intensificación de la producción agropecuaria, entre otras cosas, ha aumentado las exigencias a los recursos hídricos. Si el agua que OSE toma como fuente –para después potabilizar en las usinas- viene más contaminada o en peores condiciones, al organismo le exige mayores usos de determinados elementos químicos para potabilizarla, así como mejorar la infraestructura instalada para adaptarse y seguir asegurando que la calidad del agua potable que se le brinda a la población cumple con toda la normativa.