Carlos Delfino, presidente de la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU), conversó con CRÓNICAS acerca de los desafíos y expectativas de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). En ese sentido, explicó que facturan un 23% del total de las ventas y el resto corresponde a las grandes empresas. Asimismo, considera que son el motor principal de la economía ya que “de cada tres personas que se emplean en el país dos son del sector”.
En este marco, existen distintos desafíos que deben confrontar por el contexto nacional e internacional que se viene dando en estos últimos años. Para el empresario, el principal problema es la informalidad que se está dando desde hace mucho tiempo, pero que ahora, con la digitalización, se torna más visible debido a que se comercializa por las redes sin tener aportes o un establecimiento. ”Ante esa realidad, en ocasiones nos sentimos desprotegidos porque están a un nivel de confort en donde nadie los controla, y no se puede competir con precios que prácticamente no tienen ningún costo”, explicó.
En ese sentido, dijo que desde CEDU apuntan a que la competencia sea leal y pretenden que no se baje ninguna empresa. Además, entienden que en este contexto muchas personas tuvieron dificultades para subsistir o mantener el funcionamiento de su compañía, lo que implicó que se pasen a la informalidad y utilicen con frecuencia las redes y ventas online, aunque se tornó habitual y cómodo esta forma de trabajar. “No solo las mipymes sino también el gobierno deben desafiar este aspecto para dar un respaldo a las personas que estamos aportando y llevando adelante el país”, aseguró.
Otro asunto fundamental es la diferencia cambiaria que se está dando en los países limítrofes, sobre todo con Argentina, siendo afectados los centros comerciales de Rio Negro, Paysandú, Salto y Artigas.
La pandemia generó que la demanda creciera al estar los puentes cerrados, pero ahora que están abiertos (desde CEDU no se pretende que los cierren) entre los bajos precios de los países limítrofes y los costos locales se levanta una barrera imposible de derribar para empezar a competir, en particular en la zona del litoral por la cercanía con Argentina. Delfino recordó que en los comercios de esa área las ventas se ubican entre 20 y 30% de las cifras totales que se dieron durante la pandemia, lo que implica una gran caída y mucha preocupación. “Planteamos políticas de fronteras pero sabemos que es difícil porque esta situación hoy es inevitable”, reflexionó el entrevistado. De todas formas, desde la entidad son conscientes de que las medidas son complejas de sostener ya que el contrabando y la diferencia cambiaria son temas en los que CEDU viene dando batalla desde hace mucho tiempo.
Expectativas para el sector
Delfino considera que no será un año de “grandes crecimientos”, pero sí considera fundamental consolidar los comercios y las empresas en el interior del país, que logren mantenerse y no caigan en la obligación de cerrar o mandar empleados al seguro de paro. Asimismo, dijo que la situación económica depende tanto del contexto local como del internacional.
Ante este panorama, las expectativas se enfocan en el crecimiento y la estabilización en cada territorio, y en la simplificación de las medidas que impulse el gobierno para brindar herramientas y agilizar los requisitos que se necesita para emprender un negocio. Pero más allá de todo este relato, desde CEDU reconocen todas las medidas que se han tomado y la colaboración constante por parte del Estado con la facilitación de abrir nuevas empresas. “Apostar a las pymes es importante para la economía nacional”, concluyó.
Los procesos digitales
Según Delfino, la digitalización establecida por parte del Estado implica un retraso en los trámites porque el proceso se realiza online y tiene distintos pasos que a veces suelen ser engorrosos. “Antes asistías a una oficina y solucionabas el problema y ahora tenés que pedir hora online o hay que subir los documentos y esperar 10 o 15 días. La digitalización no está dando resultados porque se superponen trámites sobre otros”, expresó.
En cambio, dijo que las tecnologías empresariales sí han avanzado. “Tenemos facturación electrónica y ventas online, pero el sistema se debe ir acomodando a todos porque a los veteranos nos cuesta un poco más entrar en el ritmo”, opinó.
Para el titular de CEDU, es un proceso que no tiene marcha atrás y que apunta a los cambios. “Se debe acompañar y ayudar”, remarcó. A su vez, destacó el apoyo del Estado al brindar cursos, los cuales deben ser aprovechados y difundidos para ser efectivos.