Mujeres del MIEM, UTE, BID, Ministerio de Energía en Brasil y de Chile se reunieron y debatieron sobre cómo darle mayor equidad al sector energético mediante un mayor empoderamiento de las mujeres. Los entes uruguayos informaron sobre medidas que están tomando, mientras que las visitantes internacionales dieron ejemplos de cómo lograr una mejor situación para la mujer en la energía.
En el marco de la Semana de la Energía, mujeres de distintos ámbitos del sector se reunieron el pasado lunes 10 bajo el título “Género y Autonomía Económica de las mujeres en el sector productivo”. De esta manera, se buscó el empoderamiento de la mujer en el sector energético y hacerles frente a las dificultades que muchas atraviesan.
A cargo del panel estuvieron Silvana Balsa, asesora del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM); Sandra Bottero, de la gerencia de Auditoría Interna en Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas de Uruguay (UTE); Agnés María de Aragão da Costa, directora del Ministerio de Minas y Energía de Brasil; Marcela Zulantay, jefa de la Unidad de Planificación y Control de Gestión y asesora de Género, Ministerio de Energía de Chile; y Virginia Snyder, especialista de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Balsa fue la primera en hacer uso de la palabra, señalando dos instancias “importantes” sucedidas en el Ministerio. Por un lado, en 2015 se creó la Comisión de Desarrollo Social Sostenible y Equidad de Género, que tiene el objetivo de “transversalizar esta mirada social y de género en todas las unidades ejecutoras, en todos los programas y políticas que se lleven adelante”, según la asesora.
Por otro lado, en 2017 surgió la Unidad de Desarrollo Social, cuyo objetivo es “fortalecer la asesoría técnica de estas dimensiones en el orden central y la participación de los espacios transversales”.
“En este sentido, a partir de este modelo de desarrollo que se impulsa, creemos que desde el Ministerio se puede establecer y hacer un diferencial en las políticas, intentando promover la autonomía económica de las mujeres, pero que trascienda la división sexual del trabajo”, añadió Balsa.
Por último, enumeró una serie de proyectos que el Ministerio está llevando adelante -cada uno con distintos enfoques-, pero que se aseguran de incluir a la mujer, de alguna manera, en ellos. Por ejemplo, el proyecto de Mujeres Electricistas, que tiene como objetivo capacitar en electricidad básica -“a nivel residencial”- a mujeres que estén en proceso de salida de situaciones de violencia de género.
A continuación, Bottero destacó acciones qué UTE está tomando para darle más lugar al rol femenino en una empresa “tan masculinizada”, según expresó. En primer lugar, señaló que la empresa busca aggiornarse para que aquellas mujeres que quieran ingresar en el puesto de operario se sientan incluidas. Para lograrlo, se ha utilizado el lenguaje inclusivo, consiguiendo incluso que “empezaran a aparecer, porque antes no aparecían, mujeres que querían ser operarias”.
Además, se trabajó “en gestión por competencias, en capacitación y desarrollo de personal, en el tema de baños y vestuarios en sectores operativos”, de acuerdo con Bottero, entre otros varios temas.
Por último, señaló que para 2019 los principales temas que incumben a UTE serán la formación en sensibilización de género, “que es lo que está pidiendo la gente”, y fortalecer los mecanismos de prevención de denuncia y atención de violencia basada en género.
Cuando le llegó el turno a Aragão da Costa, se refirió a distintos aspectos en los que se le hace frente al rol de la mujer en el sector energético en Brasil. Por ejemplo, un programa pro-género de la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres, el cual premia a las empresas públicas con una etiqueta si cumplen un número de acciones en pos de la equidad de género.
También, explicó que en Brasil existen los “comité de género”, principalmente para las industrias de energía, pero también aplica para las principales industrias públicas. No es una obligación formar parte de él, pero es un beneficio porque genera “grandes posibilidades de impacto”.
Por último, indicó distintas medidas que se pueden tomar para aliviar a las barreras de género. “Las compañías ya saben que tienen que brindar atención particular a las mujeres, y también tienen que involucrarse en comunidades financieras que fuerzan conciencia de género”, apuntó. Agregó también que, de manera más práctica, se deberían tener en cuenta iniciativas para la maternidad. “No tienen que reinventar la rueda”, finalizó.
Luego, el turno fue para Zulantay, quien repasó un plan de acciones de su cartera, resaltando que es el primero en hacer énfasis en el género en energía en su país. Así, se definió un proyecto para insertar a las mujeres en el sector. La asesora de género del Ministerio de Energía chileno expresó que “van a aparecer planes cada cuatro años y van a venir nuevos gobiernos, pero lo importante es que esto se vaya consolidando progresivamente”.
Por último, arremetió contra las empresas chilenas, haciendo referencia a que se tuvo que decretar una ley que las obliga a emplear personas con discapacidad. “En Chile tuvimos que obligar a la diversidad. No queremos que sea una ley la que nos obligue que hay que incorporar a la mujer con todos los beneficios que ellas traen para el país”, indicó.
Finalmente, Snyder explicó que el BID está desarrollando, junto con gobiernos de distintos países de la región y expertos en género, un trabajo que revela por qué hacer la inversión en ese aspecto. “Explica por qué es importante, por qué vale la pena invertir esos dólares que tenían pensado poner en fierros, en cableados, en torres, en nuevas turbinas, por qué hay que poner el concepto de género, y cómo eso es un beneficio”, indicó, agregando que este beneficio no es “solamente para empresas eléctricas”, sino también para la sociedad.
“Significa mucha sensibilización, educación, socialización en el tema”, finalizó, no sin antes presentar una publicación realizada por el BID titulada “Género y energía: un tema de todos”.