Ministro de Trabajo y Seguridad Social
Los problemas de sostenibilidad financiera del sistema de seguridad social hacen impostergable la concreción de una nueva reforma en la materia, que a la vez asegure mayor equidad. Si bien una de las principales fortalezas del régimen previsional es su abarcabilidad, pues la enorme mayoría de las personas en edad de retiro tienen cobertura, existen importantes inequidades que deben ser subsanadas.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
-¿Cómo analiza la situación actual de la seguridad social en Uruguay? ¿La reforma del 96 es un buen punto de partida?
-Nuestro país tiene un sistema de seguridad social que, en términos comparados de la región, es muy inclusivo y con una construcción temprana. Sin embargo, tiene una estructura heterogénea con soluciones diversas en la medida en que está constituido por varias instituciones de seguridad social que dispensan soluciones diferentes.
En la actualidad tiene problemas de sostenibilidad derivados de la estructura demográfica caracterizada por un notorio envejecimiento fundado en la extensión de la expectativa de vida y la reducción de la natalidad. A su vez, presenta notorios problemas de equidad en las soluciones que plantea.
No hay dudas de que el punto de partida para la nueva reforma es tomar como referencia la de 1996, que fue acertada y necesaria para aquel momento, particularmente por la inclusión de un régimen mixto equilibrado y razonable.
-¿Qué fortalezas identifica en el sistema previsional y qué amenazas visualiza a futuro?
-Una de las principales fortalezas de nuestro sistema de seguridad social es su abarcabilidad, dado que la enorme mayoría de las personas en edad de retiro tienen cobertura a través de alguna de las diferentes modalidades de protección social. En efecto, nuestro país desarrolló de manera muy temprana, con respecto a los demás países de la región, las respuestas previsionales, y fue construyendo por la vía de sucesivas ampliaciones y cambios normativos la inclusión de diferentes colectivos sociales.
Asimismo, si bien los niveles de ingresos jubilatorios son heterogéneos, lo cierto es que el porcentaje de personas mayores de 65 años que viven en situación de pobreza es particularmente bajo. Esto indica algún grado de suficiencia en las prestaciones que otorga.
De todas formas, las inequidades están muy presentes en la medida en que las prestaciones de seguridad social que reciben las personas pueden ser muy diferenciales, aunque desde el punto de vista demográfico y de sus trayectorias laborales, puedan tener tiempos y magnitudes de aportes similares. La existencia de los múltiples subsistemas de previsión social es uno de los principales factores que explican las inequidades.
-¿Cuál es la importancia de reformar el régimen de previsión social en el contexto actual?
-Todos los partidos políticos expresaron durante la última campaña electoral que la reforma del sistema de seguridad social era una tarea ineludible del próximo período de gobierno. En efecto, incluso durante el período de gobierno anterior diferentes dirigentes y gobernantes de distintos partidos manifestamos la necesidad de encarar una actualización del sistema de seguridad social.
La principal causa se debía a la constatación de que el régimen vigente exhibía una notoria y creciente reducción de su sostenibilidad financiera.
Proyectando la tendencia hacia el futuro, porque una reforma de la seguridad social obliga a hacer cálculos de mediano y largo plazo por el tiempo que demoran las reformas en producir los efectos, resultaba evidente la necesidad de reformar el sistema buscando recrear las condiciones de sostenibilidad y apostando a la construcción de un sistema más ordenado y equitativo.
Justamente, por su naturaleza, las reformas de los sistemas previsionales requieren de miradas de largo aliento porque los cambios que producen se van haciendo efectivos en el mediano o largo plazo. Esto también habla de la importancia de alcanzar los mayores consensos posibles, puesto que sus soluciones producen impactos para varios períodos de gobierno.
-¿Qué opinión tiene sobre el debate generado en este marco en lo que refiere al aumento de la edad de jubilación?
-El aumento de la edad de retiro se ha convertido en uno de los asuntos del debate que adquiere mayor visibilidad, probablemente por el hecho de que dentro de una materia particularmente compleja, este tema puede expresarse en una forma más simple de entender por la opinión pública.
Sin embargo, este asunto es tan solo uno de los parámetros que definen un proceso de reforma y, por sí solo, no define sus características ni sus impactos.
Cualquier propuesta de reforma requiere de una consideración sistémica e integral que incluye diferentes dimensiones, una de ellas es la edad de retiro.
Obviamente que la discusión sobre su extensión, habida cuenta de las tendencias demográficas que registra nuestra sociedad, es pertinente y necesaria. Como ocurre en general en todos los procesos de reforma, cualquier cambio en este parámetro está acompañado de una transición suficientemente pausada para evitar que se vean afectadas aquellas personas que integran un grupo de edad cercano a la causal jubilatoria preexistente.