El 5G desembarca en Uruguay, y genera, indudablemente, dudas e incertidumbres. La quinta generación de redes móviles llega al mercado nacional y espera por un proceso de subasta que, por el momento, se encuentra fijado para el 9 de mayo. Sus consecuencias y posibilidades dentro de la vida diaria son aún desconocidas para el público común, aunque a pesar de eso se mantiene a la expectativa. El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, conversó con CRÓNICAS y dio detalles del proceso que pondrá en manos de compañías de telecomunicación tres bloques designados dentro del espectro radioeléctrico y de un futuro en el que asoma, entre otras cuestiones, el “internet de las cosas”.
Por Matías Kapek | @matias_kb
-¿Qué quiere decir 5G?
-Quiere decir quinta generación de telefonía móvil. Debemos recordar la primera generación (1G) de telefonía móvil: se trataba de las llamadas telefónicas a través de un aparato inalámbrico con cobertura en una zona. Después vino la segunda generación (2G), que introdujo ya la digitalización, aunque la misma todavía no era compatible con internet. Ahí empezó a aparecer la oportunidad de, además de hacer llamadas, poder enviar mensajes, es decir, aparecía el SMS. La tercera generación (3G), por su parte, fue la que empezó a cambiar más fuertemente los teléfonos y aparecieron los smartphones, ya con conexión a internet. El teléfono cambió de ser un aparato para hablar solamente y pasó a ser una conexión con el mundo en sentido amplio. En esa búsqueda de más ancho de banda salió la cuarta generación (4G), también llamada LTE, que es la que hoy vemos en nuestros celulares. Si bien lo que permitió fue lo mismo de antes, lo hizo con mayor ancho de banda, con mayor intercambio de información. Ahí ya empezaron a ser viables, por ejemplo, los vídeos con relativa calidad, las videoconferencias y las videollamadas.
-¿Cuáles son sus características del 5G en comparación con las generaciones anteriores?
–El 5G se propone varias cosas distintas al mismo tiempo. Por un lado, muchísimo mayor ancho de banda, es decir, mayor velocidad de intercambio de información entre el teléfono y la red. Lo cual permite, por ejemplo, ver vídeos con mejor calidad. También transforma la forma de comunicación para hacerla más capaz de manejar, al mismo tiempo, determinados segmentos de bandas libres que existan, para justamente aumentar la velocidad. Además, el 5G permite empezar a pensar en otras aplicaciones que tienen que ver con lo que se llama internet de las cosas.
-¿De qué se trata el internet de las cosas?
-En el internet de las cosas no participan solo los teléfonos y las personas, sino sensores repartidos por ahí, que sirven para determinadas aplicaciones. Si uno piensa que en vez de haber un teléfono por persona hay muchos sensores, resulta que tengo muchísimas más comunicaciones al mismo tiempo. En ese caso, es mucho menos el ancho de banda que se utiliza, la cantidad de información que transmite, pero son más los sensores que se ocupan.
-¿Dónde se podría aplicar ese tipo de tecnología?
-Ahí vamos al concepto de ciudades inteligentes, por ejemplo. Estos sensores nos sirven para pensar en el tráfico, cómo manejar el tránsito vehicular y, eventualmente, cómo manejar vehículos autónomos que se mueven solos, que no tienen conductor. Vamos a tener aplicaciones inalámbricas móviles de muchos tipos. Cuando hablamos de 5G pensamos en un sistema de telecomunicaciones que sea capaz de manejar a la vez varios tipos de información.
-¿Podríamos imaginarnos dispositivos con 5G por todos lados entonces?
-Lo que viene primero es la gente usando cada vez más los celulares con 5G, eso es lo que vamos a notar. Por otro lado, también se va a dar el desarrollo de todas estas aplicaciones que requieren generalmente un proceso de evolución no sólo de infraestructura y de software, sino también de sistemas en la ciudad o el campo del productor o el parque industrial. Esto va a darse en un poco más de tiempo, pero el 5G es la plataforma para que eso empiece a pasar.
-¿Cómo se implementa? ¿Qué se requiere para poder decir: “Uruguay está listo para el 5G”?
-Se implementa con teléfonos nuevos, con radiobases diferentes, con conexión entre esas radiobases con mayor ancho de banda. Pero también se implementa asignándole espectro radioeléctrico. El espectro radioeléctrico es una cuestión difícil de entender porque nadie la ve, pero en definitiva se apoya en que para lograr una comunicación usando tecnología electromagnética lo que hace es enviar ondas entre un punto y el otro. Las telecomunicaciones en las distintas compañías celulares van usando determinadas frecuencias que se les van asignando sucesivamente. Hay que ir asignando la frecuencia porque las radiaciones electromagnéticas se pueden separar si van en frecuencias distintas; si van en la misma frecuencia uno no sabe quién transmitió y se produce interferencia.
-¿Cómo se administra ese espectro radioeléctrico?
-La administración del espectro radioeléctrico consta de determinar en qué frecuencia transmiten y en qué frecuencia reciben información toda la cantidad de usuarios que hay. Hay espacios reservados para cosas como comunicación satelital, para radio FM, radio AM, televisión abierta, televisión abierta digital, wifi y telefonía celular. La telefonía celular cada vez requiere más espacio porque cada vez transmite más información.
-Puntualmente ¿cómo se dio la asignación de espectro para el 5G?
-No es una decisión del Uruguay, existen procesos a nivel de Naciones Unidas, en lo que se llama la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que va identificando espacios de espectro para los distintos servicios. Ahí se empezó a identificar espacios para telefonía y a medida que aumenta la demanda de telefonía celular lo que se hace es identificando otros espacios. En particular, para el desarrollo del 5G se identificó la posibilidad de usar el espacio de 3.5 GHz. Allí se encontraron tres bloques de 100 MHz que están libres, los que se ponen en un proceso competitivo o de subasta.
-El proceso de creación de la resolución que establece las características de la convocatoria para la subasta del 5G fue largo. Sus características han generado algunas disonancias tanto en lo que respecta a empresas interesadas como a algunos actores políticos ¿Cómo fue ese proceso? ¿Cuáles fueron los principales elementos que se pusieron en consideración?
-En este caso, lo que está haciendo el Estado es poner al servicio de una empresa una porción del espectro radioeléctrico. Por eso se tomó la decisión de precalificar a los que participan en este proceso. Normalmente siempre hay exigencias de algún tipo, la más típica en cualquier licitación pública es la experiencia previa, eso garantiza que va a poder hacer la obra que le está adjudicando. En este caso, además de entregar un pedazo de espectro en la subasta, implica muchas cosas, no es simplemente poner antenas y dar el servicio. Hay que tener la capacidad de reclutar clientes, entregarles teléfonos, facturar, registrar el tipo de uso que hace cliente y financiar toda la operación. Eso nos llevó a poner la exigencia de que las empresas que se presentaran debían, o bien ya ser operadores de telefonía celular en Uruguay, o bien, tenían que tener experiencia en otro mercado; dos años de experiencia en Europa y/o América. Esas fueron las condiciones, y nos parecen sumamente razonables. Lo que pasa es que al asignarse una parte muy valiosa del espectro, si termina no desarrollándose perdemos tiempo y, en definitiva, es el público el que se perjudica.
-El 9 de mayo se hace la subasta y se maneja que en la misma participarán Claro, Movistar y Antel. ¿Puede cambiar algo en este periodo? ¿Existe la posibilidad de suspensión de la subasta?
–La verdad es que es que a mí no me llegó un pedido formal de suspender la subasta, pero sí escuché opiniones que se expresaron. Al gobierno le importa avanzar con el 5G, es una plataforma para mantener el nivel de digitalización del país. Hubo una demora de semanas respecto de la fecha inicialmente fijada porque había un problema con los plazos para que se constituyera la garantía de los interesados. Salvo que haya alguna demora administrativa más, no se suspende. Si hubo recursos contra la subasta de parte de los operadores por la vía administrativa, por distintas razones, los hemos contestado, es normal que pase. La idea nuestra es mantener el plazo.
-Hablaba de la necesidad de avanzar. En un mundo globalizado ese sentido de urgencia siempre está presente, lo dice el presidente. ¿Hay algún límite establecido en cuanto a los tiempos o el desarrollo de algún tipo de servicio en determinado plazo para las empresas que logren imponerse en la subasta?
-En el pliego están establecidas obligaciones de despliegue en los próximos tres años. Para las empresas adjudicatarias se pretende que haya cobertura en todo el país, que estén presentes en todos los departamentos; esto normalmente no sucedía en las subastas anteriores, es una novedad. Si bien nos importa poder cubrir el país cuanto antes, también es cierto que estas cosas tampoco se dan en 15 días, sino que llevará años tener una buena cobertura de 5G.
-En esta misma línea del sentido de urgencia, desde el gobierno se ha impulsado lo que se puede interpretar como una apuesta por promover la economía del conocimiento. Me refiero, por ejemplo, al despliegue de Uruguay Innovation Hub. ¿Qué papel considera que puede tener el 5G en este sentido?
-Nosotros estamos convencidos a nivel del gobierno que Uruguay tiene una gran oportunidad para diferenciarse por dos cuestiones. Por un lado, por su ecosistema tecnológico y su capacidad de exportar servicios de alto valor agregado. Y, por el otro, por su comportamiento ambiental y performance en lo que se llama los factores ESG. Se trata de factores que hoy en el mundo se valoran mucho y tienen que ver con el cuidado del ambiente, equidad social, la gobernanza y la transparencia. En ese marco se lanzaron una serie de iniciativas, una de ellas es el Uruguay Innovation Hub. Cuando uno mira de qué se trata, llega a la conclusión de que la infraestructura de telecomunicaciones y de comunicaciones es fundamental para que ese campo siga creciendo. En ese sentido, el 5G cumple un rol importante para decir que Uruguay está a la par del mundo en infraestructura. No es que no se pueda funcionar de otra manera, por supuesto; tenemos fibra óptica, Antel está llegando al 90% de los hogares con este servicio. Pero, en definitiva, lo que es la telefonía móvil, es cada vez más importante, entonces hay que estar a la par, y para esta área el 5G es estratégico.