Jan de Nul es una firma belga que se dedica a las actividades de offshore, marítimas, civil y medioambientales, por lo que opera en agua y por tierra. Permite la producción de energía en alta mar y mantiene la profundidad de las vías fluviales, también construye puertos y crea terrenos adicionales, entre otras cosas.
Pieter Jan de Nul, CEO de Jan de Nul Cono Sur, desarrolló las principales características de la firma a nivel global y local.
¿Cuáles son los pilares del éxito del Grupo Jan De Nul?
Sin dudas, uno de los pilares del éxito del Grupo Jan de Nul es el ADN de nuestro origen familiar, que nos inspira a continuar el legado de varias generaciones de apasionados emprendedores, pioneros y visionarios en adelantarse a lo que el mundo necesita,combinando un gran compromiso con la excelencia y una fuerte apuesta a incorporar las últimas tecnologías en materia de innovación y sustentabilidad.
Este vigoroso legado familiar nos llevó a consolidarnos como compañía de dragado líder, expandirnos hacia el desarrollo de proyectos de ingeniería civil, ambiental, offshore, y nos inspira a seguir avanzando hacia la búsqueda de nuevos desafíos, como lo es actualmente el reto energético global.
¿Cuáles son las áreas de negocio más desarrolladas por la compañía a nivel mundial?
Jan de Nul fue fundada en 1938 en Bélgica y desde entonces hemos expandido exponencialmente su capacidad operativa, realizando las más complejas obras de infraestructura a nivel mundial y que requieren de la combinación de distintas áreas de negocio. Entre ellas se destacan las actividades de offshore, marítimas, civil y medioambientales, por lo que operamos con excelencia tanto por agua como por tierra.
Nuestros proyectos combinan innovación, sustentabilidad, tecnología y eficiencia. Para ejemplificar, a nivel local puedo citar 25 años de trabajo en el dragado y mantenimiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay, el dragado del puerto de Montevideo, y en cuanto a proyectos energéticos a nivel mundial se destacan la instalación de cables submarinos en Abu Dhabi, el montado de parques eólicos en Taiwán, Estados Unidos, Dinamarca y Bélgica, entre otros. A esto se le suma la colocación de un oleoducto submarino en Taiwán, e incluso en el país vecino la instalación de tuberías y cables en las reservas offshore de gas y condensados en Tierra del Fuego y colaboración para potenciar el proyecto energético Vaca Muerta.
Teniendo en cuenta el cambio energético que se da en algunos países del mundo, y que la compañía tiene entre sus líneas de negocio a las energías renovables, ¿qué futuro le ve a esta arista del negocio?
Considerando que para el 2040 se estima que la demanda mundial de energía se habrá incrementado un 30%, sin dudas avanzar hacia las transformaciones de las matrices energéticas de cada región y sus países es uno de los mayores retos globales. Desde Jan De Nul, como compañía con gran trayectoria y expertise en la búsqueda de soluciones complejas, nos proponemos ser un aliado de escala mundial para laindustria energética, colaborando en esta gran transformación que todos -gobiernos, industrias, empresas- debemos emprender con urgencia trabajando de forma mancomunada bajo un mismo objetivo: producir energías renovables de forma más limpia y eficiente en pos de construir un futuro más sustentable.
La empresa tiene fuerte presencia en Argentina. ¿Cuál es la dimensión del trabajo que se hace en ese país?
Con respecto a nuestra presencia en la región, por un lado, se destaca la trayectoria en Argentina, donde muy pronto cumpliremos 27 años. Allí aplicamos uno de los servicios por el cual somos mundialmente reconocidos –el dragado de puertos y canales–. Para tomar dimensión de nuestra labor, hace más de 25 años que estamos a cargo de la obra de infraestructura más importante que tuvo el país en el último cuarto de siglo: la profundización y mantenimiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay, y actualmente contamos con un contrato con la Administración General de Puertos para el mantenimiento de la Vía Navegable Troncal desde el Río de la Plata exterior hasta Paso de la Patria.
Hemos realizado otras importantes obras en el país vecino, donde se destacan la profundización y mantenimiento de los puertos de Bahía Blanca y Quequén, contratos que están vigentes en la actualidad. Nuestro compromiso es seguir invirtiendo en Argentina y aportando el conocimiento y equipamiento para la mejora de las vías navegables y puertos del país.
En Uruguay la compañía está trabajando en la construcción de la nueva terminal de contenedores y en el canal de entrada al Puerto de Montevideo. ¿Qué características tiene el negocio en nuestro país?
En Uruguay estamos presentes desde el 2001, cuando se realizó el gasoducto que une Punta Lara en territorio argentino con playa Santa Ana en Uruguay. Y desde 2006, que nuestra presencia es ininterrumpida. Tal es así que creamos una sucursal local del Jan de Nul en Uruguay a fin de tener una operación ordenada y prestar un mejor servicio.
Los trabajos que hemos desarrollado aquí están orientados a la infraestructura portuaria en Montevideo y las vías navegables con el dragado del Río Uruguay hasta la ciudad de Paysandú. En tal sentido hemos realizado el relleno de la actual terminal Cuenca del Plata (Katoen Natie) en el puerto de Montevideo, y actualmente estamos trabajando en la terminal de UPM en el mismo puerto.
En el pasado hemos realizado el dragado de mantenimiento del canal de acceso al Puerto de Montevideo, el canal Martín García, y hasta marzo de este año el mantenimiento de la vía navegable sobre el río Uruguay. Nuestra intención es participar de la próxima licitación internacional para el dragado de mantenimiento del Río Uruguay, y así seguir aportando conocimiento para la expansión del puerto de Montevideo.
¿Cómo es Uruguay para que una empresa belga preste sus servicios? ¿Cuáles son las capacidades que el país ofrece a una empresa extranjera como Jan De Nul?
Considerando nuestra trayectoria como compañía internacional con operaciones en todo el continente, destacamos de Uruguay su amplia visión del mundo. Es un país abierto a desarrollar nuevos negocios y proyectos que ayuden a mejorar su infraestructura y competitividad en la región.
Busca conectarse con el mundo y con sus países vecinos, favoreciendo las actividades de comercio exterior. A nivel institucional ofrece estabilidad y previsibilidad, lo que favorece y atrae inversiones internacionales. Como mencionaba anteriormente, operamos en Uruguay desde el 2001 y de forma interrumpida desde el 2006, y apostamos a seguir acompañando su crecimiento -y el de toda Latinoamérica- por muchos años más.