¿Por qué en Uruguay no es posible que haya paridad en la Cámara de Diputados?

El promedio > MUNDIAL DE MUJERES EN EL PARLAMENTEO ES DE 22,9%

Foto: @DiputadosUY

La ley de Cuotas lleva nueve años aprobada con el fin de crear mayor paridad entre los representantes nacionales, sin embargo, en las últimas elecciones, las representadas llegaron solamente al 18,6%. Esto se debe a la “aplicación minimalista” de la ley, según el diputado Alejandro Sánchez.

Las mujeres de la región enfrentan dificultades desde hace siglos para tener una plena inclusión en los espacios políticos e institucionales a la par de los hombres. Si bien el avance es notorio y la participación cada vez mayor, el proceso ha sido lento y aún están en la mira nuevas maneras de gestionar para que la igualdad entre los géneros sea absoluta en cada sector.

Uruguay es uno de los principales países de Latinoamérica y el Caribe que registra los niveles más bajos de participación de mujeres en el Poder Legislativo, según un informe del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) presentado a principios de este año. Otro dato revelado por el estudio, es que esta situación no tiene relación directamente con factores socioeconómicos.

Por estas situaciones es que desde el gobierno nacional y distintos organismos, se han impulsado normativas que establecen la obligatoriedad de la participación femenina en conformaciones políticas y cargos legislativos.

La llamada Ley de Cuotas, Nº 18.476, aprobada en el año 2009, fue un paso de suma relevancia para buscar una mayor igualdad en la distribución de las cámaras del Parlamento. Esta se implementó para las pasadas elecciones (2014 y 2015) pero en 2017 se extendió sin caducidad apostando a que uno de cada tres lugares en las listas para cargos electivos sea ocupado por mujeres.

El Plenario Nacional del Frente Amplio dio un paso más en esta cuestión, y a mediados del año pasado resolvió que las listas tendrán la misma cantidad de candidatos hombres que mujeres, según informaron en ese entonces, para “aprobar la paridad de género de la Cámara de Representantes”. Sin embargo, hay factores que todavía no permiten una paridad real, y esto no se comunica detalladamente.

Alejandro Sánchez, diputado del MPP, explicó a CRÓNICAS que el problema es la aplicación minimalista que se hace de la ley y, al mismo tiempo, la falta de comunicación en cuanto a cómo debería aplicarse para obtener los resultados esperados.

“Lo que tiene que tener claro la sociedad es que el hecho de que las listas sean paritarias no quiere decir que tengamos el 50% de mujeres en la Cámara de Diputados. Esto se da así por una serie de casuísticas que suceden en el país por cómo se conforma esta Cámara”, explicó el representante frenteamplista.

En nuestro sistema -que los diputados se eligen por cada departamento en función de la población que tienen- por lo general, cada lugar del Interior tiene tres representantes, que se organizan de manera decreciente según los votos que hayan recibido los partidos. Esto genera que si las listas se organizan encabezadas por hombres, será mayormente la figura que acceda a la Cámara.

En cuanto a esto, Sánchez sostuvo que “si se encabeza con un hombre, y únicamente corresponde una banca, entonces no habrá mujeres representando”. Es decir, que por más que las listas sean paritarias, si no se coloca a una mujer en el primer lugar, hay posibilidades importantes de que no alcance el cargo.

“Cuando miramos la ley de cuotas se ve una aplicación minimalista, se fue al mínimo posible. Se decía que en cada tres lugares debían haber dos sexos y eso se interpretó como que el tercer lugar era para la mujer, pero no es eso lo que dice la normativa”, aseveró el diputado.

 Cuestión de voluntad política

Aunque en el FA se impuso la paridad total en las listas, “se sigue con la aplicación minimalista, donde se puede interpretar que la mujer queda en segundo lugar, el cuarto y así sucesivamente”, explicó.

Si se trata de listas grandes no se genera este problema, debido a que, por ejemplo, en Montevideo hay espacios que poseen 10 legisladores, entonces está repartida la cantidad de hombre y mujeres. “El problema se da la mayoría de las listas, porque sacan un solo representante”.

“Establecer un concepto de paridad es bueno porque le exige un límite a todas las listas para que consideren que al menos en estos lugares haya dos sexos; permitirá el ingreso de más mujeres pero no se va a llegar a que el 50% de la Cámara de Diputados si no hay voluntad política de poner en los primeros lugares a ellas”, puntualizó Sánchez.

En espacios como Montevideo, donde se disputan 42 bancas, se incrementa el número de mujeres, pero en el Interior, donde se eligen tres y es uno por partido, no hay posibilidades. “Si yo le digo a la sociedad que quiero tener la mitad de mujeres en la Cámara y propongo como solución una ley de paridad, pero no registro ni comunico este inconveniente, las personas van a pensar que les mentí”, indicó.