El diputado nacionalista Rodrigo Goñi, uno de los firmantes del proyecto de ley que establece que los jóvenes elijan a sus gobernantes a partir de los 16 años y que se pueda ser representante nacional con 23, no tiene dudas de que esta iniciativa será aprobada en el próximo plebiscito a realizarse en octubre de 2019. Por otra parte, el politólogo Antonio Cardarello si bien se mostró cuidadoso a la hora de determinar un posible pronóstico, comentó que la ratificación del mismo “tendría un impacto considerable”. Según el último censo, son poco más de 100 mil los jóvenes que podrían incorporarse al padrón electoral.
Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi
Legisladores del Partido Nacional presentaron un proyecto de ley para someter a plebiscito en las próximas elecciones que los jóvenes puedan votar a partir de los 16 años de edad de forma obligatoria y que a partir de los 23 años se pueda ser representante nacional, un requisito que actualmente figura en los 25 años.
En conversación con CRÓNICAS, el diputado Rodrigo Goñi –quien firma el proyecto junto a los legisladores Alejo Umpiérrez y Gloria Rodríguez- comentó que el proyecto retoma una iniciativa que durante la legislación anterior ya se había pensado plantear pero que finalmente no se hizo, y que había surgido de José Carlos Cardozo, quien en ese entonces era diputado y hoy es senador nacionalista.
“Creemos que en el mundo actual, las sociedades tienen una necesidad de un mayor protagonismo de las nuevas generaciones, porque hay fenómenos que están emergiendo con mucha fuerza y que son entendidos de mejor manera por ellos, sobre todo en fenómenos tecnológicos”, argumentó Goñi consultado sobre los motivos que movieron los hilos de este proyecto.
En este sentido, el diputado señaló las capacidades de los denominados millenials en las cuestiones digitales y comentó que las dos formas de darles más protagonismo están en bajar la edad para poder elegir gobernantes y en poder participar del Parlamento a partir de los 23 años.
“Los jóvenes de esa edad tienen dos cosas. Por un lado, entienden mejor lo que se viene, que para legislar es muy importante. Por otra parte, están más involucrados en temas de futuro de lo que puede estar un adulto, porque lo van a vivir más ellos que nosotros. Además, se apasionan en la toma de las decisiones”.
La realización de las elecciones juveniles del Partido Nacional el pasado 2 de setiembre, donde participaron cerca de 65 mil personas de entre 14 y 29 años y se presentaron más de 23 mil candidatos, fue el empuje final que necesitaron los legisladores para presentar el proyecto, pero sobre todo, para darse cuenta de que también hay una demanda de los propios jóvenes de introducirse en la política, según comentó Goñi.
“Los mismos jóvenes se dan cuenta que el mundo que se viene les pertenece más a ellos que a nosotros, entonces no pueden quedar afuera de las decisiones que tomamos”, calificó. Además, observó que el número de jóvenes que participan en temas políticos ha venido en aumento en el último tiempo.
El diputado no tiene dudas de que este proyecto de ley será aprobado, puesto que, entiende que “hay una sensibilidad especial respecto a esto”, aunque mantuvo distancia del proyecto de ley de la baja de imputabilidad penal y de los resultados que logró la misma cuando se sometió a consulta electoral. “Esta es un poco por la positiva, no se está pensando en la represión, por decirlo de alguna forma, sino que busca darle mayor participación a los jóvenes”, dijo.
Según datos tomados del censo demográfico realizado en 2011 por el Instituto Nacional de Estadística, un poco más de 106 mil personas tienen 16 y 17 años de edad. El legislador observó que esos votos “se los llevará el partido que mejor represente a este sector poblacional”.
Un proyecto que podría despertar varias voces
Por otra parte, Antonio Cardarello, doctor en Ciencia Política y profesor grado 3, recordó en diálogo con CRÓNICAS, que esta propuesta había estado presente durante la discusión de la baja de edad de imputabilidad penal, donde se planteó que si los menores pasaban a ser responsables penalmente, también podrían adquirir derechos como ciudadanos. De todas formas, opinó que podrían aparecer voces que se opongan al presente proyecto de ley y que se arraiguen de esa explicación.
Respecto a la viabilidad de la aprobación, Cardarello comentó que depende del apoyo que tengan los partidos políticos, y dijo que si una sola divisa toma la bandera de esta iniciativa, las probabilidades de que el mismo se apruebe, son menores.
En este sentido, dijo: “Si este proyecto lo llevara adelante, por ejemplo, el Frente Amplio, las cosas estarían más complicadas, porque generalmente en los plebiscitos, el electorado vota mucho en función de lo que apoya su partido. Y, como todo indica en las encuestas, a pesar que Frente Amplio (FA) podría ser el partido más votado en la siguiente elección, tendría menos del 50% de los votos, por lo que no alcanzaría”, explicó. A la vez, alegó que si el Partido Nacional acompaña la campaña, las posibilidades de la aprobación “crecerían considerablemente”.
La ratificación del mismo “tendría un impacto considerable”, opinó al mismo tiempo. Además, dijo que en la última elección la mayor parte de los jóvenes que se incorporaban al padrón electoral, votaban mayoritariamente al FA, pero dijo que “de acuerdo a los sondeos de opinión pública, esa situación se podría estar revirtiendo”, por lo que la participación del más de centenar de miles de jóvenes en la política acarrearía, hasta el momento, un poco de incertidumbre en sus consecuencias.
Por otro lado, la presencia de un diputado de 23 años en el Parlamento parecería ser positivo, evaluó Cardarello. “En un país con una población envejecida en términos de tasas de crecimiento y de renovación de la población, con baja tasa de natalidad, parece que sería bueno que hubiera diputados más jóvenes en el sentido de poner propuestas de la defensa de intereses de las nuevas generaciones, pero hay que ver”, reflexionó.
El FA como el partido más tradicional
“En las últimas elecciones, el FA fue el partido que se mostraba como el más tradicional en el sentido de que los jóvenes que venían de los hogares frenteamplistas tendían a votar lo mismo que sus padres”, comentó el politólogo Antonio Cardarello a CRÓNICAS. A la vez, agregó: “Un tanto se pasó a decir que, en muchos casos, el FA no sólo era un partido tradicional, sino que había sido el más tradicional en cuanto a la posibilidad de transmitir la tradición”.
