Según dijeron a CRÓNICAS Renato Opertti y Juan Pedro Mir, integrante del Comité Académico y director ejecutivo, respectivamente, de Eduy21, el programa de alimentación escolar cuestionado por autoridades del MEC y CEIP “es una de las fortalezas del sistema de educación inicial y primaria”. Además, según dijo Mir, “debería extenderse a secundaria”. Opertti señaló, en tanto, que “hay determinadas políticas sociales de apoyo en los centros educativos que tienen que ser universales”.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
Durante la semana se instaló la discusión sobre los gastos en la alimentación de la escuela pública. Esto se dio luego de que el ministro de Educación, Pablo da Silveira, cuestionara el costo de los comedores escolares en una entrevista con Búsqueda, y la nueva directora del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Graciela Fabeyro, sugirió “priorizar estrategias” al ser consultada por La Diaria respecto a si revisaría el programa de alimentación.
Por ello, CRÓNICAS consultó a Juan Pedro Mir, integrante del Comité Académico de Eduy21, y Renato Opertti, director ejecutivo de la plataforma educativa, por su visión respecto a qué debería suceder con los comedores.
Así, Mir sostuvo que el comedor escolar “es una de las fortalezas del sistema de educación de inicial y primaria”. Incluso, fue un paso más allá: a su entender, se debería extender a secundaria.
“La escuela no puede, de acuerdo al origen de los niños, limitar la oferta. Es como el día de mañana empezar a cobrar por la educación física”, aseveró.
Por su parte, Opertti también se mostró en desacuerdo con la iniciativa. “Hay determinadas políticas sociales de apoyo en los centros educativos que tienen que ser universales, porque si no lo son uno termina diferenciando entre unos y otros”, argumentó. Si bien reconoció el criterio que se persigue de que algunos alumnos puedan tener capacidad de pagar el servicio, la distinción que genera “no es adecuada”, indicó.
“Es decir, la escuela tiene que ser un espacio por excelencia de integración. Si uno quiere que los sectores que tienen más posibilidades apoyen a las escuelas, hay otra manera de hacerlo”, recalcó el experto.
De esta manera, ambos defendieron la impronta vareliana y universal de la escuela pública en Uruguay, aspectos que hay que “mantener, resguardar y proteger”, insistió Opertti. Además, detalló Mir, “está ampliamente comprobado lo eficiente que es el gasto en los comedores escolares”. A su entender, es el gasto más eficiente del Estado, ya que un niño come por $30; “en ningún otro lado un niño come por esa cantidad”.
Por todo esto, Mir expresó que espera que esta iniciativa no sea puesta en marcha. Opertti, en tanto, valoró el aspecto positivo de tratar “temas como este para discutirlos”. “Yo lo que pretendo de estas discusiones es que no sean de tipo cerrado, de descalificación de unos y otros, sino que sean una discusión en profundidad de valores sociales y de filosofía social que el país ha tenido históricamente y que sea una reflexión que los uruguayos podamos hacer respecto a qué sociedad queremos”, consideró.
De vuelta al salón
Por otro lado, los expertos de Eduy21 se refirieron también a la vuelta a clases que se da de la mano de la reactivación del país frente a la pandemia del Covid-19.
Si bien Opertti opinó que el retorno a las aulas se dio de manera positiva, Mir indicó que todavía es temprano para aventurarse y hacer evaluaciones. Sin embargo, sí apuntó que “el sistema educativo está mostrando altas dosis de madurez, tanto en el espacio público como privado”, por lo que “está todo dado para que sea un buen comienzo de clases presenciales”.
En esta línea, ambos dejaron en claro un aspecto muy importante: la combinación de educación presencial y no presencial es algo que llegó para quedarse. Uruguay debe, y tiene como desafío, trabajar para desarrollar y mejorar ese modelo híbrido, concordaron los expertos; pero “hoy por hoy es innegable el lugar de las tecnologías digitales y los formatos virtuales”, recalcó Mir.
Agregó además que se trata de una forma de enriquecer las experiencias educativas de los niños y estar más cerca también de formatos de aprendizaje que son más naturales en los niños y jóvenes. Opertti profundizó en esta idea, al afirmar que esta adaptación al nuevo modelo implica “un cambio importante en las prácticas curriculares pedagógicas, porque tanto los educadores como los alumnos se van a tener que acostumbrar a un modelo en el cual cosas que antes hacían presencialmente se pueden hacer hoy día a distancia”.
“Para mí ahí está el desafío central del sistema educativo uruguayo: cómo desarrollar un marco de orientación general de modos híbridos de enseñar, aprender y evaluar que, a partir de ahí, los centros educativos realizan el traje a medida teniendo en cuenta las necesidades locales de cada contexto. Ahí está el tránsito de un modelo presencial a un modelo híbrido”, finalizó Opertti.