El acuerdo con la empresa estatal israelí Mekorot, la aprobación del proyecto Arazatí y la construcción de Unidades Potabilizadoras de Agua (UPA) fueron algunos de los objetivos de OSE cumplidos el pasado año. Pese a que determinadas zonas se encuentran en situación crítica desde fin de año, el presidente del ente, Raúl Montero, entrevistado por CRÓNICAS manifestó que los trabajos realizados generan “cierta tranquilidad”.
A raíz de la escasez de lluvias, varias ciudades del interior del país se encuentran con dificultades en el abastecimiento de agua potable, no viéndose afectada la zona que abarca desde el balneario La Floresta hasta el límite entre Canelones y Maldonado. Allí, el pasado año se realizaron trabajos que Montero detalló como “exigidos al máximo” dado el gran estrés hídrico que el país está sufriendo. Se instaló una UPA en el kilómetro 75 de la Ruta Interbalnearia y otra reforzando las viejas usinas de Costa Azul, además se reforzó un embalse en el arroyo Sarandí, lo que fortaleció el sistema de agua potable de la zona. “De no ser por esto, estaríamos en situación crítica”, sostuvo.
Otro de los objetivos más importantes era comenzar la reducción del índice de pérdidas de agua tratada o agua elevada. Para lograrlo, se firmó un acuerdo con Mekorot, la compañía nacional de aguas de Israel. OSE trabaja en conjunto con los especialistas en el sistema de eficiencia en el comportamiento de las infraestructuras hidráulicas que forman parte de dicha empresa. Montero expresó que Israel tiene pérdidas de un solo dígito, mientras que Uruguay tiene un 50%. El objetivo de este acuerdo es obtener ayuda para que el porcentaje de pérdidas de agua potable en el país sea menor y se estima poder reducirlo a 25% en un plazo de 10 años.
La inversión más grande en años
Consultado por el proyecto Arazatí, Montero lo señaló como una de las iniciativas más importantes del 2022. Se trata de la construcción de una nueva planta potabilizadora en el departamento de San José para captar agua del Río de la Plata, con una estación de bombeo y una tubería aductora de 80 kilómetros de largo hasta Montevideo.
“El sistema metropolitano tiene una gran fragilidad, el proyecto no solo nos brinda una mayor cantidad de materia prima bruta, sino también mayor capacidad de producción y distribución del agua potable”, sostuvo el jerarca, y agregó que “si en este momento estuviera funcionando, tendríamos mayor cantidad de agua reservada y mayor disponibilidad de agua potable para poder abastecer a Ciudad de la Costa y a Costa de Oro”.
Una arista importante del proyecto es la independencia que tiene con respecto a la cuenca de Santa Lucía, lo que configura una ventaja que puede ser un “poco intangible” al tener una planta de producción y tuberías independientes de las otras cuatro que ya funcionan desde Aguas Corrientes hasta Montevideo. Esto le dio un “plus de seguridad” a la hora de evaluar la propuesta, afirmó.
A esto se le suma el plan de saneamiento previsto para unas 61 localidades de Uruguay, lo que resulta en una de las inversiones más grandes en el área en los últimos 150 años, pudiendo alcanzar entre ambos proyectos una inversión de US$ 500 millones.
Por otra parte, el presidente de OSE expresó que en el 2022 se encaminó un plan de reducción total de arsénicos en el agua en todo el país, a los efectos de dar cumplimiento a la norma de agua potable. Esta exige que haya menos de 10 microgramos por litro de arsénico, lo cual va a implicar una inversión de US$ 45 millones, de los cuales 30 se obtendrán de un préstamo del BID, mientras que “los 15 faltantes se van a tener que encarar con fondos propios en una primera instancia”.
Con respecto a las metas a futuro, para el 2023 se espera concretar los proyectos de Arazatí y saneamiento, licitarlos y que empiecen a construirse. Además, se busca mejorar la situación de la Costa de Oro, sobre todo, el “hueco” que quedó entre Salinas y Parque del Plata para que en el verano de 2024 haya la tranquilidad que hoy hay al este del arroyo Solís Chico.
Resultados positivos ante el déficit hídrico
Frente al déficit hídrico que está viviendo el país, el presidente de OSE sostuvo en diálogo con Radio Carve que hay zonas que se encuentran mejor que en años anteriores. “Muchas veces la urgencia está más relacionada con la demanda que con el propio déficit hídrico”, declaró Montero. Este es el caso de Melo, donde el verano pasado fue crítico debido a problemas de déficit y distribución, se reforzó la reserva de agua y hoy están pasando un verano “prácticamente normal”.
Por último, el entrevistado destacó que este es el primer verano que no surgen quejas por parte de Ciudad del Plata, lo cual se debe a la inversión de perforaciones y un gran trabajo de gestión que comenzó en el 2019 cuando se concretó el proyecto integral de saneamiento, drenaje pluvial y vialidad de esa localidad.